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martes, 16 de diciembre de 2008

Escapa de militares el campesino que estuvo desaparecido; Guerrero.

Brenda Escobar (El Sur de Acapulco)

Luego de permanecer 10 días desaparecido, el campesino ecologista Javier Torres Cruz ya se encuentra con sus familiares, quienes lo están atendiendo de los graves golpes que tiene en el cuerpo, informó su hermana Agustina Torres Cruz.

El joven desapareció el 3 de diciembre cuando pasó por un retén de militares en el poblado San Luis La Loma, municipio de Tecpan de Galeana y desde entonces se desconocía su paradero.

Ayer lunes, vía telefónica, Agustina Torres dio a conocer que Javier está con su familia desde el sábado 13, pero decidieron mantener en silencio su regreso por temor a que de nuevo los militares quieran detenerlo; además de que, dijo, está muy golpeado y se encuentra delicado de salud.

La joven contó que fue el propio Javier quien ese día se comunicó vía telefónica con su mamá Martha Elba Cruz Márquez, para avisarle que estaba vivo, que se había escapado de sus captores, y le platicó que estaba muy golpeado.

Agustina Torres dijo que sólo unos pocos integrantes de su familia han podido ver a Javier, entre ellos su mamá, “ella está ahorita con él haciéndole remedios porque tiene golpes por todos lados, sus manos le sangran porque las tiene heridas, uno de sus ojos está muy hinchado y lleno de sangre; se queja mucho de dolor en el estómago porque todos estos días que estuvo desaparecido no le dieron de comer”.

“Mi hermano no ha podido contar bien todo lo que le hicieron porque no puede hablar mucho, le duele el pecho y la garganta cada vez que habla; lo único que sabemos es que sí fue detenido por militares; no sabe en qué lugar lo tuvieron porque todos estos días lo tuvieron vendado de los ojos y lo golpeaban mucho, lo estuvieron torturando, a cada rato lo amenazaban con que lo iban a matar. Le decían, párate porque te vamos a disparar”.

Añadió que hasta donde sabe, Javier logró escapar de sus captores y huyó entre el monte, “salió a un camino y rato después pasó por ahí un señor en una cuatrimoto; mi hermano le pidió que lo llevara a donde está un familiar, gracias a Dios este señor lo llevó y enseguida se comunicó por teléfono con mi mamá para decirle que estaba bien; él llegó con otras ropas, la gente que lo tuvo todos estos días lo cambió de ropa, a lo mejor para que no se supiera que era él, pero llegó con otras ropas, me dijo una de mis hermanas, ella ya lo vio”.

La joven dijo que todos en su familia “estamos muy agradecidos con Dios porque Javier volvió a nacer el día que regresó a la casa; nosotros no esperábamos volver a verlo con vida y gracias a Dios está de nuevo con nosotros”.

Manifestó que esperarán a que el campesino se recupere totalmente de sus lesiones para que les cuente todo lo ocurrido, “ahorita es muy poco lo que ha dicho porque está muy lastimado, lo que nosotros queremos ahorita es cuidarlo para que recupere su salud”.

Agustina Torres hizo un agradecimiento público “a todas las personas, a todos los que se preocuparon por mi hermano, a los que nos ayudaron a buscarlo, a los que nos apoyaron en estos 10 días tan difíciles para nosotros”.

Luego, hizo un llamado “al gobierno para que los militares dejen de subir a la sierra a espantar a la gente, para que dejen de perseguir a mi hermano, la verdad sí tenemos mucho miedo de que lo vuelvan a perseguir cuando él no ha cometido ningún delito; le pido al gobierno que los militares ya no sigan persiguiendo gente”.

Un día antes de su desaparición, Javier Torres llevó a su esposa Adela Mojica Villa, quien estaba a días de dar a luz a su sexto hijo, de la comunidad de La Morena, donde vive en la sierra de Petatlán, al poblado El Zapotillal, para que visitara a su mamá; más tarde, él recibió una llamada telefónica de alguien que presuntamente habló a nombre de su mujer diciéndole que tenía que ir inmediatamente, pues uno de sus hijos estaba muy enfermo.

Por eso, a bordo de su camioneta Silverado, modelo 2007, blanca, con placas del Distrito Federal, bajó por la ruta de la sierra que va de Banco Nuevo a Santa Rosa, con la intención de visitar a un amigo para conseguir dinero.

El día en que fue desaparecido, poco antes de las 6:30 de la tarde, Javier se comunicó con su hermana Agustina para preguntarle por su esposa y sus hijos, “primero se oía como que iba manejando, después sólo se oyó un ruido, como cuando se azota el teléfono, se oyó puro aire; yo creo que fue ahí cuando lo detuvieron”, comentó.

Al notar su ausencia, sus familiares iniciaron una intensa búsqueda del joven campesino, de 28 años; lograron saber por medio de un testigo que Javier Torres fue detenido ese 3 de diciembre por la tarde en un retén militar ubicado en la carretera nacional Zihuatanejo-Acapulco, en el poblado San Luis La Loma, municipio de Tecpan de Galeana, y que de ahí se lo llevaron con todo y su camioneta a las instalaciones del 19 Batallón de Infantería con sede en Petatlán, donde –según el testigo–, lo metieron a un casa para torturarlo.

El 19 de septiembre del año pasado, el campesino Javier Torres Cruz, de 28 años, vecino de la comunidad La Morena, ubicada en la parte alta de la sierra de Petatlán, junto con su tío Isaías Torres Rosas, denunció en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que el ex presidente de los ganaderos de Guerrero y ex alcalde de Petatlán, Rogaciano Alba Álvarez, envió a tres sicarios a la ciudad de México que mataron a la abogada Digna Ochoa, el 19 de octubre de 2001.

Con esta denuncia la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) abrió nuevamente la investigación del asesinato de la abogada, que ya estaba archivada, con el expediente FCIH/1/T1/0063/07-09, pero a la fecha se desconocen los avances al respecto.

Después de que hizo esta denuncia, Javier Torres pidió protección a la Procuraduría del DF, pero ésta no ha respondido.

La madre del campesino, Martha Elba Cruz Márquez, declaró que esta denuncia fue lo que motivó la represión contra Javier, y afirmaba que que su hijo fue detenido y desaparecido por los militares los cuales, aseguró, actuaron al servicio de Rogaciano Alba, “ese (la denuncia ante la PGJDF) es el único delito que mi hijo cometió, el haber denunciado a Rogaciano; no hay otro motivo por el que lo hayan detenido los militares y se lo entregaron a Rogaciano Alba”.

¡TODO EL PODER AL PUEBLO!