Chilpancingo, Guerrero, a 10 abril del 2011
Carta al General Emiliano Zapata.
Donde se encuentre, que siempre será muy cerca de nosotros.
En su 92 aniversario luctuoso.
Chilpancingo, Guerrero.
Don Emiliano:
Con la novedad de que aquí estamos en Chilpancingo, ¿se acuerda?, sí, aquí donde en 1914, su Ejercito Libertador del Sur tomo la ciudad y en base al artículo 13 del Plan de Ayala, su Estado Mayor designó al General Jesús H. Salgado, Gobernador Provisional de Guerrero. Claro que éstas tierras le deben traer muchos recuerdos Mi General.
Pues fíjese que hoy nos reunimos los integrantes de nuestro grupo que se llama Taller de Desarrollo Comunitario o TADECO, como nos dicen, para homenajearlo por su vida, por su ejemplo y el legado de lucha y dignidad que nos dejó, resumido en su lema de Tierra y Libertad. Somos poquitos, así somos de por sí, pues modestamente aspiramos a ser un equipo de apoyo a las organizaciones del pueblo que luchan por una vida digna y por una Patria Nueva, pues como usted sabe, el pueblo es la fuerza motriz que hace la historia.
Y pues con la novedad General de que en éstos tiempos la gente de acá no mucho quiere nombrarlo porque como que su mirada no anda aquí abajo donde usted andaba General, sino arriba, allá mismo en el relumbrón del poder donde miraban los maderos, los carranzas, obregones y toda esa bola de bandidos que ahora con otros nombres siguen siendo los mismos que nos mal gobiernan Mi General. Pero no crea, aquí seguimos nosotros y otros muchos más, con el ansia de recuperar lo que usted y su Ejército Libertador del Sur, nos dejaron avanzado y que en estos cien años nos han vuelto a quitar: nuestra libertad, nuestra tierra y nuestra dignidad.
Pero que conste Mi General que no estamos celebrando que hace 92 años fue usted vilmente asesinado, sino que nos reunimos para no olvidarnos de que esa tarde de abril de 1919 usted no se murió, que simplemente se hizo nosotros y que así se ha ido escondiendo y apareciendo en nosotros y en todos los indígenas y campesinos pobres, en todos los trabajadores y el pueblo que lo quiere, que lucha por sus ideales y que cada vez que se necesita, sale a las calles y grita que Zapata vive y que la lucha sigue.
En esta fecha General, queremos aprovechar que vino y esta presente entre nosotros y en nosotros mismos, para manifestarle a usted y a todos nuestros hermanos campesinos y trabajadores de la ciudad y del campo, que además de juntarnos hoy para homenajearlo como se debe, nos reunimos también porque estamos preocupados, el pueblo anda como atarantado, como que lo tienen enyerbado, por un lado le han metido mucho miedo con una guerra de locos que ha desatado el mal gobierno contra sus socios los narcos y por otro lo tienen embaucado con las promesas de siempre de los ricos y su gobierno, de que un día llegarán a ser y a vivir como ellos. Con decirle que ya hasta hicieron promesas de plástico para que no quede duda de que a esas promesas se las llevará el viento.
Fíjese que acaba de haber elecciones acá en Guerrero y ¡ah! como extrañamos al General Salgado. Resulta que uno que era del PRI, ahora se hizo del PRD y compitió con su primo que sigue siendo del PRI y pues que le gana con ese embuste de que representa el cambio y la alternancia y cosas de esas, las mismas con las que el mentado aquel Zeferino, llegó hace seis años para darle atolito con el dedo al pueblo. Si, exacto Mi General, igualito que Carranza, Obregón y esos oportunistas mentirosos que primero fueron funcionarios porfiristas y acabaron disque de revolucionarios por la ambición de poder. Y ya ve lo que hicieron de este país, o mismo que están haciendo ahora.
Por eso aquí estamos General, soplándole a las brasas para que no se apague la llama de su lucha, porque estos malos gobiernos siguen sin memoria para los pobres y porque los mismos ricos hacendados, que usted conoció con otros nombres, nos siguen despojando de la tierra, de nuestros recursos naturales y del producto de nuestro trabajo, igualito como cuando usted llamó a luchar por la tierra y la libertad. De otros lados no le hablamos General porque nuestros hermanos zapatistas del EZLN y de la organizaciones del pueblo en otros estados, seguramente le harán llegar su Parte, pero sepa usted que ahí seguimos juntos en la Red Contra la Represión y por la Solidaridad y otras redes y espacios empujando La Otra Campaña que usted bien conoce y que tanto alienta con su ejemplo.
Ahora como en sus tiempos General, los malos gobiernos hacen leyes para legitimar el robo de nuestras tierras y entregar nuestros recursos naturales a los dineros del extranjero, fomentan el comercio desleal o “libre comercio” con las potencias extranjeras, que justifican el abandono del campo, que provocan cada vez más pobreza y el aumento de la migración de la población rural hacia las grandes ciudades y al extranjero. Ahora van por una reforma laboral para darle la puntilla a los derechos de los trabajadores y por otra llamada energética para acabar de saquear al país.
Y estas leyes fueron y son hechas por los malos gobiernos mexicanos, "neoliberales" como les llamamos ahora nosotros, que manejan nuestro país, como si fuera una finca en decadencia, una gran hacienda que hay que poner en venta con toda la peonada incluida, o sea los mexicanos, General y los que se niegan a aceptar las injusticias son perseguidos, encarcelados, muertos o desaparecidos.
No es que solo vengamos a quejarnos con usted General, sino que venimos a tomar aliento en su memoria y decirle claro que estamos aquí porque a pesar de que nos quitaron el Módulo de Información, Cultura y Denuncia que teníamos ahí en la Plaza que usted conoció, si, enfrente de la iglesia donde el Generalísimo Morelos realizó el Primer Congreso de Anáhuac y de que siguen sin respondernos donde está Jorge Gabriel Cerón Silva, nuestro compañero desaparecido y las demás personas que buscamos, que el profesor Máximo Mojica sigue preso junto con María de los Angeles y Santiago Nazario Lezma, pues seguimos de tercos por ayudar a que se junten las luchas de las organizaciones del pueblo contra la militarización que hace el gobierno de nuestros pueblos y ciudades, la criminalización de la lucha social, porque se desista de perseguir con órdenes de aprehensión y deje de hostigar a los luchadores sociales, que también se llaman defensores de derechos humanos.
No esta tan fácil General, pero seguimos buscando la forma de hacer pueblo para que los ricos paguen su crisis y sus nuevos adeudos; para defender la tierra y los recursos naturales, la tierra, el agua, los bosques, los manglares, los minerales y el petróleo, para conquistar nuestros derechos como pueblo, para defender la economía y el bienestar popular, por lograr la autosuficiencia y autogestión popular para aligerar el peso de la crisis y generar alternativas que nos den autonomía y gesten formas de poder popular, como ya le están haciendo por allá en Chiapas los nuevos zapatistas del EZLN que tan bien conoce usted, General.
Le avisamos General que vamos a seguir trabajando por los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales y por la construcción de nuevas relaciones entre hombres y mujeres con igualdad y equidad allá en los Módulos de Desarrollo Comunitario y exigiendo justicia para nuestros desaparecidos y asesinados y libertad para nuestros presos. Aunque a algunos les siga dando miedo y otros prefieran hacerse de la vista gorda para no comprometer sus prebendas y migajas de poder, seguiremos llamando a la solidaridad del pueblo pues como dijo el Comandante Cabañas, solo el pueblo salva al Pueblo. Y también vamos a seguir exigiendo a las autoridades que respondan y haga justicia y pues vamos a solicitarle una audiencia al nuevo gobierno conforme a nuestros derechos constitucionales, para insistir en nuestras demandas y nos restituyan el Módulo aquel que tanto molesta a los políticos y empresarios. Como usted decía Mi General, no pedimos nada que no nos corresponda.
Pues así están por ahora las cosas en estas tierras surianas General. No olvidamos que Guerrero tiene historia y que una parte importante de ella tiene que ver con usted y su Ejército Libertador del Sur. Por eso le pedimos que no deje de alentarnos General, que nos siga animando a la lucha por la tierra y libertad. Sabemos que no somos los únicos que recurrimos a usted para recordarlo en estas fechas General, que otros hermanos de lucha lo harán también y le pedimos que nos ayude a encontrar los caminos que nos conduzcan a luchar todos juntos por una sola causa y avanzar por la senda de ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo
Como en sus tiempos mi General, verá que siguen habiendo hombres y mujeres cabales que no se están callados y luchan para no dejarse, se organizan para exigir tierra y libertad, lo mismo que sus derechos. Por eso le escribimos a usted Don Emiliano en esta fecha, como quien dice pa’ no dejarlo en paz, para que sepa usted que aquí estamos, aquí seguimos y para que los ricos sepan que no estamos solos, que somos muchos y que usted sigue siendo nuestro guía, junto con Lucio y Genaro con quienes usted seguramente nos está escuchando.
¡Dígales que no nos rajamos, que aquí estamos, siendo pueblo, haciendo pueblo luchando por el pueblo y por una Patria Nueva!
¡Porque Guerrero tiene historia!
¡Viva el General Emiliano Zapata!
¡Zapata vive, la lucha sigue!
¡Por los caminos del Sur, La Otra Campaña va!
El Equipo del Tadeco
Taller de Desarrollo Comunitario A.C.,
Chilpancingo, Gro. A 10 de abril del 2011
¡TODO EL PODER AL PUEBLO!
Bienvenid@. Te invito a escuchar esta cancion antes de leer las notas o mientras lo haces.
domingo, 10 de abril de 2011
Carta al General Emiliano Zapata.
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sábado, 11 de abril de 2009
Homenaje videográfico musical al General Zapata
La Tumba de Zapata
Corrido de la muerte de Zapata (Amparo Ochoa)
Corrido a Emiliano Zapata
La Muerte de Zapata (Ignacio López Tarso)
Zapata (Arpioni)
¡TODO EL PODER AL PUEBLO!
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Etiquetas: Emiliano Zapata
Vigencia de Emiliano Zapata
Hoy hace 90 años, en una hacienda de Chinameca, en Morelos, fue asesinado el general Emiliano Zapata en una emboscada fraguada desde las filas del carrancismo. Concluyó, de tal forma, una vida consagrada a la lucha en defensa de la justicia, la libertad y los reclamos de los desprotegidos, y pionera en la reivindicación de una causa que habría de estar, desde entonces hasta la fecha, en el centro de los reclamos políticos y sociales en nuestro país y que habría de servir de inspiración a futuros dirigentes: el derecho de los campesinos sobre la tierra.
Hoy, nueve décadas después de su muerte y a casi un siglo del inicio de la Revolución Mexicana (1910) y de la promulgación del Plan de Ayala (1911), los ideales del Caudillo del Sur cobran particular vigencia y relevancia ante la desastrosa situación que enfrentan el campo y los campesinos en México. En efecto, después de la reforma agraria impulsada por el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, el campo mexicano sufrió durante el siglo pasado un proceso sostenido de abandono al fragor de los planes de industrialización nacional. Más tarde, el inicio del ciclo neoliberal profundizó ese deterioro con episodios como la contrarreforma agraria de Carlos Salinas de Gortari, quien en 1992, con el propósito de incrustar al agro mexicano en la lógica de mercado y en la apertura comercial, modificó el artículo 27 constitucional –eliminando el concepto de “propiedad social”– y, de esa manera, puso fin a los programas de redistribución de la tierra, liquidó el sistema ejidal y acabó, en suma, con una de las principales herencias del zapatismo y la Revolución.
Por añadidura, durante los pasados cinco lustros las sucesivas administraciones han puesto en marcha directrices que han significado el abandono de los entornos rurales y el empeoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes: han desmantelado los apoyos estatales a la pequeña producción y al consumo interno de alimentos, han concentrado el presupuesto destinado al campo en un reducido grupo de grandes exportadores y han iniciado procesos de apertura comercial indiscriminada –cuya expresión más acabada es el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte–, que hoy amenaza las perspectivas de vida de millones de campesinos. Ante ello, el grupo en el poder ha mantenido una actitud de cerrazón, insensibilidad y ceguera, y ha carecido de voluntad política para atender las expresiones de descontento que no sólo recorren al sector agrícola, sino que se extienden por amplias franjas de la población.
Por añadidura, desde los altos círculos del poder público se han emprendido, como en tiempos de Zapata, campañas de agresión y persecución en contra de luchadores sociales y activistas que han intentado continuar, de una u otra manera, el camino trazado por el Caudillo del Sur. Baste mencionar, como botón de muestra, las excesivas e injustas condenas que se han impuesto en contra de Ignacio del Valle y otros dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco.
En una coyuntura como la presente, cuando queda de manifiesto la necesidad de reactivar al campo mexicano y apoyar a sus habitantes, con miras a que el país recupere algo de lo que ha perdido en materia de autosuficiencia alimentaria y de justicia social, los ideales zapatistas se presentan intactos y vigentes. Corresponde a la sociedad retomarlos para saldar la deuda histórica con los sectores más desfavorecidos y para construir una nación más justa, libre y equitativa.
(Editorial de La Jornada)
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El último documento político de Emiliano Zapata
CARTA A VENUSTIANO CARRANZA
El día de hoy se cumplen noventa años del asesinato del general Emiliano Zapata. Para recordarlo en su exacta dimensión de dirigente popular, líder político y revolucionario consecuente, el servicio de noticias ISA reproduce aquí el último documento político firmado por el Caudillo del Sur, escrito menos de un mes antes de su asesinato. Es una carta abierta dirigida a Venustiano Carranza, en la que hace una radiografía cruda del curso derechista que la Revolución empezaba a tomar al ser dirigida por los nuevos catrines. A noventa años de su hechura, cualquier semejanza con la realidad actual de México no es mera coincidencia. Se podrían cambiar algunos nombres y parecería haberse escrito hoy.
Cuartel General del Ejército Libertador en el
Estado de Morelos, marzo 17, 1919
Un sello que dice: República Mexicana.- Ejército Libertador.
Cuartel General del Ejército Libertador en el Estado de Morelos.
Al C. Venustiano Carranza.-
México, D. F.
Como ciudadano que soy, como hombre poseedor del derecho de pensar y hablar alto, como campesino conocedor de las necesidades del pueblo humilde al que pertenezco, como revolucionario y caudillo de grandes multitudes, que en tal virtud y por eso mismo he tenido oportunidad de reconocer las reconditeces del alma nacional y he aprendido a escudriñar en sus intimidades y conozco de sus amarguras y de sus esperanzas; con el derecho que me da mi rebeldía de nueve años siempre encabezando huestes formadas por indígenas y por campesinos; voy a dirigirme a usted, C. Carranza, por vez primera y última.
No hablo al Presidente de la República, a quien no conozco, ni al político, del que desconfío; hablo al mexicano, al hombre de sentimiento y de razón, a quien creo imposible no conmuevan alguna vez (aunque sea un instante) las angustias de las madres, los sufrimientos de los huérfanos, las inquietudes y las congojas de la patria.
Voy a decir verdades amargas; pero nada expresaré a usted que no sea cierto, justo y honradamente dicho.
Desde que en el cerebro de usted germinó la idea de hacer revolución, primero contra Madero y después contra Huerta, cuando vio que aquél caía más pronto de lo que había pensado; desde que concibió usted el proyecto de erigirse en jefe y director de un movimiento que con toda malicia denominó “constitucionalista”; desde entonces pensó usted, primero que nada, en encumbrarse, y para ello, se propuso usted convertir la revolución en provecho propio y de un pequeño grupo de allegados, de amigos o de incondicionales que lo ayudaron a usted a subir y luego lo ayudasen a disfrutar el botín alcanzado: es decir, riquezas, honores, negocios, banquetes, fiestas suntuosas, bacanales de placer, orgías de hartamiento, de ambición de poder y de sangre.
Nunca pasó por la mente de usted que la revolución fuera benéfica a las grandes masas, a esa inmensa legión de oprimidos que usted y los suyos soliviantan con sus prédicas. ¡Magnífico pretexto y brillante recurso para oprimir y para engañar!
Sin embargo, para triunfar fue preciso pregonar grandes ideales, proclamar principios, anunciar reformas.
Pero para poder evitar que la conmoción popular (peligrosa arma de dos filos) se volviese contra el que la utilizaba y la esgrimía; para impedir que el pueblo, ya semilibre y sintiéndose fuerte, se hiciera justicia por sí mismo, se ideó la creación de una dictadura, a la que se dio el nombre novedoso de “dictadura revolucionaria”.
Se encontró luego la fórmula apropiada; se pronunciaron palabras sugestivas; eran precisas, indispensables, la unidad de dirección y de impulso, la cohesión entre los revolucionarios, la rapidez para concebir, la energía y la prontitud para ejecutar.
Todo eso, que no podrá tener cabida en una asamblea deliberante, se otorgó a un solo hombre, que fue usted, y desde entonces fue el único amo de las filas del constitucionalismo.
Para hacer triunfar las reivindicaciones libertarias de la revolución, se necesitaba un dictador —se dijo entonces—-. Los procedimientos autocráticos eran inevitables para imponerse a una sociedad refractaria a los principios nuevos.
En otros términos, la fórmula de la política llamada constitucionalista fue ésta: “Para establecer la libertad hay que valerse del despotismo”.
Sobre estos sofismas se fundó la autoridad de usted, el absolutismo y la omnipotencia de usted.
¿Cómo y de qué forma ha hecho usted uso de esos exorbitantes poderes, que habían de traer el triunfo de los principios?
Aquí es preciso, para no pecar de ligero, analizar con calma y pasar revista retrospectiva a los hechos desarrollados durante la ya bien larga dominación de usted.
En el terreno económico y hacendario, la gestión no puede haber sido más funesta.
Bancos saqueados; imposiciones de papel moneda, una, dos o tres veces, para luego desconocer, con mengua de la República, los billetes emitidos; el comercio desorganizado por estas fluctuaciones monetarias; la industria y las empresas de todo género, agonizando bajo el peso de contribuciones exorbitantes, casi confiscatorias; la agricultura y la minería pereciendo por falta de garantías y de seguridad en las comunicaciones; la gente humilde y trabajadora, reducida a la miseria, al hambre, a las privaciones de toda especie, por la paralización del trabajo, por la carestía de los víveres, por la insoportable elevación del costo de la vida.
En materia agraria, las haciendas cedidas o arrendadas a los generales favoritos; los antiguos latifundios de la alta burguesía, reemplazados en no pocos casos, por modernos terratenientes que gastan charreteras, kepí y pistola al cinto; los pueblos burlados en sus esperanzas.
Ni los ejidos se devuelven a los pueblos, que en su inmensa mayoría continúan despojados; ni las tierras se reparten entre la gente de trabajo, entre los campesinos pobres y verdaderamente necesitados.
En materia obrera, con intrigas, con sobornos, con maniobras disolventes, y apelando a la corrupción de los líderes, se han logrado la desorganización y la muerte efectiva de los sindicatos —única defensa, principal baluarte del proletariado en las luchas que tiene que emprender por su mejoramiento.
La mayor parte de los sindicatos sólo existen de nombre; los asociados han perdido la fe en sus antiguos directores, y los más conscientes, los que valen, se han dispersado llenos de desaliento.
Hoy se trata, al parecer, de infundirles vida nueva, pero con miras políticas (como siempre) y bajo la corruptora sombra del poder oficial. Acabamos de ver mítines obreros presididos y “patrocinados” (!) por un gobernador de provincia bien conocido como uno de los servidores incondicionales de usted.
Y ya que se trata de combinaciones de orden político, asomémonos al terreno de la política, en el que usted ha desplegado todo su arte, toda su voluntad y toda su experiencia.
¿Existe el libre sufragio? ¡Mentira! En la mayoría, por no decir en la totalidad de los estados, los gobernadores han sido impuestos por el centro; en el Congreso de la Unión figuran como diputados y senadores creaturas del Ejecutivo y en las elecciones municipales los escándalos han rebasado los límites de lo tolerable y aun de lo verosímil.
En materia electoral, ha imitado usted con maestría y en muchos casos superado a su antiguo jefe Porfirio Díaz.
Pero ¿qué digo? En algunos estados no se ha creído necesario tomarse siquiera la molestia de hacer elecciones. Allí siguen imperando gobernadores militares impuestos por el Ejecutivo federal que usted representa, y allí continúan los horrores, los abusos, los inauditos crímenes y atropellos del periodo preconstitucional.
Por eso decía yo al principio de esta carta, que usted llamó con toda malicia, al movimiento emanado del Plan de Guadalupe, revolución constitucionalista, siendo así que en el propósito y en la conciencia de usted estaba el violar a cada paso y sistemáticamente la Constitución.
No puede darse, en efecto, nada más anticonstitucional que el gobierno de usted; en su origen, en su fondo, en sus detalles, en sus tendencias.
Usted gobierna saliéndose de los límites fijados al Ejecutivo por la Constitución: usted no necesita de presupuestos aprobados por las Cámaras; usted establece y deroga impuestos y aranceles; usted usa de facultades discrecionales en Guerra, en Hacienda y en Gobernación; usted da consignas, impone gobernadores y diputados, se niega a informar a las Cámaras; protege al pretorianismo y ha instaurado en el país, desde el comienzo de la era “constitucional” hasta la fecha, una mezcla híbrida de gobierno militar y de gobierno civil, que de civil no tiene más que el nombre.
La soldadesca llamada constitucionalista se ha convertido en el azote de las poblaciones y de las campiñas. Según confesión de los más altos jefes de usted (nada menos que el secretario de Guerra, José Agustín Castro), la revolución se extiende y nuevos rebeldes aparecen cada día, en gran parte debido a los excesos y desmanes de jefes sin honor y carentes de todo escrúpulo, que, olvidando su carácter de guardianes del orden, son los primeros en trastornarlo con sus crímenes y sus actos de vandalismo.
Esa soldadesca, en los campos, roba semillas, ganados y animales de labranza; en los poblados pequeños, incendia o saquea los hogares de los humildes, y en las grandes poblaciones especula en grande escala con los cereales y semovientes robados, comete asesinatos a la luz del día, asalta automóviles y efectúa plagios en la vía pública, a la hora de mayor circulación, en las principales avenidas, y lleva su audacia hasta constituir temibles bandas de malhechores que allanan las ricas moradas, hacen acopio de alhajas y objetos preciosos, y organizan la industria del robo a la alta escuela y con procedimientos novísimos, como lo ha hecho ya la célebre mafia del “automóvil gris”, cuyas feroces hazañas permanecen impunes hasta la fecha, por ser directores y principales cómplices personas allegadas a usted o de prominente posición en el ejército, hasta donde no puede llegar la acción de un Gobierno que se dice representante de la legalidad y del orden.
Y, sin embargo, usted acaudilló a todos esos hombres; usted, su Primer Jefe; usted sigue siendo el responsable ante la ley y ante la opinión civilizada, de la marcha de la administración y de la conducta del ejército, y sobre usted recaen esas manchas y a usted salpica ese lodo.
¡Con cuánta razón los gobiernos extranjeros no tienen confianza en el de usted, y con qué justo motivo el de Francia se ha negado a recibir al enviado constitucionalista, considerándolo como el representante de una facción y no como el funcionario de un gobierno!
Las naciones extranjeras recuerdan la conducta de usted durante el periodo del gran conflicto guerrero, y no tienen para usted sino recelos, desconfianza y hostilidad.
Usted protestó ser neutral, y se condujo como furioso germanizante; permitió y azuzó la propaganda contra las potencias aliadas, protegió el espionaje alemán, obstruccionó y perjudicó el capital, los intereses y las finanzas de los extranjeros hostiles al káiser.
Usted, con sus desaciertos y tortuosidades, con sus pasos en falso y sus deslealtades en la diplomacia, es la causa de que México se vea privado de todo apoyo por parte de las potencias triunfadoras, y si alguna complicación internacional sobreviene, usted será el único culpable.
Usted ha orillado a nuestro país a la ruina en lo económico, en lo financiero, en lo político y en el orden internacional.
La política de usted ha fracasado ruidosamente.
Usted ofreció y anunció que por medio de un régimen dictatorial que disfrazó con el nombre de Primera Jefatura, haría la paz en la República, mantendría la cohesión entre los revolucionarios, consolidaría el triunfo de los principios de reforma.
La paz no se ha hecho, ni se hará nunca con los procedimientos que usted emplea y con el desprestigio que sobre usted pesa. Los revolucionarios, los de la facción constitucionalista, los que usted ofreció unir, están cada vez más desunidos: así lo confesó usted en su último manifiesto, y en cuanto a los ideales revolucionarios, yacen maltrechos, destrozados, escarnecidos y vilipendiados por los mismos hombres que ofrecieron llevarlos a la cumbre.
Nadie cree ya en usted, ni en sus dotes de pacificador, ni en sus tamaños como político y como gobernante.
Es tiempo de retirarse, es tiempo de dejar el puesto a hombres más hábiles y más honrados. Sería un crimen prolongar esta situación de innegable bancarrota moral, económica y política.
La permanencia de usted en el poder es un obstáculo para hacer obra de unión y de reconstrucción.
Por la intransigencia y los errores de usted, se han visto imposibilitados de colaborar en su Gobierno, hombres progresistas y de buena fe que hubieran podido ser útiles a México.
Esos hombres, esos intelectuales, esa juventud pletórica de ideales, esa gente nueva, no mancillada, no corrompida ni gastada, esos revolucionarios de ayer, se han apartado de la cosa pública llenos de desencanto; esos jóvenes que se han iniciado en los grandes principios de la revolución y sienten infinita ansia de realizarlos; esos enamorados del ideal, que hoy llevan el alma impregnada de anhelo por un gobierno serio, honrado, fuerte, impulsado por anhelos generosos y atento a cumplir los compromisos contraídos en hora solemne.
Devuelva usted su libertad al pueblo, C. Carranza; abdique usted sus poderes dictatoriales, deje usted correr la savia juvenil de las generaciones nuevas. Ella purificará, ella dará vigor, ella salvará a la patria.
Y si usted, como simple ciudadano, puede colaborar en la magna obra de reconstrucción y de concordia, sea usted bienvenido.
Pero, por deber y por honradez, por humanidad y por patriotismo, renuncie usted al alto puesto que hoy ocupa y desde el cual ha producido la ruina de la República.
Nuevos horizontes se presentan para la patria. El señor doctor don Francisco Vázquez Gómez, hombre conciliador y atingente, antiguo y firme revolucionario, invita a la unión a los mexicanos, y ha encontrado una fórmula de unificación y de gobierno, dentro de la que caben todas las energías sanas, todos los impulsos legítimos, el esfuerzo de todos los intelectuales de buena fe y el impulso de todos los hombres de trabajo.
Bajo esa nueva dirección se podrá hacer patria, se fundará una paz definitiva, se reorganizará el progreso, se consolidará un gran Gobierno de la unificación revolucionaria.
Y para allanar esa obra que de todas maneras habrá de realizarse, sólo hace falta que usted cumpla con un deber de patriota y de hombre, retirándose de lo que usted ha llamado Primera Magistratura, en la que ha sido usted tan nocivo, tan perjudicial, tan funesto para la República.
Emiliano Zapata.
¡TODO EL PODER AL PUEBLO!
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viernes, 10 de abril de 2009
Manifiesto de la Coordinación Revolucionaria
MANIFIESTO A LA NACIÓN No. 11
¡¡¡Lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella!!!
A los pueblos de México.
A los pueblos del mundo.
El alazán de Zapata relincha preparándose para nuevas batallas.
La crisis económica actual beneficia a los poderosos de siempre, es una oportunidad para que los más acaudalados, los enlistados en Forbes, los que especulan, monopolizan y saquean, continúen siendo favorecidos por los gobiernos en turno. Una muestra es la línea de crédito por 47 mil millones de dólares, solicitados por el gobierno espurio, que servirán para salvar a banqueros y grandes empresarios; deuda, que desde luego será endosada al pueblo con nuevos fobaproas.
A los poderosos, la crisis les permite depredar aún más nuestros recursos naturales, con el pretexto de la creación de empleos nos despojan de tierras, bosques, aguas, petróleo. Los pueblos originarios, pierden hasta el derecho a preservar sus semillas ante el monopolio de los transgénicos y los agrotóxicos. El único que manda es el dios dinero, el capital.
La política neoliberal, implementada durante estas tres décadas por los gobiernos priistas y panistas es de absoluto abandono al campo. Ya que sin recursos económicos básicos para la producción agrícola, los jornaleros se ven obligados a emigrar hacia Estados Unidos y otras ciudades. Es decir, el capital nos ha desalojado y se ha apropiado de nuestras tierras, nos ha mandado a ciudades extrañas en las que siempre seremos los marginados y nuestras tierras ancestrales han quedado abandonadas.
Hoy, ante la crisis global producto de la especulación, miles de trabajadores mexicanos migrantes, se han quedado sin empleo y son objeto de recrudecidas actitudes xenofóbicas, situación que los obliga a regresar a su tierra donde las deplorables condiciones de vida los enfrenta también a un futuro incierto, sin empleo o con salarios de hambre, mientras tanto, los escasos recursos destinados al campo siguen siendo acaparados por desgobernadores, lideres corruptos, caciques, presidentes municipales, pripanperredistas, que con esta forma sucia de ejercer la política han asegurado hasta ahora sus cotos de poder.
La voracidad del neoliberalismo impulsa el despojo de las tierras ejidales, la tala de árboles y la deforestación, el acaparamiento de las aguas por las empresas trasnacionales, las expropiaciones de las tierras para la construcción de hoteles, tiendas de autoservicio, para la gran industria, o la construcción de autopistas, etc., permitiendo por un lado el fortalecimiento de la infraestructura capitalista y por el otro, el empobrecimiento de la vida y de las condiciones de existencia de los pueblos.
El campo mexicano ha recibido por parte del Estado mafioso, la represión sistemática acrecentándose la militarización y el hostigamiento a las comunidades campesinas en donde la organización es más evidente, baste para muestra la represión contra la lucha del Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra (FPDT), la lucha que libran los campesinos en Guerrero, Morelos, Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Zacatecas entre otros.
Para acallar la voz del pueblo, el estado mexicano silencia las voces de las radiodifusoras comunitarias en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, la Huasteca, amenazan, encarcelan y asesinan, se acrecienta la represión selectiva contra luchadores sociales, es decir, se criminalizan las luchas.
Sólo un año nos separa del centenario del levantamiento de Zapata al frente del Ejército Libertador del Sur (ELS) y no se han resuelto, ni resolverán en el corto plazo las demandas enarboladas en la revolución de 1910. Hoy son las mismas.
Para nosotros, los mexicanos de abajo, es el momento de organizarnos y luchar por preservar nuestra nación, tierras y aguas. Por forjarnos un presente y un futuro dignos.
Todo pareciera indicar que es la hora de ellos, pero no, es la nuestra. Es la hora de prepararnos para la defensa constante de lo que nos pertenece y la recuperación de lo que nos han quitado.
En la Constitución, quedaron plasmados los derechos a la salud, educación, empleo, vivienda digna, garantías individuales, igualdad de todos los mexicanos ante la ley, y luego, a través del tiempo, reforma tras reforma, la fueron cercenando, violentando su esencia, a modo tal que hoy defiende prioritariamente los intereses de la clase en el poder.
Es la hora de alzar la voz, de apretar más el puño, de apresurar el paso, de recordar, que a los presos de conciencia, como Ignacio del Valle, Gloria Arenas y Jacobo Silva, por mencionar a algunos, solo los puede liberar la lucha del pueblo.
¿Podemos creer que sólo por medio de elecciones, leyes y discusiones en el Congreso vamos a obligar a los ricos a no ser tan injustos y avorazados?
¿Podemos creer que la falsa izquierda, modosita, amaestrada y experta en componendas para hacer como que lucha, garantiza la defensa de los intereses populares?
Es hora de recurrir a todas las formas de lucha. El México que queremos no nos lo van a dar los saqueadores y sus cómplices. ¡Lo estamos construyendo nosotros, los de abajo!
Por eso, este 10 de abril, no sólo vamos a gritar vivas, ni a guardar minutos de silencio, por la muerte del General Emiliano Zapata, ni a señalar la dimensión de su victoria moral, dirigiremos nuestra voluntad a continuar e intensificar la lucha diaria. Nuestro brío no es el único ni el mejor, pero sumado al de otros, quiere crecer y coadyuvar a construir la patria solidaria y democrática, que soñamos los excluidos. Es el turno de los siempre despojados, humillados y violentados, es el turno del pueblo. La decisión de muchos empuja la nave de la historia hacia mejores horizontes.
¡POR LA UNIDAD DEL PUEBLO, LA COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA!
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MRLCB
Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
TDR-EP
Organización Insurgente 1º de Mayo
OI-1M
Brigada de Ajusticiamiento 2 de Diciembre
BA-2D
Unidad Popular Revolucionaria Magonista
UPRM
República Mexicana, 10 de abril de 2009.
¡TODO EL PODER AL PUEBLO!
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Comunicado del Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo
COMUNICADO 18
…El pueblo, y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar...
(Rubén Jaramillo, 1918).
A los pueblos de Morelos
A los pueblos de México.
A los pueblos del mundo.
Este 10 de abril no basta para nosotros conmemorar los 90 años del asesinato del general Emiliano Zapata, porque hemos determinado llevarlo presente por siempre en la cotidianidad de la lucha diaria por la transformación radical y profunda de nuestra sociedad.
De manera que ante la crisis global, “que viene de fuera”, como lo desgañitan a diario los voceros del espurio “lipe”, los campesinos y pueblos de Morelos, campesinos zapatistas de origen, los excluidos y condenados a soportar la desigualdad del sistema capitalista, hacemos un alto en el andar para hacer un balance y reflexionar el cómo estamos trabajando, el cómo estamos construyendo el legado de zapata, el cómo podemos hacer mejor las cosas para continuar resistiendo y sembrando libertades.
El estado de Morelos se caracteriza por tener un clima agradable con sus abundantes barrancas por la que circulan las aguas que se unen al rio balsas, por otro lado son fuentes conductoras por la cual circulan los aires fríos del norte y los cálidos del sur, lugar donde brotan los abundantes manantiales y mantos acuíferos gracias a la sierra del norte que funciona como captadora y re cargadora de aguas, también llamada el corredor biológico Chichinautzin hasta llegar al volcán Popocatépetl y la sierra de Montenegro, convirtiéndose así en un lugar propicio para la agricultura, la ganadería y el turismo.
Sin embargo en este mismo territorio conviven dos Morelos: el Morelos de los de arriba, el de los grandes centros turísticos y comerciales, donde se reúnen y acuerdan los señores del poder y del dinero; donde los caciques han sentado sus reales para saquear los bancos de arena, destruir las economías locales, apoderarse de grandes territorios de tierras como en la sierra de Huautla, para destruir los bosques, flora y fauna, mediante la tala inmoderada, el ensanchamiento de complejos habitacionales sobre zonas históricas de cultivo, el acaparamiento de zonas estratégicas por parte de la coca cola para la extracción de agua, etc.etc.
Y el Morelos de los de abajo, donde se resiste y se lucha cotidianamente, donde las consignas ¡Zapata Vive! ¡La lucha sigue! Se escuchan y se corean por todos los rincones del estado, desde los pueblos de Xoxocotla pasando por los pueblos de Alpuyeca, de Temixco y de Cuernavaca, donde se lucha contra el basurero del señor Giles en loma de Mejía, en el norte están Ocotepec y Cuajomulco pueblos de guerreros en defensa de sus bosques, de sus usos y costumbres, donde se rescatan, reinventan y se defiende la cultura otra.
Podemos decir que en diversos lugares de Morelos se construye ya, la otra ruta zapatista, la ruta de los guerreros, que han determinado frenar y resistir al capital y su expresión neoliberal, para recuperar, rescatar y defender su propia existencia, construyendo nuevas formas de interactuar entre iguales como seres humanos, con el medio ambiente, cuidando los bosques, aguas y combatiendo la cultura consumista que produce toneladas de basura, que cada día contamina el medio ambiente.
La cultura otra, esa, la del poder popular, la que se construye cotidianamente desde abajo, entre los hombres y mujeres, en calidad de iguales, de manera horizontal, con sus propios medios, reconociendo las diversos sentimientos de rebeldía, es el tirante de la resistencia y la lucha de los desposeídos, de los que bregan por un mundo más humano y solidario, de aquellos pueblos que están en el esfuerzo por la construcción y recuperación de su cultura; como las radios comunitarias que contribuyen a que otro mundo sea posible, o la de aquellos mujeres y hombres que resisten el embate de los medios gubernamentales como el caso de la radio y televisión del congreso, no olvidemos a los maestros que luchan y enfrentan con dignidad el constante acoso gubernamental que trata por todos los medios de imponer la ACE, o de los pueblos que permanentemente son agredidos por los fuerzas militares y policiacas estatales y federales, por defender sus usos y costumbres, la toma de sus decisiones colectivas; también los constantes acosos a artistas y cineastas que han determinado asumir una actitud honesta, y ponen todo su esfuerzo porque su actividad y creatividad plasme una visión crítica de la realidad existente.
Por todo esto, saludamos y llamamos a los excluidos del planeta y en especial a los de nuestro estado de Morelos, a mantenernos atentos ante la intransigencia de los gobernantes que pretenden con el préstamo de 47 mil millones de dólares, rescatar las industrias y los bancos de los barones del dinero que en realidad se pudren en riquezas.
No permitamos que los pueblos que eligen en asambleas a sus representantes populares, sean agredidos por fuerzas policiacas y militares.
No permitamos que los pueblos que determinaron defender el agua, que es un deber de todos sean reprimidos o asesinados.
No permitamos que se sigan dando los asesinatos contra las mujeres en todos los rincones del estado.
No permitamos que los obreros trabajadores de las fábricas e industrias sean utilizados por la clase empresarial, para presionar al estado y recibir mayores prebendas ante la supuesta quiebra de sus empresas.
Organicémonos y luchemos ante la intransigencia de los gobernantes que pretenden “embellecer” para la gente “bonita” el centro histórico de Cuernavaca, “limpiándolo” de comerciantes indígenas, limpiaparabrisas y ambulantes
Ante la pobreza, resistamos y luchemos para no continuar vendiendo los campos de cultivo que más adelante serán las bases de nuestro propio desarrollo.
No permitamos el engaño del señor Javier Orihuela con su negociado bio relleno metano génico, que en realidad vendrá a contaminar más los mantos acuíferos, bosques y a los pueblos que viven alrededor.
No quitemos el dedo del renglón ante la lucha en contra de los proyectos devastadores carreteros en Lerma-Tres Marías, libramiento norponiente y el proyecto siglo 21 con la autopista del sol.
Finalmente para el pueblo en lucha mientras exista la injusticia y la pobreza, seguirá vigente la lucha de los pueblos Zapatistas.
COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
CJM-23M
¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
¡¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!!
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA - EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP
Campamento revolucionario, Sierra de Huautla, Tlaquiltenango Morelos a 10 de abril del 2009
¡TODO EL PODER AL PUEBLO!
Publicado por Hugo en 23:48 0 comentarios
Etiquetas: CJM23M, Contaminacion, ecologia, Emiliano Zapata, Guerrillas en Mexico, Morelos