Bienvenid@. Te invito a escuchar esta cancion antes de leer las notas o mientras lo haces.

viernes, 13 de marzo de 2009

Agresión a miembro de la APPO.



Fuente: Fridaguerrera.blogspot.com

¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

DETENCIONES OCURRIDAS EN ATOYAC GUERRERO EL 10 Y 11 DE MARZO‏

ATOYAC DE ALVAREZ GUERRERO, A 13 DE MARZO DEL 2009.


A LOS MEDIOS DE COMUNIACIÓN

A LAS ORGANZACIONES SOCIALES

A LOS DEFERENSORES DE DERECHOS HUMANOS

A LA CIUDADANIA EN GENERAL.


EN EL MARCO DEL SUPUESTO COMBATE AL NARCOTRÁFICO DESARROLLADO POR EL GOBIERNO MEXICANO SE ESTA DESARROLLANDO UNA SERIE DE VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS CONTRA LA CIUDADANÍA, TAL ES EL CASO DE LO OCURRIDO EL DIA DE AYER EN OPERATIVOS DIVERSOS OCURRIDOS EN EL ESTADO DE GUERRERO Y PUBLICADOS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACION, UNO DE LOS CUALES DESARROLLADO EN EL MUNICIPIO DE ATOYAC DE ALVAREZ DONDE RESULTARON DETENIDOS ARBITRARIAENTE: NOE FLORES TABAREZ, JAIRO BACILIO REYES, CARLOS RADILLA FLORES Y ERICK CARMONA MARTINEZ SUPUESTAMENTE CON DROGAS, CARTUCHOS Y CARGADORES, Y RELACIONANDOLOS CON EL TRAFICO DE DROGAS.

EL HECHO ES EL SIGUIENTE DE ACUERDO CON FAMILIARES DE UNO DE LOS DETENIDOS.

EL MARTES POR LA TARDE ALREDEDOR DE LAS 6:30 PM DESPUES DE REGRESAR DE DARCE UN BAÑO EN EL RIO DE ATOYAC LOS JOVENES SE DIRIJIAN EN DOS CARROS DISTINTOS ADELANTE IBA UN COCHE Y ATRAS LA CAMIONETA MENCIONADA, LOS DE ADELANTE SE TOPARON UNA UN CAMIÓN Y UNA HUMMER LLENAS DE MILITARES ENCAPUCHADOS, PERO ESTOS NO FUERON REVISADOS LO QUE SI PASO CON LA CAMIONETA TOYOTA, LA CUAL SI FUE REVISADA POR LOS ELEMENTOS MILITARES, LOS CUALES HICIERON UNA EXSAUSTIVA REVISION AL VEHICULO, NO ENCONTRANDO NADA EN SU INTERIOR Y TRATANDO DE ACHACARLES PRIMERO EL DELITO DEL ROBO DEL VEHICULO, HAY TESTIGOS QUE ASEGURAN QUE LOS TUVIERON MAS DE MEDIA HORA REVISANDO LACAMIONETA SIN ENCONTRAR NADA EN SU INTERIOR, PERO COMO HACEN CUALQUIER COSA PARA INCRIMINIAR SE LOS LLEVARON DETENIDOS AL CUARTEL MILITAR DE ATOYAC SEDE DE LA 27 ZONA MILITAR, DONDE LOS TUVIERON DETENIDOS POR UN LARGO TIEMPO Y TOMANDOLES FOTOGRAFIAS SIN PRESENTARLOS A LAS AUTORIDADES CORRESPONDIENTES. YA EL DIA MIERCOLES SON TRASLADADOS A LA CIUDAD DE ACAPULCO, UNO DE ELLOS CUENTA QUE POR EL POBLADO DE PIE DE LA CUESTA LOS VENDARON Y COMENZARON LA TORTURA PSICOLOGICA Y GOLPEARON A UNO DE LOS DETENIDOS, YA EN LA UMAN APARECEN CON DROGAS, CARTUCHOS, Y DEMAS, DONDE HASTA EL MOMENTO ESTAN DETENIDOS Y ESPERANDO LA RESOLUCION FINAL.

CONDENAMOS ENERGICAMENTE ESTE TIPO DE ACCIONES QUE NO HACEN MAS QUE AFECTAR A LA CIUDADANIA Y ACRECENTAR EL DESCONTENTO SOCIAL EXISTENTE, LOS MILITARES ESTAN EN LA CALLE ANTICOSNTITUCIONALMENTE Y NO HACEN MAS QUE VIOLAR LAS GARANTIAS INDIVIDUALES DE LA CIUDADANIA, UNO YA NO SABE DE QUIEN CUIDARCE. LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRAFICO ES UNA GUERRA PERDIDA CON ESTE TIPO DE ACCIONES NO VAN A PODER DETENERLOS SI PRIMERO NO HACEN LA LIMPIA NECESARIA EN LAS ESTRUCTURAS DE PODER DOMINANTES.

LLAMAMOS A TODA LA CIUDADANIA A ALZAR LA VOZ CONTRA ESTE TIPO DE ATROPELLOS Y A MANIFESTARCE PORQUE ESTO SE DETENGA.


ATENTAMENTE.

KOLECTIVO LIBERTARIO AKA TAMBIEN RESISTIMOS.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

El país desde abajo Apuntes de mi gira por México II: AMLO

En todo el país la gente del pueblo es buena y trabajadora. Los norteños son muy emprendedores. Por lo general, son serios, poco expresivos, pero muy respetuosos. En las asambleas escuchan atentamente, no aplauden con facilidad, actúan como ciudadanos en sentido clásico, son más razón que pasión. La gente más progresista del norte es la de Nayarit, Sinaloa, La Laguna, el sur de Sonora, Colima y las Baja Californias. También lo son quienes viven en las ciudades fronterizas, posiblemente por el fenómeno migratorio. En Michoacán, por su gran cultura purhépecha y por las enseñanzas de Morelos, Ocampo, Mújica y el general Lázaro Cárdenas, la gente es liberal y de vocación social bien arraigada. Jalisco, contra lo que se piensa, no es conservador, le ayuda la influencia de Michoacán, su población de origen indígena, el carácter abierto de los costeños, y el espíritu cosmopolita de Guadalajara.

En el centro del país predomina la influencia de la gran ciudad de México. Mucha gente de los estados más cercanos ha emigrado al Distrito Federal y mantiene comunicación con familiares que todavía viven en pueblos de San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, estado de México, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca y Veracruz. En toda esta región predominan las culturas indígenas, la población es trabajadora y generosa. Mención especial merecen los habitantes de la ciudad de México, los más progresistas del país, los más informados y politizados pero, sobre todo, los más solidarios. Mi admiración y respeto a los guerrerenses por su ejemplar vocación de lucha. Siempre han demostrado su amor por la libertad y la justicia. Los habitantes del sureste son festivos y están llenos de pasión. Alguien dijo que un tabasqueño vive en un día las pasiones, los amores, las desdichas y las alegrías, que le llevaría un año experimentar a otros seres humanos.

Un país abundante en pobreza

En México los más pobres son los indígenas de todas las regiones y etnias. Fue tan cruel la conquista y la colonia que, en pos de la libertad y de sus culturas, y para salvarse de la esclavitud y la encomienda, se fueron remontando a las partes más alejadas e inhóspitas del territorio. Es el caso de los huicholes, coras y tepehuanes de las sierras de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit; el de los tarahumaras de Chihuahua, de los yaquis de Sonora, el de los náhuas de las montañas de Puebla, o de los chontales de los pantanos de Tabasco. Como sabemos, todos los pueblos originarios estaban asentados en los mejores valles o en las franjas costeras y con la colonización se les despojó de sus tierras y se fueron a proteger a zonas inaccesibles, de refugio.

No sólo padecieron durante la colonia, sino después de la independencia y hasta el porfiriato en que eran acosados por enganchadores para ser convertidos en peones acasillados de las haciendas. Desde la conquista, la explotación del indígena siempre se ha querido justificar con una supuesta inferioridad racial. Este pensamiento, desgraciadamente, aún persiste. Con frecuencia se olvida que la pobreza no es producto ni de la raza, ni de la fatalidad, ni del destino, ni porque Dios quiere, sino de la injusticia y de la opresión.

La pobreza está por todas partes del país, aunque es más agobiante en las comunidades indígenas del sur y del sureste. Hay mucha pobreza en pueblos como San Juan Cancuc, Chalchihuitán y Chanal, en la zona de Los Altos en Chiapas; duele lo que sucede en muchos municipios y comunidades de Oaxaca; inclusive, en la región de la costa, donde habita población afromexicana que vive en el abandono.

Recuerdo que por un camino de terracerías, llegamos una tarde-noche a Tapextla, comunidad cercana a Cuajinicuilapa, en la zona limítrofe entre Oaxaca y la Costa Chica de Guerrero. Allí, a pesar de la marginación, conservan su cultura y sus bailes tradicionales, zapatean arriba de un tronco hueco de árbol de parota, llamado artesa. En todas las comunidades pobres de México, lo único que no les falta es la música; sea con violín como en Chiapas, o con bandas como en Oaxaca o en la Montaña de Guerrero. En mi visita a Cochoapa, Guerrero, municipio de nueva creación –que surgió al dividirse el territorio de Metlatónoc, considerado el más pobre del país–, me impactó tremendamente el silencio de la gente. Me recibieron con música de banda de acordes tristísimos. Allí me llené de sentimientos. Les dije despacio que nuestra lucha se resume en una frase: arriba los de abajo, arriba los pobres y abajo los privilegios.

También hay mucha pobreza en la sierra de Zongolica, Veracruz; en la sierra de Hidalgo y Puebla, y en las Huastecas; lo cierto es que la pobreza está extendida por todo el país.

La despoblación del campo

En los tiempos de la política neoliberal o de pillaje, el sur-sureste se ha vuelto como Centroamérica y el norte se ha empobrecido como era antes el sur-sureste. Durango es el estado con más pobreza en el norte. Recientemente estuve en Benjamín Hill, Sonora, que antes de la privatización de los ferrocarriles era una importante estación del tren; ahora es un pueblo desolado, con población desempleada, y esto se repite en muchos otros municipios de esa región. No olvidemos que en los últimos 26 años, el modelo económico impuesto ha consistido en la creación de islotes de progreso rodeados de pobreza.

La mayor parte del territorio nacional se despobló por el abandono al campo y la gente se ha ido a vivir y a buscarse la vida al extranjero, a ciudades fronterizas, a centros turísticos y a algunas ciudades del interior del país. De los 2 mil 38 municipios que visité, la mitad tiene ahora menos población que en 1980.

Por el fenómeno migratorio hay pueblos abandonados o donde sólo viven ancianos, mujeres y niños, porque los jóvenes han salido a buscar oportunidades a otras partes o del otro lado de la frontera. Este éxodo ha servido como válvula para aminorar la presión y evitar un estallido social. Imaginemos lo que hubiese pasado si durante este largo periodo de estancamiento económico y desempleo no hubiesen ido a buscarse la vida a Estados Unidos 8 millones de mexicanos. Ha sido doloroso e infame este exilio forzado por la necesidad de muchos compatriotas, pero al mismo tiempo, ha sido un factor de estabilidad política y social. Además, ha permitido que ingresen remesas anuales por más de 20 mil millones de dólares, en beneficio de las familias de nuestros paisanos y de la economía de los pueblos en muchas regiones. Gracias a la migración, en zonas tradicionalmente pobres de México, como el Valle del Mezquital en Hidalgo o la Mixteca poblana, oaxaqueña y guerrerense, se ven mejoras importantes en las viviendas que ningún programa gubernamental ha propiciado.
Los que no han emigrado viven con muchas carencias, hay hambre y desnutrición; los trabajadores deben resignarse con salarios que apenas les permiten sobrevivir; la gente no tiene siquiera para lo más elemental: para el pasaje, la compra de medicamentos, para el gas, la luz, o para vestir y calzar a los hijos; hay muchos enfermos y discapacitados sin ninguna atención. El llamado Seguro Popular es pura demagogia; faltan médicos y en los centros de salud sólo entregan recetas, porque se carece de medicamentos.

En municipios de la Mixteca de Puebla, limítrofe con el estado de Guerrero, concretamente en Ahuatlán e Ixcamilpa, me pidieron con desesperación que denunciara que los centros de salud no tienen suero contra picaduras de alacrán, que es lo más urgente. En materia educativa el atraso es notorio, en las comunidades más apartadas sólo hay clases de martes a jueves. Muchas veces, un maestro debe atender a los alumnos de varios grados. Los profesores están mal pagados y para obtener una plaza necesitan comprarla en 150 mil pesos.

También debo decir que en ciertas partes del país ha habido crecimiento económico, pero esto no ha significado mayor bienestar para su población. Por ejemplo, en las ciudades fronterizas hay empleo en las maquiladoras pero muy mal pagado. Una mujer que trabaja recibe 500 pesos a la semana y, por lo general, sólo en transporte y en celular se gasta la mitad. Y vive en colonias donde no hay pavimento, escasea el agua, no cuentan con guarderías, la gente habita en viviendas precarias y ha crecido la desintegración familiar y la pérdida de valores comunitarios.

La virtud de los indígenas

De estas colonias son algunos jóvenes que por problemas familiares, el mal trato y ante la falta de oportunidades de trabajo bien remunerado y de estudios, han tomado el camino de las conductas antisociales. Pero no olvidemos que la pobreza en las comunidades indígenas se enfrenta en una atmósfera colectiva de auténtica solidaridad; algo distinto al individualismo que se ha venido entronizando en las zonas urbanas pobres.

Cuando fui jefe de gobierno en la ciudad de México, comprobé que la mayor incidencia delictiva provenía de barrios y colonias con más descomposición social y era menor la delincuencia en el sur de la ciudad, en delegaciones como Tlalpan, Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta, donde se tienen arraigados valores colectivos y vínculos comunitarios. De modo que mejores oportunidades de trabajo y de estudios, impiden el desbordamiento de la violencia, pero también a mayor cultura y valores comunitarios, menor delincuencia.

Al recorrer el país he vuelto a comprobar que la comida tradicional del pueblo de México es variada, sana y nutritiva. La comida, como el habla de la gente, obedece a la cultura de cada región. Entre más predominio indígena existe, es mayor la variedad de condimentos y guisos. El México del norte es más carnívoro, el del centro y del sur, con más presencia indígena, es más vegetariano; la costumbre de comer pescado está en todas partes, no sólo en las costas, también en las zonas centrales. Me llevaría mucho espacio abordar la diversidad de la comida mexicana, que va desde la carne seca de Chihuahua, pasando por el huauzontle de Tlaxcala hasta el caldo de cuatete y mariscos de la Costa de Guerrero, al que llaman rompecatres.

La comida es deliciosa, qué duda cabe, el problema es que la gente no tiene para comprar lo que necesita. Con un salario mínimo en 1982 se podían adquirir 56 kilos de tortilla; hoy apenas alcanza para 5. La falta de dinero limita la ingesta de proteínas, las porciones no son suficientes y se compra la carne más barata y con menos nutrientes.

Además, se han venido introduciendo malos hábitos alimenticios. Es ilógico que se consuma tanta coca-cola o su equivalente, habiendo, sobre todo en el medio rural, la posibilidad de tomar agua de fruta de temporada, más barata y nutritiva. La coca-cola cuesta tres veces más que el agua de fruta. Hay quienes justifican este hábito diciendo que estos productos embotellados aportan calorías, aunque en caso de ser cierto, esta misma energía se podría obtener de bebidas tradicionales como el pozol y el tascalate, elaborados de maíz con cacao, o el chilate, de arroz y cacao.

Falta orientación nutricional

Creo que este consumo de refresco, calculado en un millón de litros diarios, se debe fundamentalmente a la publicidad y ha llegado a ser, en ciertas regiones, algo que da estatus. Me parece injustificado que en las comunidades más pobres de Chiapas, se consuman más bebidas industrializadas por persona, en comparación con el resto del país. En casi todas las regiones indígenas de México es lo mismo, pero lo que he visto en Los Altos de Chiapas es sorprendente; si acaso algo consuela es que en vez de cervecerías hay refresquerías.

Lo mismo puede decirse de otros productos chatarra, como el jamón, las hamburguesas, las papas fritas, los gansitos y el pan industrializado, que no alimentan y son muy caros. Por eso considero fundamental un plan de orientación nutricional, utilizando los mismos tiempos y espacios en medios de comunicación que emplean las grandes empresas para promover el consumo de sus productos.

Con este propósito también debe informarse sobre el contenido de elementos químicos en los alimentos: es escalofriante saber que para la engorda de ganado se usa de manera generalizada clembusterol, así como otras hormonas y sustancias químicas nocivas se utilizan en la producción de cerdos, pollos y huevos, todo lo cual daña la salud y provoca enfermedades. Tenemos que volver a lo natural. Regresar a la alimentación sin productos químicos no es cosa sencilla, pero es inaceptable que donde se puede no se haga por falta de información y de orientación nutricional.



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

Participación de VOCAL en el Segundo Congreso de la APPO

Este es el documento que llevamos al segundo congreso ordinario de la APPO, palabra que seguimos enarbolando y buscamos encontrarnos con todos aquellos y aquellas que buscan una nueva sociedad.


Venimos desde abajo, de las calles de la ciudad rebelde, de las barricadas, de los pueblos originarios, de los migrantes, de los discriminados por ser diferentes, de la base conciente que no masa del magisterio democrático de la sección 22.

Venimos del rincón más oscuro y triste del anonimato de la sociedad caduca, eso que los gobiernos, los partidos políticos, los líderes y dirigentes, las vanguardias ya sean de derecha o izquierda llaman “el pueblo”, los de abajo pues. Ese pueblo al que no se ve ni se oye, pero siempre se le puede contar, explotar, desalojar, reprimir, etiquetar, discriminar, conducir y guiar como borregos hacia un futuro feliz de pastoreos eternos bajo los amarillos rayos del sol, comiendo la verde pradera que los lideres, dirigentes, partidos y gobernantes buenamente siembran y riegan para nosotros, mientras ellos, por supuesto, comen manzanas acompañadas de una buena chuleta de borrego.

Venimos los que antes solo hemos sido porcentajes en los procesos electorales, números de votos para los partidos políticos, carne de cañón para los gobiernos modernizadores, cruces anónimas en panteones olvidados, masas para los dirigentes, pero nunca, hasta 2006, pueblos.

Ahora lo somos. Decimos con alegría que somos los pueblos de Oaxaca, porque hemos recuperado la memoria de nuestro origen indígena y hemos recuperado la comunalidad como forma de convivencia social armónica, respetuosa, horizontal entre los hombres y mujeres de una sociedad y porque hemos recuperado la autonomía como la forma de convivencia y relación mas justa entre los pueblos que compartimos el territorio de Oaxaca.

Aun en la ciudad, donde ya no trabajamos la tierra para nuestras familias, sino las maquinas y empresas de los patrones y del gobierno, y donde los valores capitalistas como el individualismo, el egoísmo, el consumismo, el culto al desarrollo y al progreso han permeado nuestras mentes y corazones de indígenas urbanos. En el 2006 de la insurrección, en las barricadas, nos dimos cuenta felizmente que la guerra colonialista de los quinientos años no nos había arrancado totalmente nuestras raíces indígenas, pues en esas noches de lucha, de asesinatos impunes, de las caravanas de la muerte, los valores aparentemente olvidados de nuestro origen indígena se manifestaron poderosamente entre nosotros y nosotras.

La fraternidad, solidaridad, apoyo mutuo, tequio y guelaguetza bajaron desde nuestros pueblos de origen y se instalaron nuevamente entre nosotros y nosotras los indígenas urbanos. Ahora, con la lluvia fresca de la revolución social, nuestra raíz indígena se regenera en nosotros, en lo largo y ancho de nuestro estado, en las ciudades y pueblos, en los campos, fabricas, empresas y escuelas de Oaxaca. Para acabar con quinientos años de explotación, olvido y muerte con que nos han querido exterminar.

Desde 2006 tomamos la determinación irrenunciable de tener el rumbo de nuestros destinos en nuestras manos y no lo vamos a soltar ante ningún mal gobierno represor y asesino como el de Ulises Ruiz, ni ante los grandes capitales transnacionales y nacionales que hoy hacen una guerra de reconquista y despojo contra nuestros pueblos originarios y arremeten contra las conquistas históricas que los pueblos trabajadores de México hemos logrado en la segunda revolución de 1910, pero tampoco entregaremos nuestro futuro a las buenas intenciones de ningún político sea del partido que sea. Solo confiamos en los que somos de abajo, los y las que pusimos las barricadas, los y las que marchamos en el medio o en la cola de las marchas, los y las que caminamos a la capital del país a exigir justicia y dignidad para Oaxaca, los y las que en las comunidades se levantaron junto con nosotros en la ciudad como lo han hecho vez tras vez desde hace quinientos años, los y las que nos tapamos el rostro con capuchas y paliacates para poder tener voz, los y las que pisamos la prisión por ser congruentes con lo que pensamos, los y las que rompimos el silencio al que nos tenían sometidos quinientos años de injusticias y explotación en las radios tomadas en 2006.

Venimos desde abajo y abajo seguimos, pero a diferencia de antes que solo se nos contaba, conducía, reprimía y repartía despensas, ahora venimos a dar nuestra palabra, en ella va nuestro coraje, nuestro compromiso y nuestros sueños.

Venimos ante ustedes, hermanos y hermanas a dar nuestra palabra de porque estamos participando en el segundo congreso ordinario de la APPO, la venimos a compartir con mucha alegría y esperanza con todos aquellos hombres y mujeres que comparten el coraje ante la impunidad y el crimen, la voluntad inquebrantable de mantenerse dignos ante el poder y la corrupción gubernamental, aquellos y aquellas que comparten la idea de la necesidad de un cambio radical y profundo de nuestra sociedad, lo hacemos con la esperanza de encontrarnos con muchos y muchas más que compartan esta necesidad de justicia, libertad, paz y dignidad.

Venimos a encontrarnos con todos aquellos y aquellas que busquen hacer una revolución.

No venimos a encontrarnos con aquellos y aquellas que han cambiado los sueños libertarios por intereses mezquinos, aquellos que antes decían junto con los pueblos justicia y hoy dicen negociación, aquellos que antes hablaban encendidos discursos revolucionarios mirando al cielo y hoy solo hablan de realismo político con la mirada torva y puesta en el suelo, aquellos que antes decían oponerse a Ulises Ruiz y hoy negocian con él, aquellos que antes rechazaban a los partidos políticos y ahora buscan estar en sus listas para diputados federales, aquellos que antes pidieron la desaparición de poderes en el estado y ahora buscan afanosamente formar parte de esos mismos poderes. Nos escucharan, los escucharemos, pero no nos encontraremos. Los caminos de la revolución y de la elección marchan en sentidos contrarios. Un camino busca girar totalmente el orden y el régimen establecido, cambiar la sociedad, el otro apunta a mantener vivo al mismo régimen y sociedad caduca, maquillar con un poco de pintura roja, amarilla o naranja el cuerpo terrible del poder. La revolución es vida, el sometimiento es muerte.

No venimos a encontrarnos con los políticos, que disfrazan sus discursos claudicantes y conciliadores con palabras de pretendida madurez política, extraídas de los diccionarios mas viejos de la política tradicional, como realismo, política de alianzas, negociación o tácticas maduras de lucha. Los agoreros de la derrota se han arrancado a si mismos el derecho de soñar pero lo que es peor, con su desanimo y pragmatismo pretenden arrancarle también sus sueños a muchos hermanos y hermanas más, que los escuchan. A pesar de ellos venimos, pues sabemos que la mayoría de nuestra sociedad, de nuestros pueblos de Oaxaca esta en la búsqueda de un cambio social verdadero y profundo, muy aparte de todas esas viejas formas de la política tradicional.

Venimos aquí porque creemos que la APPO es de los pueblos de Oaxaca, quienes la construimos en 2006 para que fuera el espacio donde confluyeran las luchas honestas que buscan un verdadero cambio social en Oaxaca.

Con ánimo propositivo venimos, con el afán de regenerar nuestro movimiento social, con la voluntad de levantarlo de la postración en que la represión gubernamental y la traición de dirigentes y organizaciones lo han mantenido. Venimos con la voluntad de que la APPO sea llena del espíritu revolucionario y emancipador que abajo y a la izquierda existe poderosamente entre nuestros pueblos y que hasta ahora en ningún espacio de arriba se ha visto reflejado. Que la APPO sea de los de abajo queremos, si eso logramos seguro que la APPO será revolucionaria y radical.

No venimos a pelarnos con nadie por nada, sino a defender el derecho de nuestros pueblos a soñar en una nueva sociedad con justicia, paz, libertad, dignidad, contra los discursos somníferos de los reformistas.

Venimos a hablar de los fines. Nosotros creemos que el fin de la APPO debiera ser los fines de todos los pueblos de Oaxaca, que con sus diferentes calendarios, modos y ritmos, confluyen en la necesidad de derrocar a este régimen de gobierno y a este sistema capitalista y construir una nueva sociedad, un nuevo orden social, con autonomía de los pueblos, ciudades, fabricas y empresas.

Venimos a hablar de los medios para lograrlo, nosotros creemos que debe ser igual de honesto y justo que el fin que se persigue, pues no pude haber buenos fines obtenidos con malos medios, largo y cansado es el camino a la libertad y no hay caminos cortos para lograrlo.

El estado, el régimen de gobierno, el capital no tiene la más minima voluntad de cambiar desde arriba la terrible situación de injusticia, pobreza, despojo y entrega que padecemos. Cuando los pueblos han intentado un cambio social por la vía de las elecciones, los partidos políticos y los candidatos carismáticos, solo desanimo, frustración y desmoralización han obtenido. Escandalosos fraudes han sido impuestos contra el pueblo de México como el cometido por Felipe Calderón, presidente espurio de México en 2006, y a pesar de que una parte valiente del pueblo Mexicano estuvo dispuesta a defender su elección hasta sus últimas consecuencias el candidato moderado y reformista López Obrador estuvo mas ocupado en contener, desviar y al final frustrar las ansias de cambio de millones de mexicanos que en formar parte de la enorme corriente de insurrección y esperanzas que cunde en nuestro país. Por otra parte, cuando candidatos y partidos de izquierda llegan al poder, muy poco o nada se diferencian de la práctica autoritaria, represiva y obediente a los planes y megaproyectos económicos del gran capital transnacional que indistintamente han mostrado todos los gobiernos, ejemplos abundan y hartan.

Cuando los pueblos se han decidido a luchar de manera independiente y pacífica para cambiar un poco la intolerable situación de injusticia social que padecemos, la respuesta del estado ha sido la misma y cada vez peor, la represión, la cárcel, la desaparición forzada y el asesinato. Sicartsa, Chiapas, Atenco, Oaxaca, son los ejemplos mas recientes y dolorosos de la respuesta que tiene lista el mal gobierno a la lucha justa y pacifica de los pueblos, la impunidad es su corolario.

Bien haríamos en entender esto y prepararnos, al ritmo de nosotros mismos, conjuntando los relojes del cambio emancipador de nuestros pueblos, encontrar la hora donde todos ellos se juntan y hacer un gran levantamiento popular en contra del régimen de gobierno, el capital y la tiranía. Mientras tanto organizarnos con nuestras propias formas, haciéndonos fuertes abajo, con autonomía, organización y conciencia.

Al mismo tiempo podemos construir desde ahora con iniciativas y proyectos autónomos que sean las semillas de esa nueva sociedad que queremos.L a construcción activa de nuestro futuro empieza hoy, con la construcción de autonomía en las comunidades y en la ciudad, delimitando el poder del estado y el capital en los espacios territoriales, ideológicos, espacios políticos, espacios de educación donde trabajamos y vivimos y empezar ahí mismo, a ensayar, errar y acertar la construcción de una nueva sociedad donde no sea necesario ningún gobierno, sino que la convivencia social armónica entre los seres humanos sea producto de la solidaridad, fraternidad, respeto, apoyo mutuo y colectivismo.

El modo en que este cambio será logrado dependerá del estado y el capital, del tamaño de su tiranía será el tamaño de la insurgencia de los pueblos. Este camino, seguramente será mas largo, cansado y doloroso que el camino fácil y mediocre que ofrecen los agoreros de la continuidad, del reformismo, de la falsa revolución proletaria, de la dictadura, aunque sea del proletariado.

Venimos a discutir las formas, que nosotros creemos que deben ser las que la APPO decidió asumir desde su formación, las mismas que han practicado las asambleas comunitarias de nuestros pueblos indígenas desde hace miles de años y que es lo que les ha permitido resistir con diferente grado de éxito el avasallaje, el despojo y la tiranía. La horizontalidad, el consenso, el apoyo mutuo, la guelaguetza y el tequio deben ser conservados en la APPO.

Buscamos en este segundo congreso ordinario de la APPO acordar un rumbo y un ritmo con nuestros pueblos para lograr un cambio social verdadero y profundo de nuestra sociedad, no queremos estar nada mas respondiendo a las agresiones o las agendas de cambio de los de arriba sino entre todos y todas, establecer el calendario del pueblo, y las fechas importantes de este, las de la revolución.


Esta es la palabra que venimos a compartir hermanos y hermanas, ojala que en esta fiesta de la palabra nos encontremos muchos y muchas , que esto permita organizarnos, escucharnos, conocernos y al final lograr ese cambio social verdadero y profundo que nuestra sociedad, nosotros y nosotras y las generaciones futuras urgen y necesitamos.


Fraternalmente
Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad


Oaxaca de Magon, Ciudad de la resistencia, Febrero de 2009, año de la reorganización.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

¿CUÁNTO VALE LA VIDA DE UNA MUJER? Por: Gloria Arenas Agis

Una noche, hace más de veinticinco años, la pequeña comunidad nahua de Tepetixtla, enclavada en la Sierra de Zongolica, se encontraba reunida con el objetivo de llegar a un arreglo entre la familia de una adolescente que había sido violada y la familia del joven violador. La muchacha había ido al arroyo por agua y regresaba con dos cubetas de plástico llenas cuando el agresor la arrastró al monte, las cubetas quedaron rotas en la vereda. A pregunta expresa, la familia de la víctima pidió que se repusiera el daño causado con dos cubetas nuevas. La familia del violador convino en esto y el asunto quedó solucionado. La asamblea terminó y la gente comenzó a dispersarse. Quedé inmóvil, como la piedra que me servía de asiento. Pensé que tal vez mi forma occidental de razonar no lograba desentrañar la complejidad de lo que acababa de presenciar, que era una joven inexperta que no alcanzaba a entender otras culturas, pero nada de esto logró mitigar el impacto que sentía. Dos cubetas de plástico nuevas para reponer las que se habían roto era justo ¿y para reponer la integridad destrozada de la muchacha? Nada ¿Cuánto valía ella?

Con el transcurso de los años he llegado a la conclusión de que en el fondo del asunto no yacía una forma cultural diferente, ni los “usos y costumbres indígenas” respecto a la mujer. No se trataba tampoco de un hecho aislado o que raramente sucede, sino de algo que se repite constantemente, en todos los lugares, en distintas culturas, en diversos sectores, aunque revestido de diferentes maneras.

El poco valor que nuestra sociedad da a las mujeres tiene varios nombres, se llama patriarcado, se llama discriminación, se llama violencia contra la mujer, se llama machismo.

En Ciudad Juárez, Chihuahua -y en todo el país- cientos de niñas, adolescentes y jóvenes son violadas y asesinadas. Sus cuerpos muestran la salvaje brutalidad con la que se les ataca. Muchas otras están desaparecidas. Cientos y cientos de ellas, hasta acumular miles de casos mientras las autoridades -hombres y mujeres- encargadas de protegerlas se preocupan más por ocultar estos crímenes y por hacerlos pasar como una situación “normal”, que por investigarlos y evitarlos.

Que gobernantes y funcionarios de todos los niveles actúen así se explica porque corresponden a un estado capitalista y patriarcal cuyos intereses hegemónicos están por encima de todo. Calderón mismo dictaminó, antes que nadie, que la causa de la muerte de Ernestina Ascencio, también indígena nahua de la Sierra de Zongolica, no fue la violación a manos de militares, como ella alcanzó a decir, sino una gastritis mal atendida. La Suprema Corte de Justicia no encontró que a Lydia Cacho se le hayan violado sus derechos gravemente. Estos mismos magistrados, en un asombroso acto de malabarismo, reconocieron graves violaciones en la represión contra San Salvador Atenco, pero al mismo tiempo eximieron de responsabilidad penal a los culpables. Las personas y organizaciones que exigen justicia para las mujeres violadas por militares en Saltillo y en Guerrero son perseguidas y amenazadas. Tampoco son una sorpresa las posturas discriminatorias y misóginas de la derecha: pretender convertir la capacidad de concebir y ser madre de la mujer en una obligación cuyo incumplimiento sea penalizado, sólo por dar un ejemplo. Pero ¿Hasta dónde el movimiento popular, la izquierda, con posiciones políticas y sociales más progresivas, refleja el mismo machismo, el mismo desprecio?

Macella (Sali) Grace Eiler tenía diecinueve años cuando llegó a nuestro país en 2007 procedente de Estados Unidos, atraída por la resonancia internacional que para entonces ya tenía la insurreción popular de Oaxaca. Solidaria participó en el movimiento oaxaqueño, conoció organizaciones y personas. Impartió talleres para niños en comunidades indígenas.

Su padre y su madre vinieron a visitarla. Regresaron con la impresión de que México estaba operando de tal manera en su hija que ella estaba creciendo como ser humano. El 14 de septiembre de 2008, cuando le faltaban dos semanas para cumplir veintiún años de edad fue asesinada, su cadáver fue encontrado en San José del Pacífico, desnudo, con cuatro machetazos, signos de violencia en el cuello, sin ojos, sin cabello, la cara parecía haber sido desprendida o quemada totalmente.

El número de asesinatos contra indígenas, maestros y luchadores sociales cometidos por caciques, paramilitares y policías bajo el gobierno de Ulises Ruíz es elevado, por eso, la suposición lógica fue que se trataba de un asesinato político. Pero quienes la conocían en el CIPO de Oaxaca, y un grupo de artesanos instalados en las inmediaciones del Auditorio Che en la Ciudad de México, no se conformaron ni con la versión oficial, ni con suposiciones e iniciaron una eficiente investigación que culminó con la detención del asesino en el Okupa Che y su entrega a las policías del DF y Oaxaqueña.

Lo que sucedió después es el amargo corolario de una historia de terror. La Procuraduría de Justicia de Oaxaca en un intento de ocultar su incapacidad y falta de interés en investigar el caso dijo que ya estaban sobre la pista del asesino y que de cualquier manera lo habrían detenido. Sali, victimada, no podía contar lo que sucedió, pero había muchas pruebas e indicios que hablaban por ella, sin embargo ni autoridades ni medios de comunicación recogieron los testimonios de varias personas que habían aportado la información que permitió la captura del asesino, ni realizaron una indagación profesional. “El Imparcial” de Oaxaca difundió una visión totalmente inventada sobre lo acontecido. Que ella era novia del asesino, que habían consumido drogas y que riñeron. La autopsia practicada al cadáver es muy deficiente. No especifica si fue violada o no, una omisión imperdonable pues todo indica que la violación fue el móvil del agresor. No explica la causa por la que el rostro estaba negro o había sido desprendido. No se practicaron exámenes toxicológicos. Tiempo después se dijo que se practicaron unos exámenes y que éstos arrojaban que había consumido drogas, pero su credibilidad es muy cuestionable porque no fueron realizados en oportunidad y más bien parece que se quiere confirmar con ellos la versión inventada y la del asesino. Aunque la autopsia tiene varios vacíos e incongruencias el gobierno estadounidense, representado por sus diplomáticos en México, no exigió una segunda autopsia, ni mostró interés real en una investigación exhaustiva. Lo que hizo fue recomendar la incineración del cuerpo antes de que éste fuera llevado a Estados Unidos. John Gibler, escritor y periodista que ha escrito sobre diversos problemas sociales y reseñado algunos movimientos en nuestro país, se trasladó a San José del Pacífico, vió el lugar donde fue hallado el cuerpo de Saly. Entrevistó y recabó diversos testimonios, entre ellos, el de las personas que estaban con ella esa noche cuando el asesino se acercó y le ofreció llevarla a la casa de la persona que ella buscaba. La información que recogió demuestra que el asesino y Sali no eran novios y que ni siquiera se conocían, que tampoco era adicta a drogas, ni al alcohol. Pregunté a John si su minuciosa investigación periodística había sido publicada y quedé impactada con su respuesta. No había sido pubicada porque la revista estadounidense de izquierda que se había interesado en el caso, al ver que el móvil del asesino no había sido político sino muy probablemente la violación dijo que no la publicarían. Dieron una razón: “No se trataba de un asesinato político”. En otras palabras, la verdad sobre Sali y su muerte no merecía ser divulgada, se trataba de un feminicidio más que no era de su interés. John me platicó también que las personas que le dieron su testimonio en San José del Pacífico le dijeron que nadie había ido a preguntarles nada, ni policías, ni medios de comunicación. Lo que significaba que las versiones difundidas caracían de una indagación mínima que la sustentara y otras se basaban en lo dicho por el victimario. Él estaba sorprendido de encontrar tal indiferencia de autoridades y medios de comunicación en el país que ha logrado que la palabra feminicidio se retomara internacionalmente. ¿Cuánto valía la vida de Sali para el gobierno de Estados Unidos? ¿Cuánto valía para la revista estadunidense de izquierda que perdió interés en el caso, “porque no era político”. ¿Cuánto valía para las autoridades oaxaqueñas? ¿Cuánto valía para los medios de comunicación que propagaron versiones falsas que culpabilizaban a Sali de su asesinato?

El 2 de noviembre de 2008, en el área metropolitana de la Ciudad de México, Libertad y el Mapache que habían sido pareja, riñeron en el interior del automóvil que ella iba conduciendo. Él empezó a golpearla, el coche se detuvo y gente que estaba en ese lugar intervino sacándolo a él del vehículo. Ella siguió conduciendo hasta su departamento. Después llegó él, entró y empezó a golpearla en el cuerpo y en la cabeza. Ella perdió el conocimiento, pero los vecinos se dieron cuenta de lo que sucedía y evitaron que la golpiza continuara. Fue llevada al hospital donde le diagnosticaron edema cerebral y contusiones diversas. Este es un caso de violencia contra la mujer entre los millones que se dan en nuestro país.7

Ante la indiferencia social general y de las autoridades en particular. Es común que en estas situaciones se abandone a la mujer a su suerte aduciendo que es asunto particular o familiar, como si la violencia hacia la mujer y la violencia intrafamiliar no fueran un problema social. Pero en esta ocasión lo acontencido no pasó desapercibido para el entorno cercano a ellos: el movimiento en el que ambos participan y ambos son conocidos.

El hecho puso a discusión el tema de la violencia hacia la mujer e intrafamiliar como manifestaciones de poder patriarcal –que no es exclusivo de los hombres-. Dondequiera que se iba teniendo noticias del caso surgía la pregunta ¿qué hacer? Las reacciones fueron muy diferentes, un colectivo expulsó de un evento al golpeador. Otro colectivo amenazó a Libertad de que si ella hacía algo, iban a decir que ella no era compañera del movimiento social –como si eso le diera derecho a él de golpearla-. La generalidad reprueba la violencia empleada por el Mapache y algunos incluso se lo han expresado directamente a él. Éste difundió una carta en la que niega ser un golpeador y se declara incomprendido. Hay quienes opinan que él es un compañero y hay que escucharlo –como si lo que él pudiera decir, justificara la golpiza que propinó a la compañera-. Y hay quienes se pronuncian por generar, a partir del hecho, una corriente de opinión de reprobación de la violencia hacia la mujer. Otras y otros opinan que es mejor callar y dejar las cosas como están para no crearse problemas.

Si bien hay una postura mayoritaria de rechazo a la violencia y al machismo manifestados, ésta no se ha visto reflejada en la práctica en la misma magnitud. El caso dejó ver que existe más desconcierto que claridad ante qué hacer. Dejó ver que existen posiciones disímbolas. Sobretodo, dejó ver que no hemos podido generalizar en la izquierda –entre hombres y mujeres- un pensamiento antipatriarcal, una corriente de opinión extensa de rechazo a las prácticas de violencia contra la mujer, vengan de quien vengan. Y vuelve a plantear la necesidad de profundizar la reflexión sobre el tema.

¿Es que el cálculo político prevalece sobre la integridad de una mujer? ¿Cuál es la importancia que damos a combatir el patriarcado? ¿Qué tanta importancia da la izquierda a la lucha contra la violencia hacia la mujer? ¿Consideramos parte del movimiento popular a los grupos no gubernamentales que atienden a mujeres, niñas y niños víctimas de violencia, de explotación sexual y de pederastia; a quienes luchan por poner un alto a los feminicidios y desapariciones no políticas? ¿Qué grado de contradicción existe en la izquierda entre nuestras –en mujeres y hombres- convicciones feministas y antipatriarcales y nuestra práctica –política y privada- cotidiana?

El recuerdo de aquella reunión en Tepetixtla de hace más de 25 años llega una vez más a mi mente. Obviamente en la capital del país y en el siglo XXI existen personas para quienes la vida de una mujer no vale ni siquiera dos cubetas de plástico. ¿Cuántas historias como ésta se repiten en todos los ámbitos sin importar cultura, clase social o ideología?

En el movimiento popular hay ejemplos de colectividades que han encontrado cómo realizar esfuerzos prácticos en pro de la equidad entre géneros. Recuerdo haber leído en el Encuentro de Mujeres Zapatistas y los Pueblos del Mundo: Comandanta Ramona realizado en Chiapas a fines de 2007, a una pregunta realizada por una de las presentes sobre qué hacían las Zapatistas cuando un hombre maltrataba a su mujer, las expositoras contestaron que el grupo de mujeres de la comunidad iba a su casa y hablaba con él.8 En Apizaco, Tlaxcala el Colectivo Apizaco de Trabajadoras Sexuales sostiene que venden placer, no su cuerpo, su cuerpo es de ellas, rechazan a los padrotes igual que a la extorsión policíaca y a los planes de gobierno de la Ciudad de ponerlas al servicio de inversionistas que pretenden explotar su trabajo. Han logrado protegerse, cuidarse y solidarizarse unas con otras en vez de competir entre ellas. De estos esfuerzos y otros más, podríamos aprender9. Sin embargo el patriarcado está tan compenetrado en todos los ámbitos de nuestra sociedad que el movimiento popular no es la excepción. La lucha que se da para combatirlo aún no es lo suficientemente extensa y profunda como para reflejar un cambio sustancial y distamos mucho de poder decir que vamos ganando la partida en la creación de un mundo en el que mujeres y hombres nos relacionemos sin desprecio ni discriminación, sin dominación ni violencia. Necesitamos conocer más historias de personas y colectividades que llevan a la práctica esfuerzos de combate a la violencia contra la mujer, esfuerzos liberadores del machismo y del dominio patriarcal.

La igualdad de género no es algo que se de por añadidura en la práctica de los movimientos de izquierda, ni se dará en automático en un sistema no capitalista. Es algo que tenemos –hombres y mujeres- que construir desde ahora. No hay congruencia si afirmamos que queremos una sociedad sin discriminación ni machismo en el futuro, pero al mismo tiempo no hacemos nada para construirla desde abajo.



Gloria Arenas Agis
8 de marzo de 2009.
Día Internacional de la Mujer.



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

Comunicado de la TDR-EP

LO PERSONAL ES POLÍTICO

A todas las compañeras y compañeros de nuestro país.
A las mujeres de México y el mundo.


Sólo libre puedo amarte;
sólo libre sé que te amo.
no hay amor que sea tal
cuando se es tan sólo esclavo.
Mi vida es mi libertad,
por la que tanto he luchado:
hoy voy a ser y crecer
tal y como me he soñado.
Paulina Rivero Weber


Durante mucho tiempo, por no decir que desde siempre, hemos separado estas dos dimensiones del quehacer humano. Lo privado no “influye o determina” lo público y menos aún lo político. Sin embargo es en el espacio privado considerado como “lo no político”, en donde cotidianamente se ejercen las relaciones desiguales y de poder que amplificadas en el ámbito público se institucionalizan. Es ahí en donde se “adiestran”, los futuros hombres y mujeres que reproducirán esas estructuras contra las que todos los días lidiamos los que queremos un mundo distinto, digno y justo para todos.

Cada acción, cada expresión verbal o corporal, para nosotras, son recursos permanentes con los que enfrentamos la descalificación, el maltrato y el descrédito también cotidianos. No basta con señalar, expresar o describir la situación personal, no basta con mostrar la asimetría en la que vivimos y la intransigencia social, no bastan la barbarie y la ceguera de los que están cerca, junto a nosotras. Es necesario invertir todo nuestro esfuerzo en construir desde aquí y desde ahora esas nuevas formas de construir otro mudo, de establecer otras relaciones más equitativas y justas. Si en algo nos hemos equivocado es en creer que el mundo cambiará con el discurso combativo, con la arenga radical, tan elocuente pero tan hueca, o sólo con la lucha armada. Nos hemos equivocado y hemos sido incapaces de construir no sólo un discurso actual y real sino un hacer consecuente. A quién le sirve tanto golpe de pecho a la izquierda, tanto curarse en salud, tanto alardear de revolucionarios, democráticos, progresistas, cuando repetimos los mismos esquemas y relaciones del “enemigo” pero con signo contrario; cuando hemos sido incapaces de una autocrítica seria que ponga en la mesa de discusión las conductas y formas de vida de cada uno de nosotros, de nada valen las buenas intenciones, cuando el descrédito y la reducción de los espacios para nosotras es tan claro y, hay que decirlo, muchas veces propiciado por muchas de nosotras que confundimos este esfuerzo con la pretensión de enfrentar a los varones sólo para demostrarles que somos mejores, más disciplinadas, más comprometidas.

La desigualdad real no puede encubrirse ni ocultarse, sin embargo muchos preferimos no verla y menos aún cuestionarla pues tendríamos que cuestionarnos a nosotros mismos y eso, eso, es el principio de la verdadera transformación. Qué se mueve cuando nos cuestionamos a nosotros mismos, qué tememos, qué perdemos, sobretodo qué perdemos, entonces es mejor no movernos, podemos escribir magníficos discursos sobre el cambio y la transformación pero sólo para los que oyen o leen pero no para nosotros mismos.

Este 8 de marzo no repetiremos la historia de su origen o de las luchas femeninas o de género, este 8 de marzo nos comprometemos a actuar como pensamos y a continuar construyendo desde donde estamos nuevas relaciones que transformen desde dentro el mundo en el que vivimos para construir uno distinto y mejor.

ESTRUCTURA DE LA MUJER
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA-EJÉRCITO DEL PUEBLO.
¡¡DESPIERTA PROLETARIO!!
¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!
¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!
¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!

República Mexicana, marzo 8 de 2009.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!