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miércoles, 23 de julio de 2008

Lanzan segunda etapa de “Sin Maíz No Hay País”

En el marco de la crisis alimentaria global y en México –que se expresa aquí con un encarecimiento de los alimentos de más de 70 por ciento en 18 meses y una profundización de la dependencia de importaciones–, más de 500 organizaciones campesinas, de productores y civiles, así como intelectuales, artistas, personajes públicos e individuos en general lanzaron la segunda etapa de la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País, con un nuevo agregado: “Alimentos campesinos para México. ¡El hambre no espera!”.

La Campaña reitera la imperiosa necesidad de reactivar el campo mexicano, por medio de la revalorización e impulso a la agricultura campesina, la cual ha sido despojada de políticas y apoyos públicos en los 25 años recientes, a pesar de que los productores de pequeña y mediana escala poseen 80 por ciento de las tierras donde se encuentran los recursos estratégicos (agua, germoplasma y minerales) y de que son guardianes y responsables de buena parte de la oferta alimentaria, de la biodiversidad, los servicios ambientales y de la preservación de la diversidad étnica y cultural del país.

También la Campaña insiste en la exigencia al Ejecutivo de que renegocie el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) así como los Acuerdos de Agricultura de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para salvaguardar la soberanía alimentaria,

No a transgénicos, no a los agrocombustibles

Igual que ocurrió en la primera fase de la campaña –que inició hace un año y que cumplió su objetivo de poner al maíz “en boca” de la población–, ahora las organizaciones e individuos promotores convocan a la sociedad civil a impedir la siembra en México de maíz transgénico, para así resguardar la condición de nuestro país como centro de origen del maíz, con 59 razas nativas, y como gran reservorio de variedades adaptadas al cambio climático.

Pero ahora ese llamado –que se hace crítico, pues el Reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modifidados (LBOGM) generado por el Ejecutivo prevé la siembra experimental de maíces transgénicos para fines de este año—se complementa con la demanda de frenar el uso del maíz para su transformación en agrocombustibles.

La utilización de maíz y de otros alimentos para la producción de etanol es un crimen en esta crisis, siendo nuestro país un fuerte productor de petróleo. Los agrocombustibles son responsables de por lo menos 30 por ciento del encarecimiento mundial de los precios de los granos básicos (de 130 por ciento en el trigo, 87 en soya, 74 en arroz y 31 por ciento en maíz, entre marzo de 2007 y marzo de 2008, según la FAO) y además hay evidencias científicas de que no son sustentables ambientalmente, pues utilizan grandes volúmenes de agua y de energía fósil para su elaboración.

En México, con apoyos públicos este año tres plantas de etanol instaladas en Sinaloa estarán consumiendo casi un millón de toneladas de maíz. Ello, a pesar de que México depende hoy de más de 10 millones de toneladas del cereal (casi 30 por ciento de las necesidades domésticas).

Freno a monopolios y alimentos chatarra

La Campaña considera fundamental la participación de la sociedad civil en la defensa del maíz, del impulso a la capacidad productiva campesina y de la defensa del derecho a la alimentación, luego de que el Ejecutivo federal ha mostrado indiferencia y desprecio frente a la crisis alimentaria y a los efectos económicos, sociales y nutricionales de la población, misma que ya hoy suma 20 millones de personas con desnutrición y anemia, 60 millones que viven en condiciones de pobreza y más de 30 millones con problemas de obesidad (ligados a una oferta extensa de alimentos chatarra sin regulación e impulsados por publicidad engañosa).

Asimismo, llama a una lucha contra los monopolios alimentarios, pues la grandes corporaciones están dictando hábitos de consumo perniciosos para la salud y para el bolsillo de la población (por ejemplo con refrescos que en términos reales significan azúcar a 80 pesos el kilo, y que predisponen a la diabetes). La Campaña pretende inducir un consumo responsable de la población y una regulación para la publicidad de las corporaciones, la cual miente o exagera acerca de los valores nutiricionales de sus productos.

La campaña plantea exigencias puntuales, que involucran el compromiso de la sociedad, del Congreso y del propio Ejecutivo. Entre ellas destacan:

A) Acciones para incrementar la producción y productividad sustentable con campesinos, con un programa de mediano plazo para la sustitución de importaciones agroalimentarias a fin de eliminar el déficit comercial sectorial en 2012, y con una concertación del gobierno federal y los estatales con las organizaciones por rama de producción para establecer metas de incrementos anuales de la producción.

Asimismo, una reestructuración consensuada de los programas e instituciones del sector rural. Y una agenda legislativa para el campo que incluya, entre otras, la aprobación por el Senado de la República de la minuta de Ley de Planeación para la Soberanía y la Seguridad Alimentaria y Nutricional y de la minuta de Ley de Gas Natural de Proceso. Y la aprobación por el Congreso de la Unión de un mecanismo de administración del comercio exterior de los alimentos básicos y estratégicos, de conformidad con la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.

B) Acciones para garantizar un acceso universal a los alimentos a precios razonables, tales como la aprobación por la Cámara de Diputados de la minuta del Senado por el cual se eleva a rango constitucional el derecho a la alimentación, y el establecimiento de una canasta alimentaria básica con precios controlados de productos nacionales, con fomento a la compra a asociaciones de productores mexicanos.

También, el incremento de cien por ciento al monto de apoyo a las familias en el Programa Oportunidades y redefinición de los programas de apoyo a las mujeres rurales con base en el reconocimiento de su papel como productoras, conservadoras de recursos naturales y administradoras de la tierra y las remesas.

C) Creación de una Reserva Estratégica Alimentaria, que sería administrada por la Sagarpa y un consejo intersecretarial e intersectorial, constituida por maíz (tres millones de toneladas), trigo (un millón), frijol (200 mil toneladas), arroz (200 mil toneladas) y leche en polvo equivalente a cuatro meses del consumo nacional.

D) Protección al maíz, por medio de investigación pública orientada a valorar la agroecología y el potencial de las semillas nativas; incentivo a prácticas sustentables que han demostrado su alto valor para resolver los problemas ambientales de la agricultura; protección de nuestros maíces criollos o nativos de la contaminación transgénica; medidas de bioseguridad que respondan a la realidad del país como centro de origen y de diversificación genética del grano; establecimiento de un sistemas de protección, responsabilidad e indemnización para los campesinos que han resultado afectados por la contaminación o flujo genético a sus cultivos convencionales u orgánicos, y etiquetado obligatorio en todos los productos que contengan OGM, como se aplica en muchos países, acatando el derecho fundamental a la información para poder elegir.

Los promotores de la Campaña consideran que todas estas acciones pueden ser fácilmente financiadas con la creación de un Fondo Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, con los recursos excedentes del petróleo; asimismo, con los ingresos extraordinarios por la recaudación del IETU; con un recorte de 20 por ciento del gasto corriente de la alta burocracia de los tres Poderes (incluyendo reducción salarial y prestaciones, y con la eliminación del seguro de gastos médicos mayores), y con 25 por ciento de los decomisos al crimen organizado.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

miércoles, 2 de enero de 2008

Llaman campesinos a combatir la “contrarrevolución agraria”

Se busca que unas 20 corporaciones dominen los vastos recursos del sector rural, advierten

Lanzan iniciativa similar al histórico Plan de Ayala, para defender soberanía y seguridad nacionales

La libre importación de maíz, frijol, azúcar y leche en polvo llevará a México al desastre, vaticinan

Matilde Pérez U. (Enviada)

Ciudad Juárez, Chih., 1º de enero. En respuesta a lo que describieron como “política de guerra” del gobierno contra el campesinado, un centenar de agricultores de diez organizaciones rurales, de trabajadores y grupos sociales de México y Estados Unidos construyeron, en el primer minuto de 2008, el muro humano en el puente Córdoba-Las Américas, con lo cual iniciaron una nueva etapa de resistencia para defender la soberanía alimentaria del país y de maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, cuyos aranceles fueron eliminados hoy, según lo pactado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Con un par de caballos y enarbolando la bandera mexicana, los campesinos llegaron minutos antes de la última media noche de 2007 a lo que aquí se conoce como la “joroba” del puente Córdoba, colocaron sus mantas de protesta contra la entrada en vigor de la última etapa del capítulo agropecuario del TLCAN y –portando carteles en los que advertían que están en “pie de lucha” y “esta es una nueva revolución”– bloquearon tres de los cuatro carriles del puente y signaron el llamado Plan del Chamizal.

Esta iniciativa –definida como un símil, guardando toda proporción histórica, del Plan de Ayala– es un llamado a la nación a unificarse para detener el desastre en el campo, defender la seguridad nacional –uno de cuyos ejes es la producción de alimentos suficientes para la población– y la gobernabilidad democrática del país.
Es, asimismo, una advertencia de que el TLCAN y el constante incremento de las importaciones de alimentos son “una contrarrevolución social y agraria que pretende volver a concentrar en una veintena de grandes corporaciones agroalimentarias mexicanas y transnacionales los vastos recursos que en 1910 y a lo largo del siglo XX recuperaron campesinos e indígenas”.

También significa, se plantea en el documento de siete cuartillas, “la deportación masiva de la población rural hacia las ciudades y regiones agrícolas modernas de México y hacia Estados Unidos para sostener la competitividad y las altas tasas de ganancia en el modelo maquilador y agroexportador, y sostener la desfalleciente economía estadunidense con fuerza de trabajo abundante, precarizada e ilegalizada”.
Se llama a la Unión Nacional de Trabajadores, Frente Sindical Mexicano, Congreso Nacional Indígena, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, secciones democráticas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Convención Nacional Democrática, Frente Nacional contra la Represión, Foro Social Mexicano, Ejército Zapatista de Liberación Nacional, Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, organizaciones campesinas, de derechos humanos, estudiantiles, académicas, de intelectuales, artistas, científicos y a los ciudadanos, en general, a sumarse a la lucha campesina.

“Los campesinos traen la esperanza en el corazón, pero si no hay unidad social, cientos de miles de hombres y mujeres jóvenes seguirán emigrando a Estados Unidos. Estimamos que el número se incremente 10 por ciento este año, pese al endurecimiento de las medidas antimigratorias estadunidenses, con el consecuente riesgo de que llegue algún momento en que las importaciones de alimentos sustituyan a la producción nacional”, destacaron.

Cobijados con el calor de sus consignas, sombreros y alguno que otro gabán, los campesinos soportaron una temperatura de tres grados bajo cero; algunos tomaron las cartulinas con cada una de las letras y consonantes para destacar: “sin maíz no hay país, sin frijol tampoco”.

Sonrisas, aplausos, gritos de alegría y, recordando a Francisco Villa y a Emiliano Zapata, volvieron a unir sus voces, como el 16 de noviembre de 1993 y diciembre de 2003 –fechas en las cuales también realizaron movilizaciones de protesta en los puentes internacionales de la frontera norteña– para asentar: “¡Estamos en pie de lucha, mantendremos nuestra rebelión pacífica!” Así iniciaron 2008.

Hasta la “joroba” del puente fronterizo llegó a solidarizarse Alberto Torres, fundador del PAN en Chihuahua. “Estoy convencido de que esta lucha es justa y una forma legítima de llamar la atención porque el campo está desatendido y en el abandono; el TLCAN y el Tratado Internacional de Límites y Aguas son injustos”, comentó.

Propietario de un rancho localizado entre Ojinaga y Juárez, el panista afirmó que la lucha campesina entra en una nueva etapa y no podrá concluir hasta que los legisladores y gobernantes comprendan que deben beneficiar al agro mexicano y no someterse a los intereses comerciales e industriales de Estados Unidos. “Urge una revisión del capítulo agropecuario del TLCAN y del Tratado de Límites y Aguas; los agricultores no piden nada gratis, pero éste es un llamado a no dejarlos solos”, sostuvo.

El frío amanecer del primero de enero, fue gratificante para el centenar de campesinos, al recibir –en voz de Carlos Marentes, dirigente de la Unión de Trabajadores Agrícolas de la Frontera– la solidaridad de la Unión de Trabajadores del Suroeste de San Antonio, Texas; Asociación de Campesinos de Florida; Coalición Rural de Campesinos e Indígenas de Estados Unidos; Unión de Pueblos Fronterizos; Agrupación Sur de Nuevo México y de El Paso, Texas, y Asociación de Trabajadores Fronterizos, que en un breve mensaje aseguraron que “harán todo lo necesario para frenar la embestida destructiva del TLCAN”.

Y aunque a esa hora el muro humano estaba distribuido en pequeños grupos tratando de calentarse con un poco de café, volvieron a alzarse las voces de “¡Zapata y Villa, juntos!”, cuando se enteraron de que en el zócalo de Cuernavaca, Morelos –tierra zapatista–, integrantes de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas y Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros El Barzón, acompañados de representantes de otras organizaciones sociales del estado, daban a conocer públicamente el Plan del Chamizal y, como bienvenida al Año Nuevo, habían colocado una ofrenda con granos de maíz blanco, amarillo, rojo y azul, y formado un gran cartel con la consigna: ¡Fuera maíz y frijol del TLCAN!”

“Es una nueva etapa de lucha del campesinado mexicano. Es simbólico que en las tierras de Villa y de Zapata se unan los campesinos no sólo del país, sino de Estados Unidos y de otras regiones del mundo –como los de Vía Campesina, en la que participan agricultores de 80 países–, para defender su derecho a producir alimentos con el respaldo gubernamental”, dijo vía telefónica Emilio García Jiménez, de la CNPA. “Sabemos –abundó– que 2008 será un largo año de movilizaciones y de lucha constante para arrancar algunos beneficios para el sector rural. No nos hacemos ilusiones de que haya un cambio repentino en la política gubernamental, pero tenemos la certeza de que con una presión constante se podrá detener la aplicación de algunas políticas públicas negativas para los campesinos e indígenas”, añadió.
Sombrío panorama

La mañana de ayer también llegó a solidarizarse con el campesinado el coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en la Cámara de Diputados, Javier González Garza, quien llamó a la unidad de todos los movimientos sociales para “evitar que el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón siga entregando los recursos naturales del país, elimine derechos laborales y privatice los servicios de IMSS e ISSSTE, y siga poniendo en riesgo la soberanía alimentaria con la entrada de alimentos por medio del TLCAN. Este año será difícil.

“Hay amenazas claras de que quieren entregar el petróleo y las riquezas nacionales. Por eso todos debemos entender que salvar al país dependerá de toda la fuerza de las organizaciones campesinas, sindicales y sociales. Necesitamos estar unidos”, planteó a los manifestantes, mientras un helicóptero de la policía fronteriza de Estados Unidos sobrevolaba la zona.

González Garza inyectó ánimo a los campesinos, al asegurar que hoy, en San Lázaro, propondrá un punto de acuerdo para que las secretarías de Economía y de Hacienda establezcan las medidas necesarias para frenar la desproporcionada importación de alimentos y con ello siga fomentándose la migración.

Manifestó que la defensa legislativa de la soberanía alimentaria no ha concluido, ya que el gobierno mexicano debe entender que no puede someter a la oferta y la demanda la producción de alimentos, porque se corre el riesgo de sufrir un deterioro mayor al actual, ya que los productores estadunidenses están subsidiados en 70 por ciento, “pueden seguir produciendo, nos pueden inundar con sus mercancías, provocar una caída en la producción nacional, por no ser costeable, y al rato vamos a pagar lo que sea por los alimentos. Eso es un problema muy grave”.

Esta lucha, añadió, es fundamental para evitar la destrucción del país. “Hay que entender que la soberanía alimentaria está por encima de los intereses políticos y partidarios. Esto no es un asunto partidario y por eso la sociedad está construyendo organizaciones políticas y sociales para eliminar toda esa nata de la clase política nacional que no ha entendido que hay mucha gente viviendo en el campo y que la estamos obligando a irse a Estados Unidos arriesgando su vida por la falta de oportunidades”, concluyó.



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

domingo, 9 de diciembre de 2007

Arranca la Campaña sin Maíz no hay país en la comunidad de Zaachila

Mediante la festividad de la Virgen de Juquila, los encargados de la festividad del día 8 de diciembre promueven la campaña nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaría y la Reactivación del Campo Mexicano Sin maíz no hay país, sin fríjol tampoco, ¡Pon a México en tu boca! Provenientes de 7 comunidades del municipio de Zaachila, de organizaciones de la mixteca, de valles y de la representación de otras organizaciones como son ORAB, UNITIERRA, VOCAL incluyendo a personas de la coordinación nacional de la campaña como CACTUS, mediante la represtación de Omar Esparza se lleva acabo el foro en defensa del Maíz.

A partir de las 6 de la mañana, mediante varias actividades que desarrolla la comunidad se comenzó la campaña en defensa del maíz.
Con un ritual indígena de purificación del maíz se llevo acabo en el cerrito como lo dice la gente de la comunidad, donde se asumen compromisos por defender nuestros maíces y pedir a dios padre y madre la fuerza por buscar respetar la madre tierra, rescatar sus ríos contaminados.

Mediante oraciones pidieron el dios padre y madre les de sabiduría al campesino y sobre todo fuerza para resistir y organizarse en contra de los transgenicos y de la política de exterminio que promueve el gobierno Federal.

Así mismo una procesión de ciudadanos que llevaban a la virgen de Juquila y la procesión de la expresión del ritual indígena se encontró a la entrada de la iglesia en donde se llevo a cabo una misa para la festividad de la virgen de Juquilita.
Después de la misa se realizara el foro en donde se abordaran los puntos de los que trata la campaña que son:

- Exigir al Congreso del la Unión sacar al Maíz y fríjol de TLCAN e instalar un mecanismo permanente de importaciones y exportaciones en los granos básicos.
Prohibir la siembra del Maíz Transgenico y fomentar la siembra de maíces nativos y el rescate de estos.

- Aprobar el derecho constitucional a la alimentación por la cámara de diputados y la ley de planeación para la soberanía y seguridad agroalimentaria y nutricional por la cámara de senadores.

- Luchar contra los monopolios del sector agroalimentario.

- Promover que el maíz mexicano y las expresiones culturales que involucran se inscriban como sea posible en la lista de patrimonio oral e intangible de la Humanidad por UNESCO.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!