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domingo, 14 de junio de 2009

Comunicado de la TDR-EP

“…México sería el primer país del continente, según lo indicaba el comportamiento ambiguo de la PGR, donde no sólo se enterró a desaparecidos políticos en cementerios clandestinos, sino que treinta años después a sus propias osamentas se les quería seguir desapareciendo…”


Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.
A las organizaciones democráticas revolucionarias del país.


Este mes de junio del año 2009, para ser exactos el día 10, se cumplen 38 años del crimen de lessa humanidad perpetrado por las fuerzas represivas del Estado Mexicano contra el movimiento estudiantil que se proponía brindar su apoyo a los universitarios de la UANL, que en ese entonces propugnaban por una nueva Ley orgánica para su Alma Mater académica y científica.

Este mes de junio del año 2009, para ser exactos el día 10, no únicamente se recuerda ese hecho, por sí mismo reprobable y repugnante; también se percibe y reconoce que la guerra sucia, la judicialización y la militarización del enfrentamiento de las luchas sociales, que la búsqueda permanente de la eliminación física de los luchadores sociales y de los propios movimientos populares es asumida como única opción que la elite en el poder reconoce en su abanico de posibilidades de atención a los problemas sociales; si no puede eliminarlos físicamente, trata invariablemente de anularlos física y psicológicamente en las cárceles y las acciones represivas en masa de naturaleza contrainsurgente.

Léase, este 10 de junio podemos advertir que la política de estado de la clase dominante, desde hace ya más de cuatro décadas, hacia el pueblo mismo, consiste en buscar soluciones “claras” y “finales” –“soluciones clarifinantes”– de eliminación o supresión de lo que aseguran es la fuente de la problemática social: “el carácter peligroso y delincuencial de los movimientos sociales y los luchadores y dirigentes políticos”.

Reléase, este 10 de junio, podemos, sin un esfuerzo analítico profundo y sesudo, decir que la fascistización de la vida política nacional ha sido la alternativa de actuación de los gobiernos que a lo largo de este período –provengan del PRI, del PAN o del PRD (salvo honrosas excepciones)– han asumido la responsabilidad de defender –como un perro decía José López Portillo– los intereses del Imperialismo Neoliberal Fascista y de los grupos oligárquicos que dirigen la vida económica, mediática y financiera nacional.

A partir de ese 10 de junio de 1971 se mostró con harta claridad lo que años atrás se practicaba sin vergüenza algunas ocasiones, la represión, la desaparición forzada, la tortura, el asesinato de luchadores sociales, sus familiares y conocidos, el encarcelamiento y la persecución serán el método privilegiado a utilizar para sofocar el movimiento social que pugna por transformar un modo de producir y reproducir las condiciones materiales e ideales de existencia injusto, empobrecedor y alienante.

Bástenos recorrer, para evidenciar que nuestra afirmación es irrefutable, la década de 1970 a 1980 y notaremos que absolutamente todos y cada uno de los movimientos sociales –la guerrilla urbana y campesina, las luchas sindicales, estudiantiles, los dirigentes políticos y los luchadores sociales—fueron objeto de este tratamiento.

En esa década se instrumentó la guerra sucia contra todos y cada unos de los movimientos sociales –armados o no--. Recuérdese tan sólo la estrategia utilizada contra la Liga Comunista 23 de Septiembre, el MAR, el FUZ, la ACG, la ACNR, el PDLP, la Tendencia Democrática del SUTERM, el STUNAM, la naciente CNTE, la CONAMUP, la COSINA, etc., etc.; no se olvide que esa década se define como aquélla en la cual hubo la mayor cantidad de desaparecidos políticos, asesinados, encarcelados y torturados.

La siguiente década, la que abarca el período 1980-1990, no varió la tónica –además de que fue la década perdida para América Latina, en sentido económico, según afirmo la CEPAL–, trátese nuevamente de los movimientos sindicales, campesinos, estudiantiles, o de cualquier otra naturaleza.

Para llegar al naciente siglo XXI, hubo, durante la última década del siglo XX, además del fraude electoral que arrebató el triunfo del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el asesinato de más de 400 militantes del PRD en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y su hermano Raúl.

Lo mismo se aprecia en el tratamiento al surgimiento del EZLN, en la detención del Comandante Antonio y la Coronela Aurora del ERPI, en las masacres de Aguas Blancas, del Charco, de Acteal, en el tratamiento dado al movimiento popular de San Salvador Atenco, a los miembros del magisterio y de la APPO en Oaxaca, en el secuestro y desaparición forzada de dos militantes del EPR y de Francisco Paredes Ruíz en Michoacán, en el asesinato de las comunicadoras de una radio comunitaria en Oaxaca, en la represión a la población que se opone al saqueo de sus recursos naturales y minerales (Ocotlán, Oax., Zihuatanejo, Gro, Cerro de San Pedro, SLP, etc.), en el reciente asesinato de dos luchadores sociales en Ayutla, Gro., en las cadenas perpetuas a los dirigentes de San Salvador Atenco, en el secuestro y tortura de la periodista Lydia Cacho, en el intento de silenciar a la periodista Carmen Aristegui, en el sofocamiento del movimiento magisterial contra el ACE, en la deportación del profesor colombiano Miguel Ángel Beltrán, etc., etc., y muchos etcéteras más.

Recuérdense las estrategias del miedo y el aislamiento social para afrontar la epidemia que no fue, la militarización de la vida nacional hasta ahora viva y virulenta.

Este mes de junio del año 2009, para ser exactos el día 10, también nos recuerda que –como afirmó el ex presidente Miguel de la Madrid— la impunidad es la condición necesaria sin la cual no podría sobrevivir este estado de cosas y la vida licenciosa, parásita y depredadora que la oligarquía nacional y sus políticos promueven y defienden; la corrupción y la impunidad ha permitido que los asesinos de siempre –sin excepción derivados de las vetas del PRI y del PAN principalmente-, los ladrones de siempre, los usurpadores de siempre, –trátese de Carlos Salinas o, “haiga sido como haiga sido”, el usurpador Felipe Calderón–, los mentiroso de siempre, los desmemoriados que tratan de evitar a toda costa ser tocados por la inexistente justicia.

Este mes de junio del año 2009, para ser exactos el día 10, nos hace ver que un hilo conductor único –con tres líneas claras: la eliminación, la impunidad y el silenciamiento, la omisión y el olvido —conduce la política de todos y cada uno de los gobiernos habidos, por lo menos, durante las cuatro últimas décadas, y como nadie puede negar, son los del PRI, los del PAN y algunos del PRD.

Este día 10 de junio, finalmente, ahora que los partidos políticos tratan de envolvernos con sus cantos de sirenas, para las elecciones de julio, a fin de legitimar al bloque gobernante en el poder, es preciso no caer en el juego del sistema político e impulsar la organización de un amplio movimiento social. Ni olvido ni perdón.

Este día 10 de junio recordamos que todos los métodos de lucha son legítimos, siempre y cuando no reproduzcan ni convaliden las prácticas autoritarias y corruptas de los poderosos, que nadie puede sólo con este gran país, que nada de nosotros será sin nosotros y que aislados y fragmentados seremos presa de la eliminación. Ni olvido ni perdón.

¡10 de junio, no se olvida!
¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
¡¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!!
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA - EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP

República Mexicana, junio 9 de 2009.



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

Manifiesto de la Coordinación Revolucionaria

MANIFIESTO A LA NACIÓN No.16


A los mártires del 10 de junio de 1971.
A los mártires del 7 de junio de 1998
en el Charco, Gro.


Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.


Hoy vivimos tiempos de canallas. Un estado mafioso, con instituciones corruptas que mantienen sometida a la población mexicana. Una clase política copartícipe del crimen organizado. Un presidente producto de la imposición y el fraude. Expresidentes cuyos crímenes contra el pueblo mexicano se mantienen en la impunidad y que sin rubor alguno hablan de sus acciones y enjuagues propios de organizaciones criminales. Medios de comunicación que en su mayoría sólo cuidan sus privilegios, comercian con las noticias y se venden al mejor postor. Gobernantes y una clase política en general, que viven de la administración del poder a costa de la miseria del pueblo trabajador.

En México no hay un Estado de derecho, la justicia no existe, el gobierno viola sistemáticamente los derechos de la ciudadanía, reprime al pueblo con el ejército, los cuerpos policiacos y los grupos paramilitares, y cuando el pueblo demanda justicia, incluso dentro de los marcos legales de sus instituciones, sólo tiene como respuesta más represión.

En este contexto, hoy recordamos la brutal represión a una manifestación pacífica de estudiantes, cometida el 10 de junio de 1971 por “los halcones”, grupo paramilitar, que cumplía órdenes del asesino, entonces presidente, Luis Echeverría Álvarez, con el objetivo de desarticular el movimiento estudiantil y el movimiento político, que en diversos sectores de la sociedad se había desarrollado y estaba en ascenso.

Objetivo que ha estado presente en tantas otras represiones y masacres ejercidas en contra del pueblo mexicano, por los gobiernos priístas y panistas (como la del 68, la de Aguas Blancas, El Charco, San Salvador Atenco, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, etc., etc.). Crímenes que aún siguen impunes. Lo que ha llevado a muchos luchadores sociales y militantes políticos a la lucha armada y a la clandestinidad para poder sobrevivir y contribuir a construir un movimiento social y político amplio y sólido que transforme al país.

Pero esto no es nuevo, ya que la corrupción, la injusticia, la represión y la impunidad, son características inherentes del sistema político mexicano y de los distintos gobiernos priístas y panistas. Sin embargo hoy, como manifestación de la crisis, se han exacerbado.

Porque la crisis actual del capitalismo, es precisamente la descomposición del sistema en todos los ámbitos: económico, político, social, moral, cultural, etc.

Mientras tanto, los procesos electorales siguen siendo para la promoción y la competencia personal o de grupos que sólo ven por sus privilegios e intereses ¿Y los de abajo? Esos no interesan, ni su parecer tampoco, porque al fin y al cabo no cuentan. ¿Interesan sus votos?, sí, pero sólo para aparentar que vivimos la democracia y maquillar el fraude en la elección y la imposición de los gobernantes y “representantes populares”.

No hay presupuesto para programas de beneficio social, éstos sólo existen en el discurso (sobre todo en tiempos electorales), pero sí lo hay para proporcionar un mayor ingreso y mejor equipo a las fuerzas militares. ¿Para qué? Para combatir al narcotráfico dice Calderón, pero en realidad es para reprimir al pueblo, tratar de contener la protesta popular y, sobre todo, para mantenerse en el poder.

Desde su inicio, el gobierno de facto ha criminalizado la lucha social y se ha destacado por el uso de la represión a las organizaciones sociales y políticas; por la persecución, el encarcelamiento, el asesinato y desaparición de luchadores sociales; por la reanudación de la guerra sucia y el terrorismo de Estado, con el que pretende mantener a la población en condiciones de zozobra e inseguridad que la paralicen e impidan se organice y manifieste políticamente.

Asimismo, desde que se impuso, el gobierno de Calderón ha cometido abusos, secuestros, desapariciones forzadas, y asesinatos en contra de comunidades indígenas, campesinos, colonos, obreros, mineros, maestros, estudiantes, luchadores sociales y periodistas honestos, ensañándose con éstos cuando se atreven a denunciar las arbitrariedades y violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno y sus instituciones

En resumidas cuentas, mientras la mayoría de los mexicanos vivimos en la miseria, unos cuantos viven en la opulencia. La clase política del país, empezando por el presidente ilegítimo, han llegado a tal grado de corrupción y cinismo que ya ni siquiera se preocupan por aparentar un interés por el país y por los mexicanos. Y cuando lo hacen es bajo presión de tragedias como la recién acontecida en el estado de Sonora, donde la muerte de 43 niños, durante el incendio de una guardería del IMSS “subrogada” a familiares de la esposa de Felipe Calderón, quedará registrada como una de las peores desgracias generadas por el desmantelamiento del estado, así como por la criminal negligencia, complicidad y solapamiento de funcionarios diversos -priistas y panistas- de los tres niveles de gobierno que tratarán por todos los medios de eludir responsabilidades, fabricar “chivos expiatorios” y tapar -con el fuero presidencial- el lodo de la corrupción y de la privatización a ultranza de los derechos sociales de que hemos sido despojados los mexicanos, bajo el régimen neoliberal. Y, ante esta desgracia, es de esperarse una nueva andanada de recriminaciones mutuas en la que se volverán a exhibir unos funcionarios a otros en su corrupción, sus fraudes y componendas. Pues descalificándose esperan deslindarse y conservar el poder para seguir viviendo del erario público.

Por todo lo anterior, se requiere acrecentar hoy más que nunca la lucha del movimiento social contra la corrupción y la impunidad de políticos y empresarios, principalmente del PRIAN, que se han enriquecido a costa del desmantelamiento del estado, del saqueo a la nación y de la sobreexplotación a la que ha sido sometido brutalmente el pueblo trabajador. Asimismo, se requiere acrecentar la lucha por la libertad inmediata e incondicional de todos los luchadores sociales, presos políticos del régimen en turno y la presentación de los desaparecidos políticos, porque ya no se trata de pedir o exigir a quienes sólo nos consideran para la explotación y el sometimiento, y ni siquiera cumplen con sus propias reglas. De ellos sólo podemos esperar más mentiras, más corrupción, más injusticia y más represión.

Estamos convencidos de que la transformación de la sociedad sólo puede ser resultado de la lucha del pueblo mexicano y, por tanto, de sus organizaciones sociales, políticas y revolucionarias.

Es necesario hacer un frente común de todas las organizaciones sociales, de todos los sectores sociales: obreros, campesinos, indígenas, estudiantes, colonos, mujeres, amas de casa, intelectuales, profesionistas, periodistas, etc., para poner un alto a la criminalización de las luchas sociales y avanzar en la transformación del país.

Hoy nuestros propósitos tienen que encaminarse al fortalecimiento de la lucha popular revolucionaria, y a la unidad de todos los esfuerzos por construir otra sociedad, con libertad, justicia y democracia, articulándonos con base en nuestras coincidencias y haciendo a un lado discrepancias no esenciales para enfrentar al enemigo de clase en una nueva lucha que transforme de raíz las injustas relaciones económicas y sociales en que vive el pueblo mexicano.

¡Por un nuevo constituyente!
¡Por una nueva economía para beneficio del pueblo!
¡Por una nueva cultura! ¡Por una nueva educación! ¡Abajo el mal gobierno!
¡POR LA UNIDAD DEL PUEBLO, LA COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA!


Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MRLCB
Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
TDR-EP
Organización Insurgente 1º de Mayo
OI-1M
Brigada de Ajusticiamiento 2 de Diciembre
BA-2D
Unidad Popular Revolucionaria Magonista
UPRM

República Mexicana, junio 9 de 2009.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!