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sábado, 31 de julio de 2021

PRIMERO DE AGOSTO, OXIGENACIÓN DEL ESTADO BURGUES

La demanda de juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de los crímenes contra el pueblo es legítima, exigencia que desde hace décadas enarbolan las víctimas de la violencia de Estado y el pueblo organizado.

Hoy, la actual junta administrativa manipula y mutila esta demanda para dotarse de legitimidad con la simulación de una consulta que garantiza impunidad a los personeros del régimen y mantiene intactas las estructuras del Estado mexicano.

La “consulta popular” del primero de agosto, promovida desde el Ejecutivo federal no tiene el objetivo de “juzgar a los expresidentes” ni otorgar justicia para el pueblo explotado y oprimido, se devela como un mecanismo para mediatizar una histórica demanda popular y conducir el descontento hacia el fortalecimiento de la democracia burguesa.

Persigue continuar y fortalecer la aparente legitimidad de la administración morenista a nombre de una cuarta transformación, por lo que permite a la junta administrativa y al interés oligarca oxigenar las contradicciones producto de la crisis económica y política que se vive en el país.

Ante la realidad lacerante que vive el pueblo mexicano, que se confronta con el discurso presidencial y la permanencia de un Estado que responde a los intereses de una minoría explotadora, para la política burguesa se hace necesario aplicar mecanismos que soporten la careta de la junta administrativa con supuesta democracia participativa.

Sin embargo, al no modificarse el origen de la explotación y la opresión, al edificar un proyecto de nación sobre los mismos principios capitalistas y reproducir las formas burguesas de hacer política, el bono electoral producto de la manipulación del descontento popular hacía una “transformación pacífica” se agota en la medida que no se resuelven ni se toman medidas concretas para la solución de las demandas populares, fundamentalmente en los temas de verdad, justicia y alto a la violencia de Estado.

Las voces de juicio y castigo que desde hace años se levantan denunciando la violencia de Estado hoy como antes, se les ignora, criminaliza, reprime y ejecuta. Los familiares y organizaciones que claman justicia por las víctimas de desaparición forzada, ejecución extrajudicial, tortura, represión, quieren ahogarlas en las grietas del voto y en mecanismos administrativos económicos que no resuelven sus demandas.

La necesidad política para el Estado burgués es reforzar los mecanismos de dominación de la dictadura del capital, que en estos momentos tiene como principal figura la democracia burguesa. Este aparato se fortalece en la medida que simula ser efectivo para resolver las demandas populares y se hace pasar por representante del interés del pueblo, aunque en los hechos esté alejada del interés popular y fortalezca a las instituciones burguesas y políticos de oficio. La “consulta” sirve a los personeros del régimen para mantenerse en la pugna por el poder burgués, medrando y a costa de las necesidades y demandas populares.

En este escenario la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hace gala, institución que no ha emitido fallos por los múltiples casos de desaparición forzada y ejecución extrajudicial ampliamente documentados, al que se suma la negativa a emitir un fallo sobre el caso de desaparición forzada de nuestros compañeros Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.

Avala la “consulta” y establece una pregunta ambigua que no busca juzgar a los responsables de los crímenes contra el pueblo, determinación que demuestra los intereses burgueses que representa y la nula intención de cuestionar a los altos mandos del Estado mexicano.

A pesar de las contradicciones internas con el Instituto Nacional Electoral (INE), éste asume la tarea de organizar la “consulta popular” con un presupuesto de 522 millones de pesos. Es evidente que la contradicción con el Ejecutivo federal no es de carácter antagónica, pues ambos sirven a los intereses oligárquicos para mantener doblegada la voluntad popular de combatir.

Si la intención de la junta administrativa es generar los mecanismos para enjuiciar a los expresidentes, se debe aplicar y ejercer la justicia contra los criminales de Estado, no conducir al pueblo al laberinto de la institucionalidad burguesa para lavarse las manos ante su “ineficacia” y argumentar: “se intentó, pero no nos dejaron”.

La demanda popular que exige juicio y castigo a los personeros del Estado por los crímenes cometidos contra el pueblo es legítima, justa y necesaria. Demanda política que no puede reducirse al ámbito individual, vulgarizarla en la personificación de intereses “malvados y perversos”. Es necesario enjuiciar a los politicastros y la cadena de mando de las fuerzas policíaco militares que tienen responsabilidad en el cometido de crímenes contra el pueblo.

Es el mismo Estado burgués mexicano, sus politicastros y personeros, los que ejecutan la violencia reaccionaria contra el pueblo, el mismo ente represivo que ahora, con aires de renovación, se remoza en su papel de verdugo del capital.

La consulta del primero de agosto, que se reduceal inicio o no de un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, más que el juicio a los expresidentes, es un mecanismo administrativo y burocrático para ahogar la exigencia de juicio y castigo a los responsables de la violencia de Estado y diluirlo en los mecanismos del estado de derecho oligárquico.

Representa una maniobra del Estado mexicano para evadir su responsabilidad en el cometido de crímenes de lesa humanidad y darle vuelta a la hoja para continuar con la ejecución de la violencia contra la clase trabajadora, desechando piezas y remozando otras se busca eliminar el fenómeno político: la violencia contra el pueblo tiene origen y promoción en el Estado burgués mexicano, independientemente de la junta administrativa que lo ostente, es un mecanismo para ejercer la opresión contra las masas populares, es el pilar que sostiene el poder burgués.

Si la violencia y los agravios contra el pueblo vienen de diversas estructuras de Estado, no se reduce con llevar a juicio a los que representaron la junta administrativa burguesa, sino al cúmulo de políticos de oficio y mandos de las fuerzas policíaco militares responsables de organizar, dirigir y accionar la voluntad oligárquica, personeros que aún continúan en la nómina y ejercen funciones en las administraciones burguesas.

La “consulta” se perfila como un laberinto leguleyo donde se busca garantizar impunidad a los criminales de Estado, que mediatiza el descontento popular al llevar las demandas políticas a los terrenos de la democracia burguesa. Donde el accionar del pueblo nuevamente queda reducido en el estado de derecho oligárquico.

Confiar en la justicia burguesa es crear falsas esperanzas en el pueblo y condenarlo a mayor opresión de manos de los personeros del capital.

La lucha contra la violencia de Estado debe mantenerse alejada de las manos corporativizantes de la junta administrativa, continuar exigiendo castigo a los responsables intelectuales y materiales de la violencia contra el pueblo, presentación con vida de los detenidos desaparecidos, libertad a los presos políticos, alto a la militarización, con la claridad de que el responsable es el Estado mexicano como ente capitalista.

Es el Estado mexicano el que debe ser juzgado, como responsable de las cientos de miles de víctimas de la violencia de clase, por las políticas antipopulares a favor de los grupos oligárquicos, por la sumisión y dependencia hacia el imperialismo, por reproducir y mantener este régimen oprobioso. Dentro de esto los politicastros y funcionarios de acuerdo a su grado de responsabilidad, por lo que si existe el interés de aplicar justicia se debe enjuiciar a los responsables y poner un alto a la violencia reaccionaria.

Objetivo que en las manos de las instituciones burguesas se utiliza como mediatizador y paliativo del descontento, no llegará a término bajo las leyes e instituciones capitalistas. Por lo que se nos presentan objetivos concretos para su desarrollo, desenmascarar el carácter de las juntas administrativas con el combate político a la vez que se crean los espacios de poder político que respondan al interés de las masas trabajadoras, expresados en su germen: organismos de combate popular que construyan conciencia proletaria y relaciones alejadas de los principios político-morales burgueses.

La voluntad popular de combatir debe derivar en la construcción del poder político del pueblo, donde la  justicia sea efectiva y se haga valer con la autodefensa armada de las masas.

 

PDPR-EPR



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

martes, 8 de junio de 2021

Comunicado del PDPR-EPR

AL PUEBLO DE MÉXICO

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES

A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS

A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

 

¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!

 

La desaparición forzada de personas en México es aún práctica recurrente a pesar de la promesa y discurso presidencial; tres años del actual gobierno y el fenómeno registra día a día nuevas víctimas.

Como en el pasado, desde el gobierno se pretende diluir la responsabilidad en la supuesta delincuencia; para los familiares de las víctimas de este flagelo no hay justicia y se les niega el acceso a la verdad.

El 25 de mayo de 2007 fueron detenidos desaparecidos nuestros compañeros Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya en la Cd. de Oaxaca, Oaxaca, desde esa fecha han transcurrido 14 años de injusticia, impunidad, dilación y de ignominia, tiempo durante el cual las desapariciones forzadas en México se cifran en cientos de miles.

Catorce años han transcurrido con administraciones distintas, con el denominador común de asumir la misma política de gobierno en torno a la desaparición forzada de personas por motivos políticos o sociales; ambas, por comisión u omisión son responsables al darle continuidad a la política de gobierno que ejerce violencia contra el pueblo.

En el caso de nuestros camaradas, Gabriel y Edmundo, se comprobó que el autor material e intelectual es el Estado mexicano a través de sus agentes y el aparato policíaco militar; las instituciones, entre ellas la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) son parte del entramado para impedir que se haga justicia y se conozca la verdad, así como el paradero de nuestros militantes.

El actuar de la SCJN, como el máximo representante del poder judicial, respecto al caso de nuestros compañeros denota el carácter de clase por el que se conduce, es decir, le da vida al estado de derecho oligárquico; al aplazar de manera indefinida asumir una posición sobre el caso actúa como ente político, en los hechos se traduce en protectora del Estado mexicano y las estructuras criminales que se encargan de planificar y ejecutar los crímenes de lesa humanidad.

Mientras los poderes del Estado mexicano se consumen en las diatribas político electorales, las víctimas del terrorismo de Estado continúan sometidas al desgate, la revictimización y en la indiferencia tanto del poder Judicial como del Ejecutivo; para la maquinaria político electoral de la democracia burguesa todos los recursos y atención de Estado, mientras que para las víctimas de desaparición forzada desdén y apatía.

La omisión es corresponsabilidad en la comisión de un crimen de lesa humanidad, la SCJN ha sido omisa en garantizar justicia y verdad a las víctimas de la violencia de Estado; el Ejecutivo federal también incurre en dicha responsabilidad por guardar silencio, ser omiso ante el clamor popular de la presentación de los detenidos desaparecidos, e incluso, con la agravante de negar públicamente la existencia de la desaparición forzada en nuestro país.

La desaparición forzada de personas en México y la violencia de Estado que azota al país tiene explicación en el origen criminal del Estado mexicano, éste fue construido sobre cimientos de la traición, el asesinato político, la demagogia, el robo; su origen está en el pasado violento, traidor, oportunista y de clase de los Madero, los Carranza, los Obregón... amparados en el constitucionalismo burgués para imponer sus intereses de clase.

¡Basta de simulación institucional! ¡Basta de maniobras jurídicas! El pueblo exige justicia y verdad; las víctimas exigen juicio y castigo a los criminales de Estado; ¡PERDÓN, NUNCA! ¡OLVIDO, JAMÁS!

 

¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!

 ¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

¡VENCER O MORIR!

 ¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!

¡RESUELTOS A VENCER!

 ¡CON LA GUERRA POPULAR!

¡EL EPR TRIUNFARÁ!

 COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO

PDPR

 COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO

CG-EPR

 

Año 57

República mexicana, a 25 de mayo de 2021


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

martes, 25 de mayo de 2021

Edmundo y Gabriel

¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

14 años de la desaparición forzada de Gabriel y Edmundo: Y la Justicia ¿cuándo?

 Ciudad de México a 25 de mayo del 2021

 

Es desafortunado y agobiante llegar a un año más de la detención desaparición de nuestros seres queridos los luchadores sociales Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, para nosotros como sus familiares, es como si el tiempo se hubiese suspendido en aquel momento en el que los vimos por última vez, en nuestra mente están presentes siempre, pues albergamos en nuestra memoria su imagen para nunca olvidarlos, mantener digna y firme nuestra exigencia de encontrarlos y castigar a todos los responsables de este crimen que han cometido en su contra.

 

Estos 14 años, han sido sin duda muy complejos, ya que en este largo camino de lucha quienes nos han acompañado han padecido de manera sistemática la persecución y represión por parte del Estado por brindar de manera solidaria y fraterna su acompañamiento; ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, prisión por motivos políticos, y amenazas constantes por parte de cuerpos paramilitares han sido la constante que han padecido compañeros por abrazar una lucha fraterna, como lo han sido integrantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo.

 

Durante estos 14 años, si bien le hemos arrancado al Estado por la fuerza algunos logros como la resolución de amparo 942/2013, y el hecho de que el caso esté en la SCJN, no hemos recibido por parte de éste voluntad política para resolverlo, sino todo lo contrario, hasta el momento seguimos con la impunidad, injusticias, criminalización y represión, por exigir nuestro derecho a saber la verdad y exigir justicia para nuestros familiares detenidos desaparecidos.

 

Han pasado más de dos años desde la última vez en que vimos al Lic. Alejandro Encinas, quien se comprometió a realizar las gestiones para avanzar en la resolución del caso, sin embargo, hasta el momento no ha habido ninguna interlocución desde el 2019 y han cerrado los canales de comunicación para avanzar en el caso. Lo cual es muestra de la supuesta voluntad y de su “gran compromiso contra la impunidad”.

 

Hoy al cumplir un año más, es deleznable que la SCJN no haya emitido hasta el momento una sentencia respecto del caso, es más, que ni si quiera haya agendado en la lista de temas a discutir el caso de Gabriel y Edmundo el cual se encuentran en esta institución, en espera, desde junio del 2020 cuando decidió atraerlo, y sobre todo sin que se conozca el dictamen de sentencia propuesto por la Juez Margarita Ríos Fargat. Hecho que evidencia que este gobierno no pretende ser diferente a los demás y menos en los temas que se supone ha dicho que son “prioridad” para su gobierno, “buscar a los desaparecidos” y “terminar con la impunidad”.

Esta supuesta importancia de resolver todos los casos de los detenidos desaparecidos y terminar con la impunidad sigue ausente para la mayoría en nuestro país, y es lamentable que sólo se utilicen las cifras y los informes para aparentar que este tema es importante, cuando es un hecho que la situación no ha cambiado.

 

Como hemos reiterado en varias ocasiones, no es en el discurso en donde se manifiesta la voluntad, sino en los hechos y para ello se debe presentar a los detenidos desaparecidos, que saben perfectamente en donde están, o tienen los recursos para saberlo, por aquello de que se “justifican” que no fue en su gobierno cuando se cometieron y sin embargo no lo han hecho.

 

En el caso de Gabriel y Edmundo hay 8 detenidos actualmente en diversos penales federales por su participación en su desaparición forzada, y dos prófugos, entre ellos el exprocurador del estado de Oaxaca Evencio Nicolás Martínez y el entonces director de la policía ministerial Pedro Hernández Hernández y a pesar de tener sumos indicios de la participación de elementos del ejército en el hecho, hoy 14 años después, éstos siguen sin ser investigados y sin avance en la SCJN para que se enjuicie y castigue a todos los responsables, tanto intelectuales como materiales.

 

La justicia en los casos de desaparición forzada como en muchos crímenes de Estado, no existe, basta con mirar los casos que han podido obtener una sentencia favorable y que sobre todo lleve a determinar el paradero de los detenidos desaparecidos, el caso de Gabriel y Edmundo es desafortunadamente un caso más que se encuentra en esta misma situación. Que como hemos señalado a pesar de tener una resolución de amparo a favor de las víctimas y de haber llegado a la SCJN, este sigue sin resolverse producto de la nula impartición de justicia que se vive en el país.

 

La justicia debe manifestarse en actos y hechos concretos, no en el papel, ya que de nada sirve que estas existan en los códigos y en las leyes si en los hechos quienes están encargados de procurarla y garantizarla no la cumplen.

 

Quienes de manera reiterada sufrimos un crimen de lesa humanidad como es la desaparición forzada de un familiar, exigimos no más impunidad y simulación, exigimos hechos concretos que permitan transformar la situación vigente que hemos vivido desde hace 14 años y muchos más para quienes se les ha ido la vida buscando a sus seres queridos sin encontrarlos y ver justicia, No queremos discursos, queremos hechos y un gobierno que se diga de transformación debe empezar por garantizar verdad y justicia para los miles de detenidos desaparecidos.

Por ello, exigimos una vez más a la SCJN garantizar el acceso a la verdad y la justicia, no sólo para Gabriel y Edmundo, sino por todos los detenidos desaparecidos que de manera histórica han sido invisibilizados y que han mantenido en la impunidad desde hace más de 40 años.

 

La transformación no se dará con detenidos desaparecidos y más aun sin Verdad, Justicia, Memoria y sobre todo garantías de no repetición.

Queremos Verdad y Justicia para Gabriel y Edmundo y los miles de detenidos desaparecidos en el país.

 

¡Ni perdón ni Olvido, juicio y castigo a los responsables!

¡Vivos se los llevaron, Vivos los queremos!

Atentamente

Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos Hasta Encontrarlos

lunes, 8 de junio de 2020

Comunicado del PDPR EPR Chiapas

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

La crisis económica en la que se encuentra sumergida la sociedad mexicana eminentemente trastoca las relaciones capitalistas a tal magnitud que el régimen de producción, intercambio y distribución han entrado en contradicción entre sí.

Las causas provienen del modo de producción y la política económica con la que gobiernos anteriores y el presente han conducido al país por la senda de las ataduras del dominio imperialista. Desde la consolidación de la burguesía en el poder la economía ha sido conducida de forma ascendente a la dependencia al capital monopolista, hoy en la actual crisis capitalista, dicha relación de subordinación cobra severas cuotas de expoliación, sujeción y entreguismo a favor del imperialismo. Como siempre las consecuencias inhumanas de este fenómeno capitalista recaen directamente sobre el pueblo.

Como antaño, el Estado mexicano se escuda en supuestas causas exógenas para evadir su responsabilidad; utiliza factores de menor magnitud para ocultar la esencia de la realidad económica y minimizar las demandas populares; recurre a los monopolios de la comunicación y despliega campañas mediáticas para imponer la dictadura de opinión con el propósito de sobreponer el interés burgués como interés general.

Lo que revelan el conjunto de acontecimientos económicos, políticos y sociales en la actual coyuntura de emergencia sanitaria nacional y las medidas tomadas por el consejo general de salubridad es la recesión de la economía mexicana; los intereses y carácter de clase de las medidas gubernamentales; la condición de pauperismo creciente de los explotados y oprimidos; la continuidad del terrorismo de Estado para mantener el Estado policíaco militar y el estado de derecho oligárquico.

Cierto que existe el covid-19, no obstante, el fenómeno ha sido magnificado para justificar intereses económico políticos eminentemente burgueses y de salvaguarda del actual régimen oprobioso. Las tasas de mortalidad más altas en el país no son por agentes "externos" como el covid-19, el lugar lo ocupan las víctimas de la violencia que engendra el régimen.

Las principales causas de muerte están asociadas a problemas y enfermedades curables relacionadas con la miseria material y humana, la precariedad económica y la desigualdad social; éstas se incrementan en los periodos de crisis. Cientos de miles mueren en nuestro país cada año por estas causas factibles de resolver.

Las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, el desplazamiento forzado por la violencia del Estado y la represión sistemática no han cesado, se ocultan con la campaña mediática que el régimen ha desplegado en alusión al Covid-19.

El uso mediático de la nueva cepa de coronavirus es parte del terrorismo de Estado en su variante psicológica, para distraer la atención del pueblo sobre la profundidad de la crisis, contener e inhibir la voluntad popular de combatir contra el régimen y evitar posibles brotes de descontento y protesta popular ante la magnitud de la crisis económica mundial, así como imponer mayores medidas fascistas que fortalecen al Estado policíaco militar.

Las medidas tomadas en torno a la emergencia sanitaria fortalecen el estado de derecho oligárquico que avanza de manera acelerada hacia el fascismo, expresado en estados de excepción de facto, en la anulación de las garantías constitucionales, en la violación sistemática de derechos fundamentales y en la militarización de todas las instituciones públicas.

Las declaraciones de los funcionarios de Estado rayan en la hipocresía al sostener que "el país no se va a militarizar" con la emergencia sanitaria, cuando ésta ya es un hecho desde anteriores administraciones; las decisiones trascendentales de la vida política y social pasan por la aprobación de la cúpula militar enmascarada en mesas y consejos civiles de diversa índole, de acuerdo a las necesidades que se les presenten. La política de salud en el actual contexto de emergencia sanitaria la determinan los mandos de las fuerzas policíaco militares y tiene un carácter contrainsurgente.

Gobiernos antipopulares y represivos como el de Rutilio Escandón Cadenas en Chiapas hacen gala de su oportunismo político, utiliza la actual coyuntura para endurecer su carácter represor e implementar mayores medidas profascistas que garanticen la materialidad de sus intereses mezquinos e impunidad ante los crimines que se perpetran contra el pueblo. En Chiapas se aplica el estado de excepción de facto, se despoja al pequeño comerciante, se aterroriza a la población y se dan garantías para el consumo en los grandes monopolios mercantiles, se impone la dictadura de opinión para que prevalezca como verdad absoluta el criterio de Estado. Todo se justifica con la emergencia sanitaria nacional.

Para el pueblo en el actual contexto de agudización de la crisis económica y la imposición de medidas policíaco militares se hace necesario estrechar la unidad de clase, la solidaridad y el humanismo proletario; romper el terror que nos impone el Estado para enfrentar en unidad la violencia de clase y las vicisitudes de la crisis económica; combatir las medidas político militares que nos imponen con organización de combate popular y garantizar por el medio y las formas que sean necesarias la subsistencia material y los intereses del pueblo.

Si las riquezas que mantiene en su poder los monopolios las produce el pueblo con su trabajo, las masas tienen el legítimo e inalienable derecho de tomar lo que les pertenece, dondequiera que se encuentren atesoradas y centralizadas por los personeros del capital.

El actual estado de cosas revela con mayor claridad que la única garantía de las masas trabajadoras para no padecer las consecuencias de las crisis y las pestes capitalistas es abolir el actual régimen de explotación y construir una sociedad socialista.

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!

¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!

¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ ESTATAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

COMANDANCIA MILITAR DE ZONA DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
EPR

Año 56. Chiapas, a 19 de abril de 2020.

¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

miércoles, 27 de junio de 2018

Comunicado del PDPR - EPR

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

Las víctimas directas e indirectas del terrorismo de Estado en México se cuentan por millones, todas con una característica en común, miembros de la clase trabajadora en su mayoría jóvenes, que han sido arrancados violentamente de sus hogares, de su familia, de su trabajo, de su comunidad, su colonia y de su organización. Todos sin distinción son hijos del pueblo y por ellos hay que seguir luchando y levantar en alto las banderas de la lucha contra el terrorismo de Estado.

Víctimas que conforman tanto a familiares como a todo su entorno social, violencia gubernamental que constituye una política generalizada y sistemática que busca detener toda expresión de voluntad popular de combatir y toda crítica al régimen; violencia exponenciada que afecta a diferentes sectores del pueblo, en específico a la fuerza de trabajo joven sin importar sexo, en resumen y a excepción del entorno burgués la mayoría de los mexicanos somos víctimas de la violencia burguesa.

Ninguno de los casos de desaparición forzada, ejecución extrajudicial y demás crímenes de Estado son casos aislados, son producto de una política que responde a los intereses de la oligarquía para mantener el régimen económico y político que condena a la mayoría de los mexicanos a vivir en condiciones infrahumanas, sujetos a las cadenas de la sobrexplotación y de la opresión política.

El dolor que se vive por la ausencia de los familiares, por ser presa del Estado policíaco-militar, no es un dolor individual, es ante todo un sentimiento colectivo, de indignación que poco a poco se transforma en convicción y disposición para hacerle frente al gobierno antipopular y represivo. A las víctimas del terrorismo de Estado nos identifica nuestro origen de clase, nos une la explotación y la opresión que a diario vivimos, nos hermana la convicción por alcanzar la justicia social, pero ésta pasa necesariamente por comprender la necesidad de luchar de forma conjunta contra el capitalismo, que representa la lucha por el socialismo.

Los millones que a diario sufren la violencia de clase y el odio que destilan las instituciones burguesas no pueden quedar pasivas ante este Estado criminal, nuestro enemigo común queda al desnudo por las innumerables evidencias que se han recolectado, que se han arrebatado del Estado a través de la organización fuera de los marcos coorporativizantes.

La lucha nos enseña que cada víctima del terrorismo de Estado no está sola, somos muchos los que sentimos el dolor en carne propia de la violencia contra el pueblo, sin embargo, es una necesidad entender el fenómeno en su exacta dimensión, y las motivaciones políticas que lo alimentan.

Desarrollar la lucha, es elevar las formas de organización para llegar a la actitud decisiva y combativa de superar el aspecto emotivo, individual y espontáneo que debe ser transformado en voluntad y convicción de luchar unitariamente contra el enemigo común.

Construir organismos de combate popular significa no dejarnos quebrar por los mecanismos que el Estado nos impone como "solución", medidas burocráticas, desgastantes, dilatorias, revictimizantes y demagógicas que nos arrebatan la dignidad y nos sumen en mayores mecanismos de opresión para ahogar el recuerdo de nuestros familiares y la capacidad de organizarnos para exigir juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de estos crímenes de lesa humanidad.

El Estado busca que aceptemos resignadamente la violencia que emanan de sus instituciones, que callemos por unas envilecedoras monedas, que se normalice el terror de Estado como un mal necesario, e incluso que cuestionemos y criminalicemos a las víctimas, familiares y organizaciones que a diario libran batallas populares por todas las víctimas del terrorismo de Estado.

La lucha de familiares y amigos de las víctimas del terrorismo de Estado, de organismos defensores de derechos humanos, personalidades comprometidas con la justicia social y organizaciones populares independientes por medio de la resistencia popular han evidenciado el fenómeno del terrorismo de Estado, éste ya es más que evidente e inocultable por su magnitud. Sin embargo, no es suficiente, porque a diario se siguen cometiendo nuevos crímenes de lesa humanidad, nuevas víctimas se suman a la interminable estadística de la violencia que sostiene al régimen neoliberal.

No basta con saber el paradero de las víctimas, no basta reclamar a un solo familiar, no sólo es "aceptar" la ausencia o pérdida de un ser querido; postrarnos ante el conformismo individual es renunciar a la memoria de las víctimas, representa dar la espalda a los millones de hermanos de clase que son tocados por las garras criminales de las fuerzas represivas.

La táctica gubernamental se ve reforzada con nuevas maniobras, buscan distorsionar la esencia del fenómeno al hacer esfuerzos ingentes por reducir la desaparición forzada de personas a figuras jurídicas que diluyen el carácter político de los crímenes de lesa humanidad. Al endosar perversamente los crímenes de lesa humanidad a la mítica "delincuencia organizada", no obstante, éstos sólo los comente el Estado, sus instituciones y sus agentes.

Reproducir el discurso del Estado es negar nuestra propia condición de oprimidos y explotados, es reproducir el síndrome de Estocolmo, es renunciar a nuestra dignidad y es aceptar resignadamente la degradación humana que lleva implícita la perdida de voluntad de combatir contra los enemigos de clase, éstos se acuerpan y cierran filas para salvar sus intereses, que son los intereses de la clase burguesa.

Desde el Estado, los hombres del régimen y cancerberos del capital presentan a las víctimas del terrorismo de Estado como delincuentes, como consumados criminales o individuos presentes en el "lugar y hora equivocada"; y desbordan sapiensa al cerrar los casos con el manotazo autoritario de que "en algo malo andaban".

Su objetivo es desmovilizar a todos aquellos que luchan por la presentación con vida de los detenidos desaparecidos, evitar la solidaridad entre familiares, víctimas y hermanos de clase, promueven una ideología antropófaga que destruye el grito de unidad por la presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos. Por ese mismo cauce empuja a la corporativización de organismos y organizaciones que luchan contra la violencia del régimen; confronta a familiares con falsas esperanzas y promesas que nunca se cumplirán, porque ambas constituyen también violencia de Estado.

Expresión de lo anterior es la ley contra la desaparición forzada, que nació muerta y contraria a las exigencias populares, vacía con relación a la justicia que exige el pueblo; por todo su entramado jurídico ahogan la voluntad de exigir la presentación con vida, busca la fractura política y organizativa de la lucha contra el terrorismo de Estado y envilece en cauces individuales la lucha por reivindicar a las víctimas del terrorismo de Estado.

A tal grado llega la táctica del Estado y su perversidad es tal que induce a mendigar la presentación con vida de los desaparecidos, a renunciar a ella y degradarla a tal grado de luchar sólo, conformarse con una "evidencia" mortal de la víctima. Sin embargo, para quienes estamos comprometidos con las víctimas y sus familiares la lucha transciende lazos sanguíneos, militancia política y origen geográfico.

En correspondencia la lucha por exigir la verdad, la presentación con vida y el juicio y castigo a responsables materiales e intelectuales de los crímenes de lesa humanidad debe continuar, pero expresada en nuevos cauces, nuevas iniciativas y formas de lucha que expresen ante todo unidad y voluntad de combatir; ésta es una lucha que demanda a todos aquellos que luchamos contra el régimen a redoblar nuestro compromiso de luchar al lado del pueblo y de fortalecer la convicción de organizar y generalizar la autodefensa armada de las masas para poder hacer frente a la violencia del Estado burgués.

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!

¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!

¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ DE PRENSA Y PROPAGANDA DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR-EPR


República mexicana, a 17 de mayo de 2018


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

martes, 18 de julio de 2017

Comunicado del PDPR - EPR

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

A diez años de la desaparición forzada de nuestros camaradas Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya más evidencias confirman que este crimen de lesa humanidad fue perpetrado por el Estado mexicano a través de su aparato represivo, múltiples son las pruebas que dan cuenta de este crimen perpetrado el 25 de mayo de 2007 en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca.

La participación directa de agentes del Estado en la detención desaparición forzada de nuestros compañeros, al igual que en los cientos de miles de víctimas que existen en el país es regla, por ser política de Estado.

Son diez años de impunidad en donde por todos los medios e instituciones al servicio del Estado mexicano se ha tratado de ocultar este crimen; de acallar las voces que exigen justicia con infinidad de medidas represivas y actos de terrorismo de Estado; de obstrucción institucional para evitar que se desenmascare a los responsables de este crimen de lesa humanidad, sin embargo, la realidad se impone, hoy está demostrado que fue el Estado mexicano quien desapareció de manera forzada por motivos políticos a nuestros militantes Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.

Los responsables directos son Felipe de Jesús Calderón Hinojosa jefe supremo de las Fuerzas Armadas del 2006 al 2012, Ulises Ruíz Ortiz Gobernador del Estado de Oaxaca y jefe de los grupos policíacos y parapolicíacos que operaron bajo su mandato, así como todos aquellos quienes personificaron la cadena de mando de las diferentes estructuras policíacas y militares.

El actual ejecutivo federal es copartícipe de este crimen por continuar la política dilatoria y burocrática con la que se garantiza impunidad a los responsables materiales e intelectuales; por seguir instrumentando medidas dictatoriales que se proponen anular resoluciones de instancias de procuración de justicia y revictimizar a los familiares de los desaparecidos, lo cual comprueba una vez más que en México la desaparición forzada por motivos políticos o sociales es política de Estado que se aplica de manera transexenal.

Los múltiples actos de represión, los cientos de miles de asesinatos, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas a lo largo y ancho de todo el país develan que: en México el terrorismo de Estado va en ascenso; es el proceder y práctica de los cuerpos represivos; la cúpula militar aparte de ser responsable es mentirosa y criminal; la detención-desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales las cometen los agentes del Estado, prácticas inhumanas y crímenes de lesa humanidad que independientemente de quien las perpetre es con la aquiescencia del Estado.

A diez años de la detención-desaparición forzada de nuestros camaradas Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya reiteramos nuestra exigencia de su presentación con vida y en libertad, juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de este crimen de lesa humanidad. Gabriel y Edmundo son revolucionarios, hijos del pueblo, que aún en las mazmorras del aparato represivo y la tortura física y psicológica mantienen en alto la causa de la emancipación popular.

También en diez años ha sido generosa la solidaridad del pueblo mexicano al hacer suyas las banderas de la presentación con vida de los desaparecidos de ayer y hoy, a pesar de la dictadura de opinión, la represión y el constante hostigamiento. Nuestro sincero agradecimiento a quienes han brindado la solidaridad a los familiares de nuestros compañeros y aquellos que han coadyuvado en pro de la verdad y justicia para el caso de estos dos revolucionarios.

Son cientos de miles las víctimas del terrorismo de Estado, sin embargo, los propósitos de tal política criminal no se han consumado, hoy a lo largo y ancho del país la protesta popular en la exigencia de la presentación de sus seres queridos no cesa, resuena por doquier.

Hasta ahora los esfuerzos por la justicia y la verdad son dispersos, cada cual clama justicia por sus víctimas a pesar de que los responsables tienen una misma matriz, el Estado y su aparato represivo, quien aplica el terror al pueblo como forma de gobernar, realidad que exige marchar en unidad.

Si las víctimas del terrorismo de Estado son del pueblo, la solidaridad entre hermanos de clase debe ser incondicional, punto de partida para poder arribar a la unidad que es fundamental para hacer frente a la violencia institucional que impone la junta administrativa a petición de la oligarquía.

Si el terrorismo de Estado es un cáncer que aqueja a todo el pueblo, debe ser erradicado de raíz con la combinación de todas las formas de lucha, con el desarrollo de combate y resistencia popular. A mayor violencia institucional mayor dinamismo con creatividad en la autodefensa popular.

Si la justicia es negada por las instituciones burguesas, el pueblo y sus organizaciones tienen el inalienable derecho de procurarla y ejercerla por todos los medios y formas que él disponga, porque crímenes como estos atentan contra la humanidad.

No olvidamos ni cejamos en nuestra exigencia y motivos de lucha, desde la trinchera de la lucha armada revolucionaria el PDPR-EPR seguiremos desplegando iniciativa y fuerzas por la presentación con vida y en libertad de nuestros camaradas, por todos los detenidos desaparecidos de ayer y hoy, por las causas populares, la emancipación total de los oprimidos y explotados para garantizar el futuro de la humanidad con el socialismo.

¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS CRIMINALES DE ESTADO!
¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
EPR

Año 53.

República mexicana, a 25 de mayo de 2017.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

domingo, 16 de julio de 2017

comunicado del PDPR - EPR

Al pueblo de México
a los pueblos del mundo
a los medios de comunicación
a los organismos NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS derechos humanos
a las organizaciones POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

Este primero de mayo cumplimos como partido revolucionario veintiún años de lucha por el socialismo bajo el nombre de Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR), sin embargo, nuestra trayectoria como fuerza revolucionaria no inicia con estas siglas, se remonta a los primeros años de la década del sesenta del siglo pasado, es decir, 53 años de persistir en la lucha armada revolucionaria en México al lado de nuestro pueblo.

El PDPR-EPR es la continuidad histórica de la Unión del Pueblo (UP), en consecuencia, 1964 es la fecha formal de nuestro surgimiento con fuertes vínculos en combativas luchas estudiantiles, populares, campesinas, indígenas y de profesionistas; el origen también nos remite a la resistencia en la prisión política. Experiencias en las que se combinó la lucha política-jurídica, la popular-agraria vinculadas a la autodefensa de las masas, que en su desarrollo evolucionaron a la conformación de frentes multisectoriales con contenido y dirección clasista; tiempos de elevada agitación y activismo político, vivencias políticas organizativas de lucha que dan origen a los primeros núcleos de militantes de profesionales de la revolución vinculados estrechamente a las masas trabajadoras.

Los primeros núcleos de profesionales de la revolución que dan origen y desarrollo al partido, se conforman y organizan en la clandestinidad y semiclandestinidad con la firme convicción de hacer la revolución socialista como un proyecto de vida, de parte de todos y cada uno de quienes lo conformamos.

Formación del partido y preparación de la militancia que se da bajo el acoso de corporaciones policíacas del orden estatal y federal en estrecha coordinación con el ejército mexicano, que juntos formaban parte del aparato especializado en perseguir, ubicar y eliminar a los revolucionarios. Ente represivo que toma forma en la Dirección Federal de Seguridad (DFS), batallones especializados de militares contrainsurgentes y la paramilitar Brigada Blanca (BB).

Nuestra persistencia en la lucha revolucionaria se debe al principio político de la clandestinidad, enseñanza histórica que ilustra que ningún grupo revolucionarios puede sobrevivir aislado de las masas y el principio de la clandestinidad.

Desde un inicio de nuestra actividad política revolucionaria, antes y una vez agrupados como profesionales de la revolución, conducimos nuestra práctica en los principios de organización leninista que rigió la prensa escrita, bajo ese principio emitíamos volantes, manifiestos, denuncias, declaraciones, posicionamientos de coyuntura o etapa y la elaboración de un periódico, publicaciones en las que hacíamos énfasis en el llamado a la unión popular y se signaban como UP, por lo consiguiente, los sectores organizados y en lucha, así como el movimiento revolucionario empezaron a reconocernos y nombrarnos con esas siglas.

Los principios que rigen la vida de una organización revolucionaria definen su carácter, objetivos y la forma de conseguirlos, máxime cuando emergen en el seno y fragor de la lucha de clases, en la cual estábamos presentes con nuestra práctica revolucionaria, adoptamos el nombre de Unión del Pueblo porque sin ésta no hay posibilidad de triunfo en la lucha contra los explotadores.

La funcionalidad orgánica, el estudio del marxismo, dirigir y estructurar la voluntad popular de combatir desde la clandestinidad cohesionan las estructuras con que contábamos y se crean nuevas en distintas regiones del país, alcanzamos un desarrollo dialéctico que va de grupo a organización y de ésta a partido como resultado de la acción sistemática del binomio indisoluble de teoría-práctica.

Acontecimiento que se revela como un hito en la historia específica para nuestro proyecto, pero a su vez, lo constituyó para el conjunto del movimiento armado revolucionario en el país, la conformación e irrupción pública mediante la propaganda revolucionaria de nuestro partido: Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP), que puso en el campo de la lucha ideológica, a mediados de la década del ochenta, la validez de la lucha armada revolucionaria como la vía para transformar la sociedad capitalista en socialista, tesis que se plantea desde una organización armada revolucionaria que había persistido de manera ininterrumpida en la vida política del país, es decir, nuestro partido.

La existencia de nuestro partido era secreto a voces que corría por las naves y pasillos de las fábricas, callejones y barrios de las ciudades capitales y municipios, en los rutas-100, chimecos y estaciones del metro, escuelas de todos los niveles, llegó allende las fronteras aún sin la internet.

Fuera del país surgían interrogantes sobre nuestra existencia, México, el formal firmante de cuanto tratado internacional en materia de derechos humanos que existe, el "pluripartidista", el "democrático", paraíso de asilados políticos y de organizaciones armadas revolucionarias de pueblos hermanos... En ese "paraíso de la democracia" existe la guerrilla, ¿cómo es posible que exista un partido revolucionario, guerrillero, insurgente? ¿Cómo? se preguntaban, sencillo, producto del desarrollo de la lucha de clases y fuertes convicciones revolucionarias que es hacer de la revolución proyecto de vida.

Desde nuestros inicios promovimos la necesidad de la unidad revolucionaria como tarea estratégica de la revolución, por el propio desarrollo del país las fuerzas de ésta surgieron dispersas y atomizadas, la lucha exigía coordinación y unidad, con algunas lo logramos, no sin superar escollos y divergencias propios del proceso, que se tradujo en la incorporación de revolucionarios de diferentes procesos organizativos, entre ellos algunos de los sobrevivientes del Partido de los Pobres (PDLP), que en reconocimiento a la lucha que había librado éste y el profesor comandante Lucio Cabañas Barrientos adoptamos el nombre de PROCUP-PDLP.

Es pertinente señalar que desde su ingreso al partido con los compañeros sobrevivientes del PDLP nunca tuvimos problemas de actitudes escisioncitas, sino que éstas afloran tiempo después en los sujetos descompuestos y quebrantados ideológicamente, que han utilizado dichas siglas para sus mezquinos intereses y que al paso del tiempo ha cobrado la vida de jóvenes que anhelaron incorporarse honestamente a la lucha revolucionaria.

A mediados de los años noventa en el contexto del desarrollo y consolidación de los pilares de la revolución formalizamos el ejército del pueblo que se objetiva en el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y a la vez adoptamos el nombre de Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR), bajo estas siglas continuamos librando la lucha contra el poder burgués en la presente etapa de nuestra historia. Nuestro partido y ejército, insistimos, la raíz histórica nos remonta a 1964, y no se remite a fechas coyunturales o acciones tácticas.

En el 2000 realizamos en la clandestinidad el primer congreso formal de nuestro partido donde se ratifica el nombre de PDPR-EPR; se retoman los tres objetivos históricos de lucha de nuestro pueblo; la estrategia y táctica de Guerra Popular; los principios de organización y dirección leninista; el marxismo como la herramienta teórica-práctica para hacer la revolución; y la metodología de construcción revolucionaria.

Son 17 años de unidad y fraternidad revolucionaria, porque el congreso significó un hecho invaluable en nuestra historia que permitió la ratificación individual y colectiva por la senda de la revolución socialista donde confluimos diferentes generaciones de revolucionarios que nos identificamos en la estrategia, la táctica y el método; el congreso definió la militancia y ruta revolucionaria, nos unificó en teoría y práctica, determinó las tareas estratégicas de la presente etapa, entre ellas la reorganización de nuestro partido.

En esta etapa de reorganización y construcción de los pilares de la revolución jugaron un papel importante nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, dos militantes conocidos por su congruencia entre el decir y hacer que hasta la fecha lo siguen demostrando, cualquiera que sea su circunstancia, porque en ese proceso de reorganización del partido y el ejército del pueblo fueron detenidos desaparecidos por el aparato represivo el 25 de mayo de 2007 en la ciudad de Oaxaca.

La detención desaparición de nuestros compañeros nos puso de frente al terrorismo de Estado como política de gobierno, que a la fecha ha cobrado cientos de miles de víctimas en desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, las cuales en ese momento eran negadas no sólo por el Estado, sino también por quienes se reputaban como militantes de izquierda, así como medios de comunicación que se definían como progresistas. Pero más perversos fueron aquellos que envestidos en la defensa de los derechos humanos negaron la solidaridad al poner trabas burocráticas para denunciar este crimen de lesa humanidad.

Ante el terrorismo de Estado como política de gobierno cobra necesidad estratégica la autodefensa armada revolucionaria, a través de ella exigimos la presentación con vida y libertad de nuestros camaradas. El tiempo confirma que ante el terrorismo de Estado hay que organizar y generalizar la autodefensa armada de las masas, porque si en los hogares proletarios no hay paz tampoco la debe haber en los burgueses.

La detención desaparición de nuestros compañeros fue por su condición de revolucionarios, es decir, por eminentes motivos políticos y al mismo tiempo confirma que el autor intelectual y material de este deleznable crimen de lesa humanidad es el Estado, éste a través del aparato represivo y sus agentes es quien ha cometido los cientos de miles de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales que desangran al pueblo trabajador.

Hoy, este primero de mayo saludamos de manera fraterna y revolucionaria a simpatizantes, colaboradores, combatientes y militantes de nuestro partido y ejército PDPR-EPR. En el presente va el reconocimiento al esfuerzo que cada cual realiza de acuerdo a su grado de disposición, compromiso y consciencia. A 53 años ¡Estamos presentes!

¡PRESENTACIÓN CON VIDA DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS DEL PAÍS!
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS CRIMINALES DE ESTADO!
¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!

¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!

¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ DE PRENSA Y PROPAGANDA DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

Año 53

República mexicana, a 1 de mayo de 2017


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

miércoles, 11 de enero de 2017

Comunicado del PDPR - EPR

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
A LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

Las acciones de descontento y manifestación popular que privan en el país no son actos de vandalismo ni actos delincuenciales, son expresión de la voluntad popular en respuesta legítima a las medidas antipopulares emanadas de las reformas burguesas de carácter neoliberal.

El descontento, la protesta y manifestación popular que hoy las masas trabajadoras diseminan en su legítimo derecho por lo largo y ancho del país contra las medidas antipopulares del régimen, son consecuencia inevitable de la política económica aplicada de manera solicita y servil por el Estado mexicano en función de los intereses imperialistas por más de 34 años.

Sumergido el país en una profunda recesión económica, y a consecuencia de ello una miseria creciente en las condiciones materiales de existencia del pueblo, la presente junta administrativa impone más medidas antipopulares que se materializan en mayor pauperización para las masas trabajadoras y en mayores beneficios para los oligarcas.

Es el caso de la liberación del precio de los combustibles, medida antipopular que ha impuesto la junta administrativa a exigencia del capital monopolista y en beneplácito de sus amos imperialistas.

Medida pro oligarca auspiciada por la junta administrativa para generar prácticas monopolistas basadas en la escases artificial y la especulación para así justificar las medidas de la reforma energética, el entreguismo y garantizar altas tazas de ganancia a los oligarcas que se han apropiado de dicha rama de la producción con el despojo legalizado y potentados por el estado de derecho oligárquico.

Además, tiene como propósito inmediato recaudar más ingresos para el estado burgués mexicano, quien busca con ésta y otras medidas antipopulares costear el déficit financiero del gasto público y en particular el sostén de los cuerpos policíaco-militares para que sigan perpetrando el terrorismo de Estado contra el pueblo en todo el país.

El actual incremento abrupto y creciente del precio de las mercancías muy por encima de su valor, es producto de las prácticas monopolistas auspiciadas por el gobierno antipopular, universo de mercancías que en relación con el precio del salario ha provocado un proceso inflacionario creciente. Esto ha traído como consecuencia inmediata mayor precarización en las condiciones de vida del campesino pobre, el proletariado, sectores populares y los pequeños propietarios.

Estas son las causas inmediatas del descontento, manifestación y protesta popular ante las cuales cacaraquean iracundos los señores reaccionarios, criaturas que personifican al capital, la servidumbre de la burguesía como lo son los politicastros, voces y plumas mercenarias de los monopolios de la comunicación quienes destacan por ser apologistas del terrorismo de Estado y la represión, no contentos, exigen medidas autoritarias con rasgos fascistas contra el pueblo movilizado.

Ni actos vandálicos, tampoco enojo y rabia, mucho menos actos de ciudadanos estúpidos como lo difunden los epígonos del régimen y los monopolios de la comunicación. Contrario a ello, es de retrogradas y reaccionarios no asumir que lo que se vive en el país es reflejo del repudio popular al régimen neoliberal, es el pueblo manifestando su legítima voluntad contra sus verdugos.

Solo quien es enemigo del pueblo, niega que el actual repudio popular al régimen crece en relación a la magnitud de las medidas antipopulares y los efectos nefastos contra el pueblo de las reformas burguesas de carácter neoliberal impuestas como ley a punta de violencia y demagogia institucional.

Ahí donde los enemigos del pueblo ven actos de vandalismo, saqueos, actos anárquicos, entre otros epítetos que criminalizan a la voluntad popular, en realidad lo que sucede es la crítica política de las masas al régimen expresada en formas de lucha y protesta justas que en legitimidad se apropian el producto de su trabajo concentrado en su forma de mercancía en los almacenes y expendios monopolistas.

Ungidos con la impunidad que les otorga la institucionalidad burguesa y el odio de clase hacia el pueblo como ideario político, los personeros del Estado mexicano responden a la voluntad popular con mayor represión y medidas policíaco-militares con rasgos fascistas como política de gobierno.

La junta administrativa lejos de solucionar las demandas populares aplica medidas represivas e impone estados de sitio y toques de queda comandados por los militares en coordinación con el mando único, amenaza impedir con la violencia institucional toda manifestación popular, condición que hoy se expresa en más de mil quinientos detenidos en todo el país, trabajadores transportistas violentados con medidas represivas político-administrativas y masas populares reprimidas por los cuerpos policíaco-militares, actos que a todas luces constituyen una injusticia política y engrosan las cifras de víctimas del terror del régimen contra el pueblo.

Si se trata de encontrar responsables, no es necesario hacer supuestas investigaciones de inteligencia, ni alharacas esquizoides, los únicos responsables son los politicastros quienes firmaron el Pacto por México, aprobaron solícitamente las reformas burguesas de carácter neoliberal y alimentan las mentiras económicas de la junta administrativa, todo en beneplácito de la política transexenal del régimen.

Los señores ungidos en la junta administrativa y aquellos amantes de la violencia institucional amparados en el poder de los monopolios en sus sobresaltos hipócritas, omiten perversamente que la magnitud de la ilegitimidad popular del régimen es reflejo de la magnitud de la crisis política que vive y que en respuesta a dicha circunstancia sociopolítica la junta administrativa robustece el Estado policíaco-militar, al estado de derecho oligárquico y en contubernio con los monopolios de la comunicación allana el camino para imponer una dictadura militar como máxima expresión de ambos rasgos del Estado burgués mexicano; omiten que el régimen es quien causa la violencia y ellos como personificación del mismo son quien la perpetran y alimentan con sus medidas antipopulares.

El pueblo subsumido en una miseria creciente producto de la explotación y opresión capitalista, las masas trabajadores condenadas a la inmunda condición del pauperismo producto de las medidas antipopulares del régimen, tienen el inalienable derecho a la protesta y a luchar por una forma de vida que no sea deshumanizante. Oponerse a esta razón histórica constituye una franca contrariedad a los intereses populares y atenta contra el género humano, eso, sólo lo hace un gobierno antipopular de un régimen totalitario.

Nuevamente las circunstancias sociopolíticas y económicas confirman la necesidad política-organizativa del pueblo, es necesario construir y organizarse en organismos de combate popular para resistir y hacer frente a las medidas antipopulares del régimen.

Ahí donde existe voluntad popular de combatir, donde emergen acciones legítimas de descontento y protesta popular es necesario despojarse de la tendencia a huir cuando llegan los cuerpos policíaco-militares y enfrentarlos con la autodefensa popular.

Sí el poder burgués endurece su aparato opresor y lo enfila en franca represión contra las masas populares movilizadas y en protesta contra el régimen, es deber de todo aquel que se digne ser pueblo retomar las formas de lucha combativa que han dado frutos a lo largo de la historia, desarrollarlas y enriquecerlas con la creatividad para hacer frente a la política represiva del régimen, y, hacer de la lucha popular combativa herramienta para transformar las relaciones de producción burguesa y un instrumento dirigido contra los símbolos corpóreos de la dictadura del capital.

Son tiempos donde la solidaridad entre hermanos de clase debe aflorar en torno al interés común, es necesario sacar de las prisiones del régimen a los hermanos explotados y oprimidos que han sido víctimas de represión ejercida por el gobierno antipopular contra las masas inconformes, son tiempos de construir la unidad popular entorno a la transformación radical del país por métodos revolucionarios.

¡JUICIO Y CASTIGO A LOS CRIMINALES DE ESTADO!
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!

¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!

¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ DE PRENSA Y PROPAGANDA DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

Año 52.

República mexicana, a 8 de enero de 2017


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

domingo, 4 de diciembre de 2016

Comunicado del PDPR - EPR Michoacán

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
A LOS ESTUDIANTES NORMALISTAS Y UNIVERSITARIOS

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

Las políticas de gobierno federal y estatal por su condición antipopular son la causa y el origen de la creciente protesta y movilización popular, en tanto que lesionan gravemente los intereses y derechos del pueblo como son, el derecho a la salud, la educación, al trabajo, a la vida y a la protesta.

Los responsables directos de las actuales condiciones socioeconómicas de nuestro pueblo es la caterva de politicastros que desde falsos ropajes populares y progresistas han promovido una serie de leyes y reformas de carácter burgués, encaminadas a anular derechos fundamentales con el único propósito que prevalezcan los intereses de una minoría empresarial, como es el caso de la reforma educativa.

El carácter antipopular de la reforma educativa tendiente a la privatización de la educación obedece plenamente a las exigencias e intereses de los grupos empresariales que exigen por todos los medios imponer su voluntad, la proliferación de escuelas privadas en todos los niveles tiene explicación directa en la reforma educativa; la reducción de la matrícula en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), la imposición de los criterios de selección de nuevo ingreso por el CENEVAL y la certificación de los programas de estudio obedecen a la exigencia de políticos nefastos y oligarcas retrogradas, en este caso vinculados al grupo Atlacomulco, donde peña Nieto tiene fuertes compromisos e intereses.

En esta misma lógica de anulación de derechos fundamentales y privatización de la educación, se circunscribe el continuo desmantelamiento de las normales públicas, la reducción de la matrícula, las pretensiones de suprimir la plaza base y la criminalización de la protesta y formas organizativas de los estudiantes normalistas.

Los grupos empresariales en sus exigencias no guardan formas, se abrogan funciones del poder Ejecutivo y cuál tribunal inquisitorio exigen el cierre de las normales públicas, por no corresponder éstas a sus intereses y estar vinculadas a la protesta popular. Si a los empresarios y políticos de oficio reaccionarios les salen ronchas en la piel por la protesta estudiantil y popular, sólo deja en claro su condición y concepción profascista.

Los únicos responsables del actual sistema educativo nacional, por el cual se rasgan las vestiduras empresarios y políticos de oficio, es el gobierno tanto federal y estatales al imponer sus políticas educativas neoliberales desde 1982 con el fin de la privatización de la educación pública, si de evaluación se trata desde un inicio ya están reprobados por su condición antipopular y represiva.

La criminalización de la protesta y la lucha popular, estudiantil, de los trabajadores de la educación y la salud tiene origen en esos mismos grupos empresariales, la caterva de funcionarios corruptos y politicastros al servicio del capital, que en frente unido se han lanzado contra quienes con dignidad exigen el derecho a la educación, al trabajo, a la vida y a la protesta.

La iniciativa de ley que pretende "regular las manifestaciones" es patrocinada por los mismos grupos empresariales que pretenden hacer del derecho a la educación un negocio; en esencia busca anular el derecho a la protesta popular, expresa la condición conservadora y profascista de esta cofradía de criminales de Estado y delincuentes de cuello blanco, ahora resulta que los criminales ungidos con la institucionalidad burguesa quieren dar clases de civilidad, ética y moral.

La actual campaña mediática que cierra filas en torno a esta exigencia del capital sólo tiene una explicación, los monopolios de la comunicación obedecen y son parte de los intereses oligarcas, cuál libertad de expresión, cuál libertad de pensamiento, desde estas agrupaciones económicas se hace todo por imponer una concepción retrógrada sobre la sociedad, la naturaleza y el hombre. Si exigen cerrar las normales y en disminuir la matrícula escolar tanto en normales y la universidad, es porque en estas aún prevalece una formación humanista y su vínculo con el pueblo.

El pueblo tiene derecho a la protesta. El derecho a la educación, al trabajo, a la salud, a la vida son derechos fundamentales del hombre conquistados a base de exigencia y lucha popular, si la actual junta administrativa pretende anularlos, el pueblo tiene el derecho legítimo de organizarse y luchar por los medios y formas que considere y sean necesarios.

Las marchas, los mítines, los bloqueos de carreteras, las trincheras de lucha popular, el volanteo, la retención de vehículos, la liberación de casetas de cobro en las autopistas, la retención temporal de mercancías, las visitas de cortesía a las tiendas departamentales, el paro laboral, la toma de edificios públicos, la huelga, la quema de unidades de empresas monopólicas... son formas de lucha necesarias y válidas ante la ofensiva gubernamental y empresarial, son parte del derecho a la protesta, constituyen el mecanismo de defensa popular y de la lucha por exigir el cumplimiento de los derechos del pueblo.

Desde el gobierno y sus defensores se criminaliza a estas formas de lucha y a quienes las enarbolan por sentir que sus mezquinos intereses se ven afectados o porque sus pretensiones conservadoras y profascistas no prosperan, porque en nuestro pueblo hay dignidad y voluntad de luchar contra los responsables de la actual iniquidad y marginación que vivimos más de 90 millones de mexicanos.

¿Qué podemos decir de la actual administración estatal encabezada por el Sr. Silvano Aureoles Conejo? Que la realidad y su política de gobierno lo desnudan en esencia y forma, cada vez se aleja más de los intereses del pueblo, por sus actos se ha revelado como un gobierno represor al igual que los gobiernos priístas.

En el estado sigue proliferando la desaparición forzada, la ejecución extrajudicial y la violación grave y sistemática de los derechos humanos bajo el manto de un gobierno "de izquierda"; en Michoacán los grupos paramilitares con origen gubernamental siguen operando impunemente y los siguen fortaleciendo desde las estructuras del Estado mexicano; desde el gobierno estatal y por la vía de rectoría a través del policía Dolores Govea paz se auspicia y protege grupos de porros que son presentados como estudiantes "buenos" y bien portados, en realidad son grupos de porros que juegan la punta de lanza contra la protesta estudiantil.

En estas tierras los cuerpos policiaco-militares que conforman el aparato represivo han accionado sus armas e instrumentos represivos contra los trabajadores de la salud y la educación, se han ensañado con los hijos del pueblo al torturarlos, balearlos y tratarlos como delincuentes encarcelándolos injustamente..., ¿será esta la política de un gobierno democrático y progresista al servicio del pueblo? Por supuesto que no, las exigencias oligárquicas son las que prevalecen más allá del partido político que se encuentre en la administración pública y los grandilocuentes discursos de los políticos de oficio, en esencia y forma tenemos un gobierno antipopular y represivo.

Para muestra un botón: en la meseta purépecha funcionarios del gobierno de Silvano pagan a todo aquel sujeto que esté dispuesto a armase para reprimir la protesta popular, así sujetos en plena descomposición vinculados a la tala clandestina, al abigeato, al robo y a la delincuencia organizada se enrolan para conformar grupos de choque contra el movimiento popular, estos grupos paramilitares son uno de los instrumentos de la represión, responsables de las emboscadas contra trabajadores de la educación y estudiantes normalistas, constituyen fuerzas auxiliares para la represión, la cuna está en Capacuaro y en las estructuras de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

Otro rostro de la represión lo constituye la constante amenaza hecha por Martín Godoy Castro, secretario de seguridad pública y Uriel López Solís, secretario de gobierno, quienes se dedican al ominoso papel inquisidor de armar "carpetas de investigación", terminajo leguleyo para disfrazar el acto autoritario y represivo.

Si de parte del gobierno el pueblo recibe medidas y políticas que afectan gravemente sus derechos, como pueblo tenemos el inalienable y legítimo derecho de organizarnos y luchar de la forma que la realidad dicta; la solución a las exigencias populares no pasa por la desmovilización, por el contrario son tiempos de generalizar la protesta popular, de ampliar las formas de organización y lucha, de propagar por toda la geografía estatal las acciones políticas de masas.

Si el gobierno integra "carpetas de investigación", el pueblo y sus organizaciones deben tomar nota puntual sobre los responsables intelectuales y los instrumentos de la represión para actuar en autodefensa popular.

Desde la trinchera de la lucha armada revolucionaria, enviamos un saludo al pueblo organizado que con dignidad en el campo de la lucha de masas, resisten los embates de las fuerzas represivas al servicio del poder burgués. Sepan que no hay poder oligárquico-gubernamental que resista la voluntad de combatir de un pueblo organizado. ¡a generalizar la protesta popular! En la defensa de los derechos del pueblo.

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ ESTATAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

COMANDANCIA DE ZONA DEL EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
EPR

Año 52.

Desde algún lugar de Michoacán de Ocampo, a 27 de octubre de 2016


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!