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viernes, 2 de diciembre de 2011

Comunicado de las FARP

Al pueblo de México:
Al pueblo de Guerrero:
A las organizaciones revolucionarias:
Compañeros, camaradas:

Las opiniones que hemos vertido sobre el proceso, características y alcances que tendrá la creación de la Comisión de la Verdad; han generado un revuelo y herido susceptibilidades. No teníamos intención de generar ninguna molestia, por lo que nos vemos envueltos en la necesidad de escribir nuevamente para realizar algunas precisiones al caso.

En primera instancia, el hecho de hablar del susodicho órgano; no es descalificar el proceso, sería una forma simplista de ver el tema. Lo que hemos hecho es conceptualizar el fenómeno, lo que no hay es coincidencia en las visiones de los distintos actores políticos sobre el asunto, pero es respetable la opinión de todos. Nosotros en particular, somos un actor político-militar que existe en el estado, somos una realidad que no se puede negar. De que si estamos dentro del mismo barco en la defensa de la lucha social y la justicia, pues habría que discutirlo. La visión que tenemos de la construcción de la democracia y la búsqueda de la justicia social a veces no necesariamente es coincidente; para nosotros, las dádivas que los partidos políticos reparten no implica que contribuyan al cambio democrático, ni tampoco contribuyen a que el pueblo sea realmente partícipe en la toma de decisiones trascendentales para la vida democrática.

Por otra parte, las encuestas, las negociaciones cupulares entre grupos políticos, corrientes y liderazgos mediáticos; para definir candidaturas, espacios en la burocracia gubernamental o en comisiones de cualquier índole; sin tomar en cuenta al pueblo llano, tampoco son muestras palpables de una democracia plena.

Afirmar ciertas cosas sobre nuestra forma de lucha, es tratar de encasillarla o en su defecto no se cuenta con una visión objetiva de quienes somos. La lucha que desarrollamos, antes que nada y por encima de todo es política. Así que, desde siempre, hemos desarrollado (y seguimos haciéndolo con nuestros cuadros, estructuras y masas) la lucha social, la movilización, la organización en las comunidades y la lucha electoral. Es parte de nuestra esencia, es nuestro origen; de ahí se desprende nuestro desarrollo. Creer que la lucha armada se circunscribe a deambular por los montes, cañadas, ríos y montañas es una equivocación.

El monte se usa como un mecanismo o medio de protección específico y nada más (hay lugares que no hay monte, solo tierra árida o en su defecto son áreas urbanas), el trabajo se hace en las comunidades, en las escuelas, en los barrios y colonias; ahí se desenvuelven nuestros cuadros.

La lucha armada no enluta ni denigra a las familias por sí misma; se olvida a muchos que ésta es resultado de haber orillado a miembros del pueblo a no dejarse masacrar, reprimir, desaparecer o encarcelar. Somos gente con dignidad que no acepta ser parte de las estadísticas, que no acepta ser parte de los “daños colaterales”, somos parte del pueblo que no está dispuesto a morir por enfermedades curables que no son atendidas por los anteriores y actuales gobiernos “democráticos”. Por eso estamos en la lucha armada, para no morir por morir, para no morir de manera denigrante.

El impulsar la lucha armada y todas sus formas de lucha no denigra a las familias, la dignifica, le devuelve lo que como ser humano le arrebata el sistema. Nadie puede decir o se atreve a manifestar que la lucha del comandante Ramiro fue denigrante.

La lucha armada solo es una forma más de lucha que el pueblo organizado y consciente debe impulsar, aunado a la lucha social, electoral, parlamentaria. Los problemas surgen cuando hay actores políticos que hacen esfuerzos por quitarles o desviar su esencia popular; ahí es donde se pervierten esas formas de lucha y pasan al servicio de los intereses de los poderosos o de algunos grupos políticos en particular.

Se dice que se busca la “verdad histórica” con este órgano (Comisión de la Verdad); entonces, ¿Aguas Blancas y el Charco no forman parte de la verdad histórica? Que porque de ahí ya se sabe quienes son los culpables y solo falta castigarlos. ¿O sea que de 1969-1979 no se sabe todavía quienes son los culpables? ¿En que mundo vivimos entonces? Al menos nosotros si sabemos quienes son los culpables.

Es cierto que quienes integraran o impulsan La Comisión de la Verdad no buscan cargos de elección popular, pero si los buscan los actores políticos que la apuntalan y promueven. Repetimos, no descalificamos, simplemente damos una definición política del asunto; que no necesariamente tiene que ser coincidente con otros puntos de vista. Eso no nos hace menos o más como proyecto político-militar, pero eso si, no vamos a legitimar un órgano que sabemos no encontrará la que dicen llamar “verdad histórica”.

En resumen; en dicho órgano; “ni son todos los que están, ni están todos los que son”. El hecho de que algunos pretendan recoger los beneficios políticos a cambio de entregar migajas a parte del pueblo guerrerense que sufrió persecución, torturas, cárcel, desapariciones y muerte; para nada honra la memoria del comandante Lucio Cabañas Barrientos en un aniversario más de su heroica caída en combate.

Poco se puede esperar de unos comisionados a los que el gobierno del estado otorgará su beneplácito para formar un órgano surgido de las entrañas del propio Estado. A futuro se demeritará y dañará irremediablemente la imagen y calidad moral que aún sustentan los miembros que la integren.

Ahora bien, si piden les otorguemos el beneficio de la duda; se lo otorgamos. Esperemos los 24 meses ordinarios y los 6 meses de prórroga establecidos. Al tiempo veremos los resultados y si a la larga tienen razón, seremos los primeros en aceptar los resultados y reconocer que: al fin hubo una objetiva e imparcial investigación, juicio y castigo a los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos en esa época.

Un saludo fraterno, porque a fin de cuentas, arrieros somos y en el camino andamos. Las luchas si son verdaderas en el camino se encuentran y se entrelazan, recuerden que nuestra lucha es: todas las formas de lucha.

Chilpancingo de los Bravo; a primero de diciembre de 2011.

¡Honor y gloria eterna al comandante Lucio Cabañas!
¡Por la revolución socialista y la liberación nacional!
¡La lucha popular revolucionaria!
¡Patria libre!
¡Y socialista!

Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo
FARP



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

Comunicado del TADECO sobre Comisión de la Verdad en Guerrero

COMISION DE LA VERDAD EN GUERRERO:
COMPROMISO ELECTORAL Y PLATAFORMA DE PODER POLITICO, NO CON LA VERDAD Y LA JUSTICIA ANTE LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD DE AYER Y HOY

El día de mañana 2 de diciembre del 2011, el Congreso Local iniciará la discusión para su aprobación de la llamada “Comisión de la Verdad” en el Estado de Guerrero que fue un compromiso de campaña del actual gobernador. La iniciativa contempla solo el período de la denominada “Guerra Sucia” y no abarca los casos de represión de los años subsecuentes, en especial las masacres de Aguas Blancas y El Charco y las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales de los años recientes.

Como TADECO no podemos dejar de expresarnos ante la opinión pública, pues como es sabido, nuestro compañero Jorge Gabriel Cerón Silva se encuentra desaparecido desde hace ya casi 5 años y como él, hay por lo menos 300 detenidos desaparecidos más y casi 3 mil asesinados extrajudicialmente en la entidad, en el lapso de los últimos seis años.

A través del Comité de Familiares y Amigos de Secuestrados, desaparecidos y asesinados en Guerrero, mediante el cual reclamamos la presentación con vida de 31 detenidos desaparecidos y el castigo a los culpables de 11 ciudadanos asesinados extrajudicialmente desde hace mas de 4 años, hemos exigido justicia y ante la indolencia de las autoridades, hemos planteado la urgencia de que se instrumenten mecanismos ágiles y efectivos de búsqueda con la coadyuvancia de los familiares y de nuestro comité, pues nuestros desaparecidos en particular, pueden estar vivos y no descartamos la posibilidad de que se reintegren a sus familias. Sin embargo, la indiferencia, el silencio y la inmovilidad siguen haciendo cómplices a las autoridades y abonando a la impunidad.

El nuevo gobierno perredista, como el anterior, sigue sin hacer nada por atender nuestro reclamo de justicia y también lo ignora. Por ello nos preocupa la demagogia con que se plantea la comisión de la verdad, ya que solo se refiere a los casos de las víctimas del pasado, de la llamada guerra sucia y no se incluyen los casos recientes, dejando de lado los casos de desapariciones forzadas y asesinatos extrajudiciales de carácter social, como ahora les llama la ONU, que son los casos que nosotros reclamamos, los casos de los ciudadanos comunes pues.

Nos preocupa también la manera en que se plantean los objetivos para la presunta Comisión de la Verdad, porque una comisión de este tipo no persigue, no sanciona solo busca la verdad, una verdad que serviría sobre todo para dar con el paradero de nuestros seres queridos detenidos desaparecidos y para que la instancia que le corresponde pueda utilizar esa información con ese fin, además de castigar a los culpables. Aquí el otro problema es ese: ¿Existen las instancias y el marco jurídico apropiados para ello, es decir para castigar a los verdaderos culpables, aún así sean agentes estatales? ¿Están la Procuraduría y el Tribunal Superior de Justicia del Estado en condiciones de asumir ésta tarea? ¿La Constitución del Estado, El Código Penal y la Ley para Prevenir y Sancionar la Desaparición Forzada de Personas en el Estado de Guerrero, constituyen el marco jurídico apropiado? Nosotros decimos que no.

Nos preocupa también la premura con la que se está creando este organismo, que nos da idea más de la necesidad oficial por cumplir un compromiso político formal que buscar la verdad para que se haga justicia. Vemos que se avecina la integración de otro aparato del Estado más, que mediatizará la lucha por la verdad y la justicia, que no agregará información verdadera sobre delitos cometidos por agentes estatales, ni conseguirá enjuiciar, ni sancionar a alguno y no nos extrañaría que terminara siendo solo una fuente de empleo para algunos dirigentes sociales y políticos que podrán utilizarla para sus fines particulares. Ya se sabe que el protagonismo y el chambismo enferman a muchos activistas cuando se transforman en funcionarios públicos.

Son muchas las comisiones que han existido en diversas partes del mundo y cada una tuvo diferentes objetivos y por lo tanto diferentes características; durante conflictos armados o al final de ellos; pero vemos que la mayoría de ellas solo han servido para plantear leyes de punto final, reconciliación, auto amnistía y otras figuras que perpetúan la impunidad y que dañan profundamente a quienes esperan cada día por la verdad y por la justicia.

Por ello es necesario ubicar desde el contexto estatal y la problemática específica cuales son las características que se necesitan para que una Comisión de éste tipo cumpla sus objetivos. Son muchos los temas a analizar y muchas las aristas a tocar. La Comisión de la Verdad, no es cosa fácil, es una empresa compleja y difícil que requiere la participación de toda la sociedad, principalmente de los familiares de las víctimas, para hacer acuerdos, buscar consensos para la mayor credibilidad y menor descalificación, pero principalmente para la mayor eficiencia y eficacia, pues los detenidos desaparecidos del pasado, al igual que los asesinados siguen esperando justicia y los detenidos desaparecidos de ahora, insistimos, pueden incluso estar vivos.

No somos escépticos a ultranza, solo que no vemos la voluntad política real del estado para que se puedan realizar todas las acciones necesarias para que la verdad pueda ser conocida, además de que como se sabe, en el aparato del Estado se encuentran todavía muchos de los presuntos responsables de crímenes de lesa humanidad, lo que de inicio es un gran obstáculo para el esclarecimiento, castigo y localización de las víctimas.

Para nosotros ahora lo prioritario es la implementación de un Plan de Búsqueda, que se reabran los expedientes de los casos que reclamamos y de todos aquellos que están archivados desde los años 60’s, como el de Epifanio Avilés Lino, que se investigue realmente incluso con la coadyuvancia de los familiares en los casos que sea posible y necesario y que se conozca la verdad, considerando que nuestros desaparecidos pueden estar aun vivos y pueden ser rescatados y reintegrados a sus espacios y familias o en su caso, hacer valer el derecho a la verdad para que los familiares de las víctimas de la desaparición forzada y la sociedad en su conjunto, conozcan de los hechos, el destino de las víctimas y en su caso donde se encuentran sus restos, contemplando también el derecho de los familiares a enterrarlos y cerrar esta etapa de sus vidas, así como a reclamar el castigo a los culpables.

Por lo visto, la presunta comisión de la verdad no será un instrumento adecuado para ello. Como sea, nosotros seguiremos luchando por la presentación de todos los desaparecidos y por los casos que reclamamos en nuestro Comité, porque se investigue ¡ya!, porque se esclarezcan éstos hechos y los asesinatos extrajudiciales y principalmente por el derecho a la verdad y porque se haga justicia.

¡INVESTIGACIÓN Y VERDAD YA!
¡NO A LA SIMULACIÓN E IMPUNIDAD!
¡POR LA VIDA, LA LIBERTAD, LA JUSTICIA Y LOS DERECHOS CIUDADANOS!

Chilpancingo, Gro. a 1 de diciembre del 2011


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!