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viernes, 12 de junio de 2009

Rechazan vender predios para refinería

Carlos Camacho, corresponsal La Jornada

Tula de Allende, Hgo., 24 de mayo. Campesinos del ejido El Llano primera sección rechazaron la oferta de 100 pesos por metro cuadrado que les presentó el gobierno por sus tierras para construir la nueva refinería de Petróleos Mexicanos. Algunos exigen al menos 600 pesos por metro y otros aseguran que sus parcelas no están en venta. El subsecretario de Gobierno, Carlos Moreno, se reunió hoy con unos 150 labriegos y presentó la propuesta, que mejora la anterior, de 70 pesos por metro cuadrado, que tampoco satisfizo a los propietarios.

¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

sábado, 27 de diciembre de 2008

No permitiremos que Pemex regrese, advierten indígenas de la Lacandona.

■ En 1994 estaba perforando pozos, pero “huyó cuando empezó la guerra”

Elio Henríquez (Corresponsal La Jornada)

Ejido San Miguel, municipio de Ocosingo, Chis., 26 de diciembre. Las declaraciones que hizo el mes pasado la titular de la Secretaría de Energía, Georgina Kessel, durante su visita a Chiapas, en el sentido de que habría exploraciones petroleras en la selva Lacandona, mantiene en alerta a los pobladores de la zona.

Los más inquietos son los habitantes de los ejidos San Miguel y Laguna El Carmen Pataté, en cuyas tierras fueron abiertos y luego cerrados varios pozos denominados Nazaret, en la década de los 80.

“Hay versiones de que hace unos días un helicóptero aterrizó en el pozo número uno, ubicado en Laguna El Carmen Pataté y de que había gente trabajando, pero todavía estamos investigando”, afirmó el agente municipal del ejido, Pedro Mendoza.

Añadió que las versiones han causado preocupación entre los pobladores de la región, quienes han tomado el acuerdo de “no permitir” que Pemex regrese a esta zona, la cual abandonó en 1994, cuando surgió públicamente el Ejércto Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

“En esta área hay 31 pozos abiertos por Pemex en los 80 y principios de los 90, pero todos están cerrados y ninguno fue explotado”, dijo el dirigente tzeltal, en cuya casa de madera se aprecia en la pared una pintura del subcomandante Marcos.

“Se han escuchado rumores de que Pemex quiere volver a esta zona, y por ello la semana pasada mandé a dos policías a que investigaran si había presencia de personal (de Pemex) en el campamento (ubicado en Pataté) y si es cierto que había aterrizado un helicóptero, pero no encontraron nada”.

De todas formas –advirtió–, “vamos a estar pendientes, porque no permitiremos que trabajen”. Informó que el pasado 24 de diciembre, cientos de pobladores hicieron una ceremonia tradicional donde están los restos de lo que fuera el campamento de Pemex, para pedir que no regrese.

Salieron huyendo

En el centro de este ejido está la marca donde años atrás se planeaba abrir uno de los pozos. Sobre una base de cemento se observa un tubo mohoso de varias pulgadas en el que se lee: “Petróleos Mexicanos. 1985. Exploración”. Casi sobre la señal colocada por la paraestatal está la pared de una humilde choza de madera, construida hace cuatro años.

“Este pozo ya no lo abrieron porque en 1994 se vino la guerra y todo el personal de Pemex salió huyendo, pero se dice que quieren volver”, comentó Mendoza.

“Cuando pusieron esta marca dijeron a los pobladores de San Miguel que los iban a reubicar por la apertura del pozo, pero si en aquel entonces había alguien que estuviera de acuerdo, ahora estamos unidos y por nada nos saldríamos de aquí”, manifestó.

Más arriba, hacia la sierra Corralchén, a dos kilómetros de Laguna El Carmen Pataté y a 45 de la cabecera de Ocosingo, se encuentran las ruinas del campamento que Pemex instaló para el personal que en los 80 abrió los pozos en la zona, ubicada en la selva Lacandona.

En medio de la vegetación, donde habitan venados, tepezcuintes y otros animales propios de la selva, el lugar parece abandonado totalmente. Sólo hay señales de que algunos de los trabajadores de empresas que con el permiso de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales están talando y sacando cientos de árboles, llegan a descansar esporádicamente.

En el sitio se observa una casa grande y varias de menor tamaño que servían como dormitorios, comedores, cocina y oficinas, las cuales están casi destruidas. A poca distancia está, intacto, el helipuerto de concreto, con señales de haber sido utilizado recientemente.

A un par de kilómetros, donde termina la terracería, se localiza el pozo número uno debidamente sellado y con señales de abandono también. Del lado opuesto de éste está el 51, con las válvulas respectivas y desprotegido porque la barda ya fue destruida.

“Cuando se abrió este pozo, en 1984, salieron llamaradas”, relató Manuel Clara Ruiz quien, asegura, trabajó como “baritero” –así se dice a quien por un embudo echa la barita, polvo de una piedra homónima muy pesada que es explotada por compañías mineras en algunas zonas de Chiapas– cuando se hizo la perforación.

“Yo me acuerdo que entonces los de Pemex dijeron que este pozo tenía cuatro kilómetros de profundidad, y que echó llamas porque había petróleo”, comentó el indígena, quien guió a los reporteros hasta el lugar.

Según José Luis Castañón Helgueros, geólogo jubilado de Pemex que durante aquella época participó en los trabajos de exploración en esa zona “definitivamente no hay petróleo; si lo hubiera se estaría extrayendo”, pues se hizo una fuerte inversión en aquellos años.



¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

miércoles, 20 de febrero de 2008

¿PAÍS O COLONIA? Por AMLO

¿PAÍS O COLONIA?

por Andrés Manuel López Obrador

A solicitud del periódico Reforma, Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México, publica hoy un artículo en el que describe su proyecto en materia petrolera y expone que el país se ha convertido en un importador de derivados del crudo dado, que no se ha dado prioridad al sector energético. El siguiente es el texto de dicha colaboración periodística.


Ciudad de México (18 febrero 2008).- A diferencia de la derecha y de sus tecnócratas, nosotros pensamos que podemos sacar adelante al país desterrando la corrupción de la que se alimentan y nutren mutuamente el poder económico y el poder político de México.

También creemos que es indispensable, para la transformación del país un modelo económico propio que tenga como eje aprovechar la vocación de trabajo de nuestro pueblo y el uso racional de los recursos naturales, sobre todo de los energéticos.

Aquí no trataré el problema de la corrupción política y de los beneficios que obtendríamos con erradicarla. No hablaré de los jugosos negocios que actualmente se están haciendo al amparo del poder público, como es el caso del reciente contrato de compra de gas a Repsol de España por 15 mil millones de dólares, asignado sin que se presentara ninguna otra oferta y con gas extraído en Perú y revendido a la Comisión Federal de Electricidad a precios elevadísimos.

Tampoco me referiré a lo mucho que ganaríamos al liberar de la opresión a los trabajadores mexicanos, a quienes se les ha cancelado el futuro en su patria y se han visto obligados a emigrar para desatar en el extranjero su talento y laboriosidad.

El propósito de este artículo es resaltar la importancia estratégica del petróleo y de cómo podríamos convertirlo en palanca del desarrollo nacional. La relevancia del sector energético radica en que se extiende desde la extracción del crudo y el gas hasta la refinación, la petroquímica y la generación de electricidad. Los productos de estas industrias son insumos de otras y, así, se va formando una gran cadena de valor económico. Además las industrias energéticas usan de manera masiva bienes y servicios de otras ramas de la economía, con lo que se fortalece el mercado interno.

Por otra parte, todas las proyecciones indican que la demanda de energéticos seguirá en aumento; incluso, se estima que para el año 2020 será 50% mayor que la actual. Es decir, aun cuando se continúa investigando sobre otras fuentes de energía, todavía por varias décadas el desarrollo de la economía mundial seguirá sustentándose en los hidrocarburos.

Es en este horizonte en el que México goza de invaluables posibilidades de desarrollo. Nuestro país cuenta con reservas potenciales de crudo suficientes para producir gasolinas y petroquímicos y, además, posee en el subsuelo gran cantidad de gas natural que, cada vez, con mayor frecuencia se está utilizando para la generación de energía eléctrica.

Ahora bien, ¿por qué se ha desaprovechado este gran potencial económico y no se ha usado el petróleo para fomentar la industrialización, generar empleos y convertir a México en una potencia energética? La respuesta, aunque parezca increíble, tiene que ver con la idea que ha prevalecido, en los últimos 25 años, de privatizar la industria eléctrica y el petróleo. Y desde luego, detrás de esta concepción está el interés de quienes ambicionan apropiarse de recursos que son propiedad de la nación y del pueblo de México.

Sólo así se explica que desde 1983, en vez de modernizar la industria petrolera y convertirla en palanca del desarrollo nacional, todos los gobiernos neoliberales han optado, deliberadamente, por arruinarla y tener el pretexto para venderla y convertirla en un negocio privado.

Durante este periodo, la política energética ha sido manejada con perversidad, de manera irresponsable y con una sorprendente falta de visión y sentido común. Lo único que les ha importado es vender petróleo crudo al extranjero haciendo a un lado la exploración de nuevos yacimientos y, sobre todo, dejando en el abandono la refinación y la industria petroquímica.

La inversión pública directa de Petróleos Mexicanos (Pemex) se redujo al mínimo; pasó de 2.9% del PIB en 1982, a 0.57 en el 2007. También en electricidad disminuyó de 1.2% del PIB en 1982 a 0.31% en el 2007. Es decir, en ese periodo la totalidad de la inversión pública en el sector energético cayó de 4.12 a 0.88% del PIB.

Por más de dos décadas, la producción prácticamente ha dependido de los campos descubiertos en los años setenta, sobre todo del yacimiento de Cantarell en el mar de Campeche y de los pozos de Chiapas y Tabasco.

Con respecto al gas, los tecnócratas nunca avizoraron la importancia estratégica que llegaría a tener este energético. A la refinación y a la petroquímica se les privó de recursos para su expansión y modernización. Desde hace 25 años no se construye una nueva refinería y por eso estamos importando 307 mil barriles diarios de gasolina, que podríamos estar produciendo en nuestro país, generando empleos para los mexicanos.

Es tan absurdo lo que han hecho que este año se comprará gasolina en el extranjero con un valor de 10 mil millones de dólares, exactamente lo que costarían las tres refinerías que necesita el país para ser autosuficientes en este combustible. En suma, el sector energético no ha tenido prioridad en los planes gubernamentales y México se ha convertido en exportador de crudo e importador de productos con mayor valor agregado.

Todo esto nos ha llevado a una gravísima situación de dependencia. Se compra caro en el exterior la cuarta parte del gas que necesitamos en el país y 40 por ciento de la gasolina que consumimos.

Por si fuera poco, en México, la electricidad y el gas, le cuestan más al consumidor y al empresario que en Estados Unidos y que en otros países del mundo. En cuanto a la gasolina, mientras nosotros pagamos en diciembre de 2007 el litro en 8 pesos con 74 centavos, en otros países petroleros como en Rusia valía 8.48; en Estados Unidos, 7.51; en China 7.16; en Nigeria, 5.28; en Emiratos Árabes, 4.99; en Ecuador, 4.34; en Irak, 3.49; en Kuwait, 2.32; en Arabia Saudita, 1.32; en Irán, 0.97 y en Venezuela 50 centavos por litro.

Ante este panorama y esgrimiendo la falta de recursos económicos y de tecnología, el gobierno usurpador pretende consumar la fechoría de privatizar esta riqueza de la nación y compartir la renta petrolera con empresas extranjeras.

Debe saberse que Pemex, a pesar de la corrupción y del mal manejo, genera cada año un gran superávit de 60 mil millones de dólares, más de 6 por ciento del PIB. Es la empresa más rentable del país (extraer un barril de petróleo nos cuesta 4 dólares y se vende hasta en 80 dólares).

Pemex es la segunda petrolera con mayor flujo de efectivo del mundo. Los impuestos que pagó el año pasado fueron de 60 mil millones de dólares, equivalentes al 38 por ciento del presupuesto del gobierno federal, y a más de tres veces, lo que pagaron de impuestos sobre la renta todas las empresas privadas del país. Si Pemex no invierte lo suficiente, es porque el gobierno se lo confisca todo.

En cuanto a la tecnología, es falso que irremediablemente tengamos que asociarnos con empresas extranjeras y no se pueda contratar. Además hay trabajadores, técnicos e ingenieros petroleros mexicanos con mucha experiencia.

No olvidemos que, contra todos los pronósticos de las compañías extranjeras, Petróleos Mexicanos, en 1938, salió adelante en sus operaciones, como puede lograrlo, con más razón ahora. Es cosa de convocar a quienes saben y están dispuestos a contribuir.

Sólo los tecnócratas acomplejados y vende patrias, pueden argumentar que hoy Pemex no puede y que su entrega al sector privado, nacional o extranjero, es la única salvación.

La política de fortalecimiento energético que proponemos, sin apertura al capital privado, ni nacional ni extranjero, implicaría en una primera etapa, invertir con carácter de urgente, 400 mil millones de pesos que se destinarían a la exploración de nuevos campos, al desarrollo de los yacimientos de gas natural, a la perforación de nuevos pozos, a la construcción de tres nuevas refinerías, a la modernización y ampliación de plantas petroquímicas, a la investigación y tecnología (incluyendo fuentes de energía alternativa) y al mantenimiento de las instalaciones petroleras.

Como es lógico, la pregunta obligada es ¿de dónde saldría el dinero? La propuesta que hacemos es que estos fondos se obtengan de dos maneras: por un lado, proponemos que se reduzca el gasto corriente y de operación del gobierno en 200 mil millones de pesos.

Esto implica, entre otras cosas, suprimir las partidas del presupuesto destinadas a garantizar los privilegios de la alta burocracia que se ha convertido en una de las castas más favorecidas del mundo. Aclaro que no proponemos reducir el gasto en inversión ni reducir los sueldos de los trabajadores de base y eventuales ni en obra pública, en educación y salud, ni en programas de apoyo a los más desprotegidos; sino reducir el gasto burocrático y el destinado a la operación del sector público, donde se ha registrado el incremento más cuantioso en los años recientes.

Conviene decir que el gasto corriente del sector público, del año 2000 hasta la actualidad, aumentó de 714 mil millones de pesos a un billón 466 mil millones; es decir, se duplicó.

Por otro lado, proponemos que todo el excedente que se obtenga por encima del precio del petróleo aprobado por la Cámara de Diputados, se invierta en el desarrollo del sector energético.

Para tener una idea del potencial de esta medida, si se mantuviera el precio internacional actual del petróleo por un año, este excedente sería de más de 200 mil millones de pesos.

Al respecto conviene recordar que, durante el gobierno de Fox, tan sólo de excedentes por los precios altos del petróleo, se recibieron 10 mil millones de dólares por año en el trienio de 2004 a 2006. Y la desgracia fue y sigue siendo, que todo ese dinero, en vez de destinarse a modernizar a Pemex, a promover el desarrollo de México y a garantizar el bienestar del pueblo, se derrochó en beneficio de la alta burocracia o se fue por el caño de la corrupción.

De modo que sí se puede. Sí hay de otra, sí tenemos un proyecto alternativo para hacer frente al gran atraco que dejaría a México y a su pueblo sin desarrollo futuro. Celebremos el 70 aniversario de la expropiación petrolera evitando que la derecha y sus aliados del PRI nos regresen al porfiriato y nos conviertan en colonia.


¡TODO EL PODER AL PUEBLO!

SÍ EXISTE UN DOCUMENTO GUBERNAMENTAL QUE PREPARA LA PRIVATIZACIÓN DE PEMEX, ADVIERTE MARIO DI COSTANZO

El análisis sobre el sector petrolero que Felipe Calderón le encargo a los diputados de Acción Nacional es una cortina de humo, pues las modificaciones a diversos ordenamientos jurídicos, incluida la Constitución Política, que formarían parte de la propuesta de reforma al sector energético que el Poder Ejecutivo enviará a la Cámara de Diputados fueron presentadas y acordadas desde noviembre de 2006, como se desprende del documento denominado “Pemex: situación actual y perspectivas”, en donde todavía la administración saliente de Vicente Fox presentó tanto a su director actual como al equipo de Calderón las propuestas para modificar el régimen jurídico de Petróleos Mexicanos.


Lo anterior fue dado a conocer por Mario di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legítimo de México, quien detalló que el citado documento consta de 5 capítulos en 53 diapositivas, donde se muestra desde la estructura organizacional de Pemex y su situación actual hasta los resultados privatizadores esperados con la estrategia de modificación legislativa.


Del análisis del documento se observa que los propios directivos de Pemex reconocen que la paraestatal es la novena compañía a nivel mundial de crudo y gas, con ventas superiores al billón de pesos y con exportaciones que superan los 390 mil millones de dólares.


“Sin embargo —afirmó Di Costanzo—, también se observa que a pesar de sus ventas y su importante contribución a los ingresos públicos, la inversión pública directa gubernamental durante los últimos siete años apenas fue 15 mil millones de dólares, lo que significó una inversión promedio de sólo 2.5 mil millones de dólares por año”.


En el diagnóstico resulta dramático que, por ejemplo, en el año 2005 Pemex, a pesar de haber registrado ventas por 928 mil millones de pesos, registró una utilidad neta negativa de 76 mil millones de pesos, mientras que Cemex, Telmex y América Móvil registraron ventas por 162 mil millones de pesos, y obtuvieron utilidades de 28 mil, 23 mil y 31 mil millones de pesos, respectivamente.


Mario di Costanzo indicó que esta situación se explica por la elevada carga fiscal que Pemex enfrenta, ya que es la empresa petrolera con mayor carga fiscal en el mundo. “Lo anterior significa que las propias autoridades de Pemex reconocen que a pesar de que la paraestatal es una empresa de probada rentabilidad, la poca o nula atención presupuestaria, sobre todo en materia de inversión, y la elevada carga fiscal que enfrenta, son la principal causa de sus problemas”, subrayó el funcionario lopezobradorista.


Más aún, del documento citado se desprende que son las propias autoridades de Petróleos Mexicanos las que reconocen que para darle viabilidad a la empresa es necesario contar con inversiones que en promedio tendrían que ascender a 190 mil millones de pesos anuales.


“En este punto es conveniente recordar que, de acuerdo con la propuesta realizada por Andrés Manuel López Obrador, sería absolutamente factible alcanzar este monto de inversión pública, mediante la utilización de los excedentes petroleros, complementados por un programa de austeridad en el gasto corriente y de operación del gobierno, así como con la utilización de una parte de las reservas internacionales, para liquidar los pasivos de la empresa, incluidos los Pidiregas”, recordó el secretario de la hacienda Pública del gobierno que encabeza López Obrador.


Sin embargo la administración calderonista pretende optar por el “camino fácil” y el “pago de facturas” y, en vez de mantener el control del sector energético y con ello el control para el Estado de la renta petrolera, describe en el documento “Pemex: situación actual y perspectivas” la estrategia de modificaciones al marco jurídico, para reformar el sector energético, aseguró Di Costanzo.


De acuerdo con la información que hoy proporcionó el miembro del equipo de gobierno lopezobradorista, dicha estrategia acordada desde noviembre de 2006 sí contempla cambios a los artículos 27 y 28 constitucionales, así como reformas a otros ordenamientos, como la Ley de Derechos, la Ley Reglamentaria de los artículos 27 y 28 constitucionales, así como a la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y la Ley Orgánica de la Administración Pública y a la Ley de Obras Públicas y de Adquisiciones, todas éstas, modificaciones encaminadas a permitir la participación de empresas privadas, nacionales y extranjeras, en la apertura del transporte, almacenamiento y distribución de petróleo, petrolíferos y petroquímicos básicos.


“Más aún, en la estrategia de reformas se observa la creación de una autoridad que ejercería los derechos sobre los hidrocarburos, otorgando asignaciones, permisos y concesiones para poder usufructuar los yacimientos petrolíferos del país”, informó Mario di Costanzo.


El funcionario del gobierno legítimo de México recordó que la renta petrolera hasta ahora se ha utilizado como una de las principales fuentes de ingreso de las finanzas públicas y no como fuente de ingreso para la expansión del sector energético o, en todo caso, del sector petrolero nacional. A lo anterior agregó que “en virtud de que el petróleo es un recurso natural no renovable, en la medida en que no se invierta esa misma renta petrolera en el sector energético le seguiremos robando a las futuras generaciones de mexicanos esa riqueza.


“Por ello, del documento presentado por Pemex desde noviembre de 2006 y, a pesar de que tanto Felipe Calderón como los legisladores del PRI y del PAN han señalado que la reforma energética que se presentará no buscará la privatización de Petróleos Mexicanos, el simple hecho de permitir la inversión privada en los procesos de refinación, exploración, distribución y comercialización del petróleo implicaría la “transferencia o cesión de buena parte de la renta petrolera, que es de todos los mexicanos, a compañías privadas nacionales o extranjeras”, enfatizó Mario di Costanzo.


Asimismo, aventuró la hipótesis de que la elevada carga fiscal que tiene Pemex no se mantendría para las empresas privadas que pudieran entrar al negocio del petróleo, en virtud de que ninguna compañía del mundo aceptaría o sería rentable con esa carga fiscal. “De hecho, la inversión o empresas del sector privado que pudieran entrar al nuevo negocio no aceptarían hacerlo ante tal carga fiscal, por lo que necesariamente a ellos se les aplicaría una tasa fiscal diferente y más reducida que la que actualmente enfrenta Pemex, lo que les permitiría adueñarse de la renta petrolera”, indicó el funcionario.


“Con la apertura a la inversión privada —aunque esto no implique de fondo una privatización total— se estaría cediendo una buena parte de esa renta petrolera a empresas privadas, que la utilizaríann para construir más infraestructura petrolera, lo que les permitiría cada vez más adueñarse de una porción mayor de la renta petrolera nacional. Por ello, aunque en el discurso de Calderón y de los legisladores del PRI y del PAN se niega que la reforma energética busque la privatización del petróleo, la poca o nula inversión gubernamental en Pemex combinada con una apertura al capital privado permitiría que los nuevos inversionistas se adueñaran paulatinamente de la renta petrolera de la Nación, que es equivalente a privatizar a la industria del petróleo”, afirmó Mario di Costanzo.


Por ello, concluyó, “el verdadero fondo de la discusión es y debe ser quién o quiénes van a controlar la renta petrolera del país. En este sentido, para que la nación pueda conservar la renta petrolera como un patrimonio de los mexicanos, debe realizar las inversiones de manera directa. Más aún si el principal argumento que se ha dado por parte de los grupos que quieren abrir el sector consiste en señalar que el país no cuenta con recursos para financiar la expansión de la industria”.



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martes, 5 de febrero de 2008

SE DIRIGE AMLO A DIRECTORES DE LOS GRANDES MEDIOS DE COMUNICACIÓN PARA QUE LE BRINDEN TIEMPOS Y ESPACIOS PARA INFORMAR LOS RIESGOS DE PRIVATIZAR PEMEX

La mañana de este lunes, en su conferencia de prensa semanal, Andrés Manuel López Obrador dio a conocer una misiva que ha dirigido a los directores de medios de comunicación en la que les solicita abran sus espacios y tiempos de transmisión y de información para que el gobierno legítimo de México pueda dar a conocer los argumentos por los que considera innecesaria y peligrosa la apertura de la industria petrolera nacional a la inversión privada. Con ello, el presidente legítimo de México responde a la negativa del gobierno de facto de Felipe Calderón a debatir de cara a la nación tan delicado asunto. A continuación, el texto de la carta dirigida a los directores de medios de comunicación.






Como es de su conocimiento, existe la intención de llevar a cabo una reforma energética para privatizar la industria petrolera nacional.


Esta reforma, desde nuestro punto de vista, tiene como única motivación el afán de lucro de una minoría rapaz que quiere apropiarse de bienes y recursos de todos los mexicanos.


Debe saberse que, de conformidad con la Constitución, el petróleo no es del Estado ni del gobierno, pertenece a la nación. Además, no hay ninguna justificación técnica o financiera para privatizar la industria petrolera del país.


Por el contrario, de imponerse esta reforma se perdería la posibilidad de utilizar el petróleo para industrializar a México, generar empleos y convertir al país en una potencia energética.


Más aún: si se entrega la renta petrolera a particulares, nacionales y extranjeros, no habrá forma de mejorar las condiciones de vida y de trabajo del pueblo e, irremediablemente, se cancelaría la posibilidad de transformar a México por la vía pacífica.


El despojo del petróleo dejaría latente el riesgo de una confrontación violenta, lo cual nos puede llevar a más sufrimiento, inestabilidad política y social, el predominio del uso de la fuerza y no necesariamente a la emancipación del pueblo.


Los promotores de esta reforma se han negado a ventilar este asunto de cara a la nación y, con gran irresponsabilidad, están decididos a imponerse mediante la cooptación, los acuerdos cupulares, el control de los medios de comunicación y el mayoriteo legislativo.


En razón de todo lo anterior, le solicito que nos brinde los tiempos y espacios televisivos para hacer uso del derecho a la información y dar a conocer al pueblo de México nuestros argumentos técnicos, económicos, políticos y sociales.


Además, queremos que la gente asimile, cada vez más, que las acciones de resistencia civil pacífica tienen como propósito impedir que se cometan injusticias y violaciones a la Constitución, y evitar a toda costa la violencia.


De ser atendida nuestra petición, estará pendiente de su respuesta el Lic. César Yáñez Centeno, coordinador general de Comunicación Social del Gobierno Legítimo de México.


Reciba un saludo,


Andrés Manuel López Obrador
Presidente Legítimo de México


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